La Historia no ocurre en un vacío

Aquí les comparto varios de los errores y mal interpretaciones a los cuales me refiero.
Asevera Rodríguez Cruz que “un gran contingente de puertorriqueños fue forzosamente reclutado para las operaciones bélicas y de apoyo a las tropas estadounidenses entre 1917 y 1918.”
El archivo demuestra lo contrario. Al aprobarse la ley del servicio selectivo, se excluyó a Puerto Rico, Hawái y Alaska originalmente. La Cámara de Delegados en Puerto Rico puso el grito en el cielo y exigió que se incluyera a la Isla y a los puertorriqueños. De hecho, miles de puertorriqueños llevaban tratando de ser aceptados como voluntarios en las fuerzas armadas y eran rechazados – incluyendo a Pedro Albizu Campos.
Cuando finalmente se extiende el sorteo a la Isla (el cual no tiene que ver con ciudadanía) es con el esfuerzo de las clases profesionales de Puerto Rico y líderes comunitarios que se registran más de 100,000 individuos en un solo día. Y para poco, pues el Departamento de la Guerra todavía se rehusaba a admitir puertorriqueños en grandes números y mucho menos a crear unidades puertorriqueñas (aparte del Porto Rican Regiment – que traza su origen a 1899 y era parte del ejército regular norteamericano y el cual es denominado 65th Infantry – 65 de infantería– tras concluir la guerra).
Y por si la duda, la ciudadanía en 1917 nada, en lo absoluto, tiene que ver con el servicio militar. Los puertorriqueños eran “American nationals” desde 1900 debido al Acta Foraker del mismo año, que los incluía en la ley del servicio selectivo – y, aun así, Puerto Rico fue excluido del “draft” original. Esto lo he demostrado a cabalidad en varios escritos utilizando, pues, los documentos.[1]
Nos dice Rodríguez Cruz que los soldados “reclutados” en Puerto Rico fueron “Agrupados en lo que se conocía como el “Porto Rico Regiment of Infantry” y que Pedro Albizu Campos sirvió en éste.
Esto no es acertado. Él se refiere a lo que sería el 65 de infantería tras la guerra. Existía desde 1899 y solo tenía puertorriqueños blancos en ese entonces, y era de carácter completamente voluntario. Los sargentos eran puertorriqueños y así también la mitad o más de la oficialidad. Pedro Albizu Campos no sirvió nunca en este regimiento sino en el 375, “Colored”, de la división 94 de Infantería, la cual entrenó en el Campamento las Casas, pero jamás partió de la Isla.
Así que, los puertorriqueños no fueron forzados a servir durante la Primera Guerra Mundial, sino que primero se les excluyó del sorteo (draft) y luego se les rechazó en masa – más del 70%, y el Departamento de la Guerra tenía como política no enviar a la división puertorriqueña (la 94) fuera de Puerto Rico jamás y mucho menos al frente.
Nos dice Rodríguez Cruz que “Además, ya las mismas tropas boricuas destacadas fuera del país intuían que el fin de la guerra estaba cerca.”
Los documentos dejados por las unidades puertorriqueñas destacadas fuera de Puerto Rico, (siendo la única el Porto Rican Regiment (que se convierte en el 65 de Infantería en 1920), y que fue enviado a Panamá durante el conflicto para que tropas blancas pudiesen ir al frente occidental), demuestran que los soldados se lamentaban el no haber visto acción alguna –tal como era la política del Departamento de la Guerra– no enviarlos al frente.
De lo mismo se lamentaban oficiales y soldados de la División 94 de Infantería, que entrenaban en Puerto Rico, incluyendo el Regimiento negro puertorriqueño 375, que es donde sirvió Albizu Campos con el rango de primer teniente.
Debido a que el Departamento de la Guerra pensaba que hombres negros, y por extensión los puertorriqueños, no podían ser buenos soldados, este departamento hizo lo posible por retardar el reclutamiento y entrenamiento de puertorriqueños y había establecido que aunque la división puertorriqueña llegase a estar lista – no sería enviada a Europa a pelear.
De más está decir que líderes puertorriqueños y el Gobernador Arthur Yager lucharon por la creación de esta división puertorriqueña y que fuese entrenada en Puerto Rico y sólo a eso se debe su existencia.[2]
Rodríguez Cruz también se refiere a Yager como gobernador militar. Arthur Yager no era un gobernador militar sino civil. No hay gobernadores militares en Puerto Rico desde que la ley Foraker establece el primer gobierno civil colonial norteamericano en Puerto Rico. Esto es conocimiento básico que nos enseñan en las escuelas del país.
Respondiendo a mis comentarios, Rodríguez Cruz cita de nuevo a Yager como si esto cambiara algo o quizás para demostrar el esfuerzo bélico en Puerto Rico y como fue mal pagado tras acabar la guerra:
“All of the various forms of war work necessary to prosecute the war were diligently carried on in Porto Rico both before and after the armistice was signed on November, 1918”. A. Yager, Nineteenth Annual Report of the Governor of Porto Rico, September 30, 1919, pp. 4-5.
Sí, se llevaron a cabo diligentemente a pesar del obstruccionismo del Departamento de la Guerra. Fueron los puertorriqueños los que pelean para que se les deje ir a combate y movilizan al campesinado y a los trabajadores urbanos para alistar la división puertorriqueña 94 a pesar de los obstáculos del Departamento de la Guerra para que esta jamás saliera de la Isla.
Se le escapa que lo que nos deja ver la experiencia del puertorriqueño en la Primera Guerra Mundial no es que se considere al puertorriqueño como carne de cañón, sino que se enfrentan a un racismo extremo que los considera “no hombres suficientes” como para pelear y morir de la misma forma que soldados blancos.
Rodríguez Cruz también nos dice que, “Firmado el armisticio el 11 de noviembre de 1918, comenzaron a llegar a Puerto Rico, según el gobernador Yager, contingentes gigantescos de trabajadores que habían sido reclutados a la fuerza para trabajar en Estados Unidos, como parte del esfuerzo bélico. Además, se inició la desmovilización de los soldados.»
“Esto creó una crisis de desempleo y marginalización de la población acabada de llegar de la guerra.”
Solamente el Porto Rican Regiment salió de la Isla (a Panamá) y mantuvo casi la totalidad de sus efectivos al regresar a Puerto Rico porque era parte del ejército regular de Estados Unidos. La división puertorriqueña (94 y que entrenó en el Campamento Las Casas) recibió órdenes de desmovilización tan pronto se firma el armisticio, pero, al finalizar la guerra se crea la Guardia Nacional de Puerto Rico y un buen número de estos soldados pasan a ser guardias nacionales. Se le escapa a Rodríguez Cruz, que Yager como gobernador tenía que rendir informes y que sus planes de reenergizar la economía puertorriqueña con el esfuerzo bélico se ve tronchado por el súbito fin de la guerra.
Y en sus respuestas a mis comentarios Rodríguez Cruz cita a Yager: “At the same time, the return to Porto Rico of large bodies of laborers who had been taken to the continent by the War Department for urgent war work just before the armistice, and the rapid demobilization of the large body of soldiers forming the Porto Rican contingent of the National Army brought many difficult problems of unemployment and reemployment of discharged soldiers […]”
La división 94 (a la que se refiere Yager) recibe órdenes de comenzar la desmovilización al mes del armisticio al igual que todas las unidades en entrenamiento o todavía sin ser destacadas en todo Estados Unidos, y algunas en ruta a Europa son devueltas sin tan siquiera llegar allá. No hay ninguna novedad aquí.
En referencia al terremoto y maremoto utiliza Rodríguez Cruz las mismas palabras de Yager pero completamente fuera de contexto. “¿Qué hizo el Congreso de Estados Unidos ante este cuadro de muerte y destrucción imperante en Puerto Rico? El mismo Yager contesta la pregunta de manera incisiva: “Congress did not see fit to make any appropriation to aid in this relief or reconstruction work.”
Digo que esto está fuera de contexto (además de ser anacrónico) porque lo mismo haría el congreso con huracanes, tornados, sequías, inundaciones… a través de todo Estados Unidos. Era la costumbre y práctica que los estados y territorios resolvieran por ellos mismos, porque las entidades federales que reconocemos hoy en día durante periodos de emergencia no comienzan a ser formadas hasta que Franklin Delano Roosevelt gana la presidencia durante la Gran Depresión de los 30.
Aparte, de más está decir que Yager (quien era demócrata y nombrado gobernador por su íntimo amigo, el presidente Woodrow Wilson) se quejase que el Congreso no haya asignado fondos para Puerto Rico es más que una postura política ya que en el 1918 los republicanos controlan el Congreso.
Pero esto en realidad ni viene al caso porque el gobierno federal hasta ese entonces dejaba en manos de los gobiernos estatales el combatir desastres naturales. Y en Puerto Rico se dan casos de tropas ayudando durante el terremoto –pero esto no es por su cuenta sino ordenado por el presidente Wilson a instancias de Yager. Las tropas no van a donde ni hacen lo que les da la gana sino que van adonde las envían y hacen lo que se les ordena.
Los historiadores y los abogados, la historia y la ley son animales y mundos completamente diferentes. El historiador no busca ganar un caso sino entender los procesos históricos que nos llevan al lugar que habitamos hoy día. Por esa razón, contrario al abogado, el historiador ni suprime evidencia ni hiperboliza aquella que “prueba” su caso. Se dedica el historiador a contextualizar y a entender el proceso en contexto local, regional y global. Cualquier otra cosa, no es historia, y no se debe tomar como tal.
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[1]Why Puerto Ricans Did Not Receive U.S. Citizenship So They Could Fight in WWI. https://centropr.hunter.cuny.edu/centrovoices/chronicles/why-puerto-ricans-did-not-receive-us-citizenship-so-they-could-fight-wwi
[2] https://centropr.hunter.cuny.edu/digital-humanities/pr-military/world-war-i.
Referencias
Para ver entrevistas, análisis, y documentos que tratan la participación de lo puertorriqueños en las fuerzas armadas de los EEUU, visite la colección digital curada en el Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College, CUNY, The Puerto Rican Experience in the U.S. Military: A Century of Unheralded Service, https://centropr.hunter.cuny.edu/digital-humanities/pr-military/puerto-rican-experience-us-military-century-unheralded-service.
Para explorar la experiencia del puertorriqueño y su servicio militar en la Primera Guerra Mundial, visite, “So a new day has dawned for Porto Rico’s Jíbaro”: Military Service, Manhood and Self-government During World War I https://www.academia.edu/16367067/_So_a_new_day_has_dawned_for_Porto_Rico_s_Jíbaro_Military_Service_Manhood_and_Self-government_During_World_War_I
El libro, Soldiers of the Nation; Military Service and modern Puerto Rico, 1869-1952, esplora la construction de nacion/estado y de identidades nacionales en el siglo de la puertorriqueñidad. https://www.nebraskapress.unl.edu/university-of-nebraska-press/9780803278677/