El Farolito Azul, premio convocado por Ediciones Callejón y la Librería La Tertulia, anuncia el fallo de su segunda edición, correspondiente al año 2014 y cuyo jurado estuvo compuesto por Sofía Irene Cardona, Kenneth Cumba, Juan G. Gelpí y Guillermo Rebollo Gil.
Entre los veintiocho poemarios que se presentaron al concurso en esta ocasión, se seleccionaron seis libros que llamaron la atención de los miembros del jurado por la originalidad de su concepto y la destreza de su realización. Después de considerarlos minuciosamente, quedaron como finalistas Nostos de Gegman Lee Ríos (bajo el seudónimo Federico Kierkegaard), Luz fugitiva de Marta Jazmín García (bajo el seudónimo Arista) y La barriga de Diógenes de Miguel Adrover Lausell (bajo el seudónimo Thales de Mileto).
Con una notable capacidad creativa y un gran acierto en la ejecución de los textos, Nostos, libro de poemas de Gegman Lee Ríos, lleva al espacio poético los vaivenes desafiantes del viaje y el desplazamiento, así como los múltiples regresos que se inscriben en esta excelente poesía de la experiencia. El reto que encara esta poesía es complejo: trasladar el dinamismo de la experiencia del diario vivir, en sus múltiples manifestaciones, a la letra escrita y al espacio de la poesía. Hogar y desplazamientos, mundo y vientre materno se conjugan y despliegan a lo largo de estos poemas. Esta poesía vuelta espacio y caminar se genera a partir de gestos valientes que, por un lado, se apartan de la uniformidad de lo preconcebido y, por el otro, se distancian de la postulación de un significado fijo que pueda mitigar o simplificar la travesía del vivir. Nostos es un libro que enfrenta y articula la meditación filosófica y la búsqueda de la revelación poética. Teniendo todos estos méritos presentes, el Jurado del Premio de Poesía Joven El Farolito Azul le otorga, de manera unánime, el primer premio a Nostos de Gegman Lee Ríos, lo que incluye la publicación del poemario en una co-edición de Ediciones Callejón y Librería La Tertulia, junto a mil dólares ($1,000) para el autor.
Entre los concursantes se destacó notablemente el libro Luz fugitiva de Marta Jazmín García, un conjunto de treinta y ocho poemas que exhibe un gran dominio del lenguaje y una sólida noción de la composición poética. Se trata de breves textos que, agrupados en tres secciones, exploran las relaciones entre la palabra, la identidad y el asombro de la existencia. Luz y oscuridad, espejo, casa y ciudad son motivos que se articulan en este libro para hablar de la misma búsqueda de precisión que exhiben los textos de cuidadosa factura y, muchos de ellos, de contundentes y asombrosas conclusiones. Por sus virtudes, el jurado recomienda unánimemente la publicación de este excelente libro que el público apreciará en sus méritos.
Así también, en vista del interesante concepto que presentó La barriga de Diógenes, una colección de irónicos textos que llamó la atención del jurado por su voz desenfadada y original, se acuerda recomendar su edición y publicación. Este trabajo se destaca por la combinación imprevista de elementos no-poéticos, tomados de los registros discursivos del mercado y la cultura pop, con giros a veces líricos y siempre lúdicos, representativa de la más reciente poesía caribeña. La de Miguel Adrover Lausell es una poética irónica hasta el hueso, articulada conforme a una ética y estética del “sabelotodo” en las pérdidas, pero sin dejar de ser fresca y curiosamente esperanzadora.
El jurado y las entidades convocantes reconocen la importancia de fomentar el ejercicio de la palabra poética entre los jóvenes autores y, sobre todo, valorar el esfuerzo de las y los escritores por tantear las muchas y diversas, y en ocasiones contradictorias, formas de la poesía. El jurado espera que las y los lectores reciban estos inicios editoriales con el mismo interés, curiosidad y entusiasmo.
Las entidades convocantes desean también resaltar el hecho de que se han recibido alrededor de sesenta poemarios entre ambas ediciones del premio El Farolito Azul, muchos de ellos de gran calidad. Los poemarios demuestran el talento, el oficio y el potencial literario de las generaciones más jóvenes de escritores, a la vez que estimulan a los organizadores para llevar a cabo nuevas ediciones del premio.
Durante todo este proceso, Elizardo Martínez y Alfredo Torres han estado en representación de las entidades convocantes, Ediciones Callejón y Librería La Tertulia, respectivamente, junto con la ayuda de Jorge Lefevre Tavárez, director del premio. Esta segunda edición del Premio El Farolito Azul también contó con el generoso auspicio del Centro de Servicios Médicos Integrados (CeSMI) y del bufete Fiddler, González y Rodríguez.
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