“Gracias, Mr. Pérez”
Escrito lo anterior, solo resta compartir algunos de esos “primeros intentos de sonetos”. No digo más, solo quiero nombrar tres palabras que sintetizan mi sentir y que dan título a este escrito: “Gracias, Mr. Pérez”.
A la vida humana
Comienza la vida en un momento.
Plasmado se queda ese recuerdo,
en un corazón dulce… amargado…
según la actuación en cada acto.
Inocente todo ser al principio.
Es el amor su único instinto,
que lo hace especial y distinto.
La vida es un pintor en oficio,
brinda formas de hacer un boceto,
del rumbo que se traza cada orto.
Un largo o efímero destino.
Esta vida como un breve lampo,
esparce su luz por todo el campo
y el fruto se ve en el camino.
El secreto correcto
En realidad todo ha cambiado,
desde que nuestras metas culminamos.
Ahora con gran amor contemplamos,
los recuerdos de lo antes logrado.
A todos, al inicio del sendero,
nos da por ver un alegre futuro
deseando solo tiempos menos duros,
sin mirar el presente verdadero.
Aguardando el acontecimiento
para sentirnos en lo venidero,
con un corazón en paz y contento.
Sin pensar en el secreto correcto.
Vivir de la vida cada momento.
Ya distante del ayer lo comprendo.
A mi Dios
Dios. Mi creador. Mi Señor y Padre.
Perfecto pintor del cuadro viviente.
Sin alfa y omega desde siempre.
Reinas Tú, Rey de Reyes, eternamente.
De tu trono divino y celeste,
Mi Padre. Observas ese gran paisaje,
bello, grandioso e impresionante.
Tu máxima criatura, el hombre,
se aleja de la paz que tu creaste,
se llena de tristeza ciegamente.
Pero sólo Tú, piadoso y buen Padre,
ayudas al que te invoca con Fe
y perdonas a quien no te merece.
Dios. Mi Creador. Mi Señor y Padre.