La Junta Reptil: en cintura o estrangulamiento
La función de dicha junta, impulsada por el liderato fanático del PNP y los cabilderos de los fondos buitres en unión a los republicanos que controlan el Congreso, consiste en desmantelar el país y beneficiar a los bonistas. No vendrían a ponernos en cintura, vendría a estrangularnos, como reptil que se enrosca para asfixiar su presa.
A la Junta no le interesa proteger a los retirados, ni pagar a empleados públicos, ni los servicios de salud y educación. Querían adueñarse de los recaudos del ELA, aunque el gobierno no tuviera un centavo con qué pagar a nadie excepto a los bonistas.
La deuda millonaria del gobierno a los suplidores es el resultado de un déficit heredado y una brecha monumental entre recaudos y gastos de pasadas administraciones. Si, de las pasadas, sobre todo la de Fortuño, que tomó prestados más de $16 billones sin fuente de repago para financiar su incapacidad de balancear el presupuesto. Y con un término de pago tan corto, de tan solo 3 y 5 años en ciertos casos, a sabiendas de que dicho plazo terminaba con el PPD en el poder. Así quedaba la deuda como regalito al nuevo gobierno; ‘ahí te dejo eso’ – frase de la triste despedida de Rosselló el 2 de enero de 2001. Resultaba imposible pagar una deuda tan monumental y en tan corto plazo de pago cuando simultáneamente sabían que se arrastraba un déficit monumental e impagable.
Al hacerlo, dejaron sin fondos al BGF para poder maniobrar y pagar tanto la deuda a los bonistas como a los suplidores. Y esto se agravó cuando, a petición del liderato del PNP y en complicidad con los cabilderos de los fondos buitres, cabildearon en el Congreso republicano, logrando que se nos negara desde hace dos años el derecho a la ley de quiebra federal (derecho que tuvo P.R. hasta 1984).
Sin ley de quiebra federal, al no permitirnos reestructurar la deuda y sin un plan de desarrollo económico, la junta fiscal perjudicaría a todo el país porque al obligarnos a pagar la totalidad de 70 billones, la única forma sería vendiendo la UPR, el Centro Médico, las tierras protegidas, eliminando agencia tras agencias y despidiendo miles de empleados públicos y privados cuyas familias y esperanzas quedarán frustradas. Y no progresa un país eliminado su clase media.
Ante esta coyuntura le conviene a Puerto Rico y a EE.UU., sí a ambos, recuperar incentivos compatibles con la autonomía fiscal para el desarrollo de empleos; simultáneamente tenemos que crear un plan de incentivos para impulsar, fortalecer, y privilegiar la industria puertorriqueña. Es indispensable también para nuestro desarrollo económico fortalecer la agricultura sustentable y eliminar las leyes de cabotaje que desangran el bolsillo por los altos costos de transportación de todos los artículos que llegan al país.
Esta junta de control fiscal tiene tras bastidores a un padrino, Luis Fortuño, aliado de los republicanos que apoya y diseña que nos estrangulen económicamente. Pero tira la piedra y esconde la mano. Se repite el mismo patrón del gobierno pasado cuando impusieron la ley 7, despojaron a la UPR de las tierras de extensión agrícola de Gurabo, desfalcaron y endeudaron al país. Se repite el fanatismo peligroso de Romero y Rosselló cuando pidieron eliminar la sección 936 por ser incompatible con la estadidad. Así acabaron con 300 mil empleos y se detuvo el desarrollo económico.
No hay que ser adivino para saber que si el liderato PNP llega al poder va a boicotear cualquier proyecto de incentivo que no sea compatible con la estadidad, aunque al hacerlo perjudique al país. Y no hay status, ni república, ni país que aguante décadas de corrupción, mala administración, fanatismo y componendas desde la deslealtad a los mejores intereses de un país.
Solo el fanatismo explica la política suicida de cabildear para negarnos las herramientas económicas para levantar cabeza. Pero no les importa. Como no les importó pedir la eliminación de la sección 936 aunque nos empobrecieran. Entonces, ¿porqué lo hacen?
La meta es destruir el actual estado de derecho, que dejemos de ser un país, que nos sintamos sicológicamente derrotados, dejarnos en un estado de subalternidad insufrible propicio para que mendiguemos la estadidad.
Con ese cuadro de pobreza el americano no da la estadidad. Pero eso no te lo dicen. Nos ponen en comités de estudio, mientras el liderato PNP persigue todo lo que no sea compatible con la estadidad. Mientras el pueblo agoniza, la economía colapsa, los buitres se lanzan a comprar y a desplazarnos como paso en Hawái con los hawaianos, y en Alaska con los esquimales. Y ese estado de incertidumbre es veneno para cualquier desarrollo económico.