Solidaridad: base para la transformación comunitaria
Vivimos un sistema económico que cada vez más se vuelve en contra del ser humano, desechándolo y ofreciendo cada vez menos trabajo a la creciente población mundial, un sistema que alienta la competencia y el “sálvese quien pueda”. Una economía que busca convertir al ser humano en consumidor de su propia destrucción, pues va devorando todos los recursos a su paso sin tomar en cuenta que los recursos que se utilizan para generar más mercancías no se pueden utilizar para construir hospitales, escuelas, vivienda digna y accesible, alimentos saludables, etcétera.
Este proceso va haciendo mayor el problema de la desigualdad y la exclusión social. Tenemos cada vez más pobres, menos trabajo, más problemas de vivienda, de salud, de alimentación, de violencia, y esa larga lista que ya conocemos. Estos son síntomas de una estructura social que no da para más y que hay que transformar.
Aquí nos encontramos con una pregunta obligada: ¿Quiénes, desde dónde y para quiénes han estado tomando todas estas decisiones? ¿Ha funcionado este sistema de escoger cada cuatro años? ¿Somos nosotros, bajo ese sistema los que tomamos nuestras propias decisiones a partir de lo que necesitamos? ¿Son esos por los que votamos los que toman las decisiones o hay alguien más que ejerce poder sin que podamos intervenir? Creo que queda claro hacia dónde me dirijo. Yo nunca he votado por los ejecutivos de Moody’s o de Standard and Poor, o por los de alguna de las grandes empresas que gastan grandes sumas para que se tomen las decisiones que a ellos les convienen. El resumen es que no somos los ciudadanos los que estamos tomando las decisiones, pero somos los que las tenemos que sufrir.
¿Pero cómo entonces proponemos que se transforme esta realidad?
Nos parece que la nueva economía debe tener al ser humano como centro de su actividad, y por esto, toda actividad económica debería estar guiada por principios democráticos. Es importante que el desarrollo económico salga de la misma gente a partir de sus realidades, necesidades, posibilidades y recursos, y que no sea impuesto por agentes externos que no tienen el bienestar y dignidad del ser humano como parámetro. Además, ese desarrollo económico debería buscar más la complementariedad y menos la competencia. Debe buscar cubrir las necesidades humanas tomando en cuenta que los recursos son finitos, o sea que se acaban y solo se le puede dar un uso a la vez. Lo que producimos, consumimos y usamos es algo que está dejando de usar o comer alguien más y que posiblemente no esté disponible para generaciones futuras.
La Iniciativa de Eco Desarrollo de Bahía de Jobos (IDEBAJO), la organización que represento, encuentra sus raíces en los años 70, cuando grupos comunitarios, pescadores, y organizaciones ambientales levantaron voces de alerta por los problemas de contaminación ambiental en la zona, el problema del desempleo tras el cierre de la principal central azucarera, y más tarde el establecimiento de una planta de carbón, que aún amenaza la calidad de vida de nuestras comunidades y pone en riesgo nuestros recursos. Los pescadores, las comunidades aledañas a la Bahía de Jobos en la costa sur de Puerto Rico, el comité Playa-Playita, las Asociaciones de Pescadores de la Playa y Mareas de Salinas el Comité Dialogo Ambiental de Salinas, entre otras organizaciones fueron pioneros en informarse y educar sobre el desarrollo desmedido que les afectaba. Como parte de un plan estratégico, desarrollaron lo que fue el Periódico Salinas Hoy y la Escuela La Rosada, para gestar sus propios contenidos, y medios para comunicar, informar y formar. Estas experiencias, se sumaron de forma orgánica durante años, para dar paso a lo que hoy es IDEBAJO.
Hoy día IDEBAJO es una organización de base comunitaria y sin fines de lucro, formada por una coalición de comunidades y organizaciones ciudadanas preocupadas por la desigualdad social y económica y la protección de su patrimonio natural y cultural. Su radio de acción abarca comunidades ubicadas en la cuenca hidrográfica de la Bahía de Jobos, que se extiende por la costa sureste y hacia el centro de la isla. Las Mareas, Playa, Parcelas Vázquez, en Salinas, Mosquito en Guayama, Arizona-San Felipe en Arroyo, Barriada Morales y Savarona en Caguas son las comunidades que lo conforman.
IDEBAJO ha ido trabajando con varios conceptos que expresan parte de su aspiración social. Nuestra visión: “Ver nuestras comunidades de la región centro sur-este desarrolladas de forma integrada, productiva, solidaria y sostenible, cultural y socialmente inclusivas”.
Primero, la solidaridad es base fundamental de un accionar que transforma la comunidad. Hemos logrado establecer alianzas estratégicas y acuerdos formales y de largo plazo con entidades gubernamentales y no gubernamentales. Entre los proyectos e iniciativas de impacto comunitario que son posible mediante estas alianzas solidarias se encuentran: la realización de un censo de salud y social, en la comunidad de Mosquito, en Guayama; la apertura de la Escuela Pública Elemental en Las Mareas, de Salinas; la reciente aprobación del Proyecto de Co-manejo Ecoturístico en el Balneario de Arroyo; la celebración de decenas de eventos educativos tales como la Convivencia Ambiental José “Cheo blanco” Ortíz Agront; el desarrollo de talleres de comunicación, tecnología, desarrollo endógeno; la organización y desarrollo de dos Bibliotecas Comunitarias, en Las Mareas, en Salinas y Savarona en Caguas; el acuerdo colaborativo para el desarrollo de huertos comunitarios, en la Barriada Morales de Caguas; y el desarrollo del Encuentro Comunitario por la Democracia Participativa, entre otros
Segundo, la sostenibilidad es guía del proceso de desarrollo que permite un compromiso con la sociedad, siendo responsable con las generaciones venideras, y la aspiración a que ese desarrollo sea endógeno, entiéndase que esté directamente relacionado con los actores del mismo.
¿Qué cambio promovemos? Pues creemos en la necesidad de transformar nuestra democracia a una en la que las decisiones, el desarrollo y las estructuras salgan de la gente, por eso lo de endógeno. Una sociedad en la que la democracia atraviese todas las dimensiones de la vida humana. Y que este proceso vaya surgiendo desde abajo, desde los sectores excluidos, desde la localidad en la que se tienen los problemas, hacia las regiones, hasta llegar al país.
Decimos que debe ser desde abajo porque no hay manera de que una sociedad sea justa y podamos tener un tratamiento igual para todos y todas si hay algunos que están en desventaja. Para que esto sea viable y efectivo, debe haber autonomía ante las instituciones gubernamentales, de manera que la comunidad tenga el espacio para participar de cuatro etapas fundamentales del ámbito político, sin interferencias que entorpezcan este proceso. Esas cuatro etapas son: (1) la de desarrollar las ideas y soluciones; (2) la de decidir en igualdad de condiciones sobre esas ideas; (3) la de poner en práctica, implementar la decisión; (4) y luego, la de poder evaluar los resultados.
Sería pretensioso creer que tenemos la solución completa a los problemas que nos aquejan como sociedad. Sin lugar a dudas muchos son nuestros retos. Pero en realidad, nosotros vamos construyendo a partir de nuestras propias experiencias y necesidades. Es por esto que nos parece importante plantearnos que los cambios que buscamos surgen de una realidad concreta que vivimos, la pobreza, y que está cada vez más generalizada en el país. Es imprescindible tener como punto de partida lo que tenemos como sociedad y desde ahí construir.
Creemos, como resultado de nuestra práctica, que el desarrollo de una nueva sociedad solo es posible si la gente tiene la oportunidad de organizarse desde sus necesidades más básicas, con autonomía y plena participación en todo el proceso. Creemos también que una comunidad que pretende transformarse tiene que vincularse a otros procesos regionales y nacionales.
Estamos convencidos que estos procesos irán progresivamente generando las condiciones de una transformación social en la que los síntomas que hoy todos conocemos los vayamos manejando con solidaridad, respeto y búsqueda de justicia con la participación directa y activa de los actores que conocen su realidad y son capaces de cambiarla.
Hoy convocamos voluntades, abrimos espacio para una alianza de oportunidades, para trabajar una visión común, desde el consenso, para consolidar fuerzas. Les invitamos a desarrollar estrategias de integración y complementariedad, de coordinación, y de cooperación y respeto hacia nuestras comunidades pobres.
El llamado es a concertar acciones que nos muevan a actuar, ya, hoy, ahora.
Mensaje ofrecido por Nelson Santos, integrante de la Iniciativa de Eco Desarrollo de Bahía de Jobos (IDEBAJO) durante la Cumbre para la Erradicación de la Pobreza celebrada en El Capitolio el jueves, 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.