Huelga por la educación, huelga por el País
La aprobación con enmiendas del Proyecto de la Cámara 1441 que establece la falsa Reforma Educativa dejó prácticamente intactos los aspectos más controversiales y dañinos de esa medida, que poco tienen que ver con una reforma verdadera e integral. Las enmiendas cosméticas impulsadas en el Senado mantienen el fracasado modelo de las chárter, la imposición de los vales educativos y la destrucción de la autonomía docente, imponiendo una dictadura en las escuelas, utilizando como excusa a los estudiantes. No hay nada que celebrar con las enmiendas, que eliminan derechos adquiridos con cláusulas propias de un régimen de plantación y buscan aplicar la nueva «reforma laboral» a las maestras transitorias.
Luego de un paro masivo, donde más de 10 mil educadores se movilizaron al Capitolio para exigir que no se aprobara el proyecto, el Senado, en su soberbia y al margen de los reclamos de múltiples sectores, decidió ir hacia adelante con la destrucción del educación pública, aprobando este proyecto que tiene el rechazo masivo de la población.
La Federación de Maestros y los gremios magisteriales que componemos el Frente Amplio en Defensa de la Educación Pública (FADEP) y otros sectores profesionales en el campo de la pedagogía, hemos expuesto con claridad cómo el modelo chárter y los vales educativos no son propuestas educativas, sino modelos de negocio. La experiencia a nivel internacional indica que son los modelos públicos, que ubican a la figura de la maestra en un papel protagónico, junto al estudiante y la comunidad, los que mayor éxito tienen en materia de aprovechamiento académico.
Las alternativas nuestras para mejorar la educación están sobre la mesa, pero no puede haber entendidos cuando se hacen de oídos sordos y tienen una agenda preconcebida al servicio del capital y la empresa privada. La reforma de Ricardo Rosselló, impulsada desde arriba por elementos que desconocen por completo el tema de la educación, empezando por el mismo gobernador, viene a continuar con el proceso de saqueo de los bienes públicos y a seguir distribuyendo ingresos hacia los sectores con mayor capacidad económica. Ante la incapacidad de impulsar un nuevo modelo económico que promueva el crecimiento con desarrollo, la generación de empleos y oportunidades para las mayorías, amparándose en la deuda odiosa y una junta de control fiscal, la administración sigue promoviendo políticas para acumular riqueza y empobrecer a la gente. A esto se le suma el plan fiscal que certificará la Junta de Control Fiscal donde se plantea una declaración de guerra abierta a las miles y miles de familias de clase trabajadora con la segunda «reforma laboral» y la colocación de un rótulo de “se vende” a todo activo valioso del gobierno.
El contenido del proyecto impulsado para la educación de nuestra juventud refleja una triste realidad; a los promotores de esta «reforma», lo menos que les interesa son los niños y el futuro de los que hacemos vida en Puerto Rico. El anuncio de cierre de más de 300 escuelas, afectando mayormente las escuelas en el campo y de comunidades marginadas, el despido de más de 7 mil maestros transitorios y la precarización de la labor docente, llevan al colapso del sistema educativo en donde se fuerza a salir a las maestras más preparadas y desincentiva la llegada de maestros nuevos al sistema público de enseñanza. Ni hablar de los recortes a las pensiones en un 25% a la mayoría de los jubilados del gobierno, donde hay miles de maestras y maestros. El país está enfrentando un ataque generalizado por parte de la clase dominante y sus acólitos que trasciende el ámbito educativo y demanda una respuesta de clase igualmente generalizada.
Es un descaro que, a la vez que se revelan las medidas draconianas que el gobierno de Ricardo Rosselló pretende imponer a los trabajadores, acto seguido veamos el desfile de funcionarios y tecnócratas con salarios de magnates y monarcas. También es nauseabundo ver cómo el panorama de la crisis contrasta con la ola de contratos cuestionables del gobierno. Uno de los más notorios es el contrato de $17 millones de Tus Valores Cuentan impulsado curiosamente por quien dirige la Oficina de Ética Gubernamental. En el país se está dando un proceso de reparto de los bienes y un proceso de acumulación del capital que utiliza la deuda odiosa y la Junta como pretexto para empujar los intereses de la burguesía local y Norteamericana. Al país lo acorralan, pero la experiencia histórica nos indica que es en los callejones sin salida que se producen los grandes acontecimientos políticos y sociales.
Con este proyecto de falsa reforma educativa y las implicaciones que esto tiene para la educación del país y los derechos adquiridos en el corto plazo, al magisterio no nos queda otra que prepararnos para un Paro Indefinido. En el magisterio y las comunidades escolares ya debemos comenzar a hacer los preparativos y tareas conducentes a dicho proceso y estar atentos a los anuncios del FADEP. Pero antes de llegar a esto, nuestro llamado al gobernador es a que ponga el oído en tierra, que escuche a las comunidades escolares y que no firme este proyecto de ley que es nefasto para la educación.
Para hacer una verdadera reforma educativa, esta tiene que emerger de las comunidades escolares que conocen sus escuelas. De no ocurrir esto, no cabe la menor duda de que serán muchas las organizaciones las que acudiremos al tribunal para reclamar ante una ley que es inconstitucional. Esto sin negar un hecho ineludible: nuestras esperanzas no deben estar cifradas en el tribunal, sino en la capacidad de movilización de todas las comunidades escolares para, no solo derogar este proyecto de ley tan destructivo y carente de una visión integral, si no para que sea el mismo pueblo en la calle, quienes construyamos democráticamente la verdadera reforma educativa que necesita el país. Hemos derrotado la privatización antes y la podemos derrotar ahora, pero esto tendrá que ser parte de un movimiento de país sin precedentes, donde a la luz de los diversos ataques, confluyan los distintos sectores, sindicales, comunitarios, políticos y de diversa índole, para exigir un detente a la desfachatez y el abuso de los que habitan en el Capitolio y la Fortaleza. El liderato sindical del país se encuentra en una encrucijada histórica y tiene en sus manos demostrar si se está a la altura del momento que vivimos. Es una reflexión que cada sector tendrá que hacer, máxime cuando ya vivimos en un país donde no hay Estado de Derecho para los trabajadores y el fascismo avanza.
En el caso de la Federación de Maestros de Puerto Rico, nuestro compromiso con la educación pública, accesible y de calidad y los derechos de los trabajadores es insobornable. No nos rendimos, no nos vendemos y vamos pa’l frente.
Estamos en un momento histórico donde las crisis y procesos de reorganización del capital que se dan actualmente en Puerto Rico, están indiscutiblemente atravesados por la lucha de clases. Las medidas que propone la Junta en total complacencia con Ricardo Rosselló solo ofrece la miseria como futuro y nos arranca de nuestra propia tierra, en un exilio forzoso. Esta no es la única ruta posible y estos ladrones nos quieren hacer entender que este es el camino obligado que tenemos que recorrer como pueblo.
Definitivamente este no es el país que queremos. Un país sin trabajo, sin oportunidades de crecimiento, sin salud, sin viviendas de calidad, sin derechos, sin educación, sin seguridad, extremadamente caro, pero con una claque de millonarios y buscones que se jartan con nuestro dinero y se nos ríen en la cara. Nuestros hijos no merecen un país así y es el deber nuestro sentar las bases para un Puerto Rico radicalmente distinto al que tenemos, pero eso dependerá de que todos agarremos bien y con fuerza la rueda de la historia y la empujemos a favor de las mayorías pobres y trabajadoras que vivimos en esta isla. Podemos hacerlo y lo vamos a lograr, con mucha voluntad, determinación y sobre todo, sacrificio.