Letrismo y coleccionismo en el Museo de Cayey

Orejas sordas, de Vero Rivera.
Desde entonces aparecen como retos continuos la conservación y la restauración de obras, la carencia de una cultura de museos, la inestabilidad de un mercado del arte local y el escaso apoyo gubernamental; condiciones estas que en la actualidad llevan a los artistas a crear sus propias colecciones, motivados por un sentido de empatía y conciencia por el cuidado de su producción y la de sus compañeros. Sin duda, el interés en armar una colección va también de la mano del conocimiento que se posee del valor artístico, estético y cultural de los objetos creados por el ser humano, y es precisamente esta discusión la que se ve reflejada en las exposiciones El artista coleccionista y Cultivo letrado, ambas abiertas al público en el Museo de Arte Dr. Pío López Martínez de la Universidad de Puerto Rico en Cayey.

«El artista coleccionista»
El Artista Coleccionista, curada por Mariel Quiñones, tiene como punto de partida la colección de Ramón Frade, desde donde se establecen los parámetros para identificar artistas de la contemporaneidad que al igual que él organizaron una colección representativa de la producción artística de sus respectivas generaciones. Entre estos destacan Osiris Delgado, Antonio Martorell, Jaime Suárez, Norma Vila Rivero, Charles Juhász Alvarado y Ana Rosa Rivera.
La muestra gira en torno a las motivaciones de los artistas, los modos de adquirir y la conciencia del valor y la conservación de los objetos que constituyen nuestro patrimonio artístico y cultural. Además, contiene una gran variedad de obras y objetos antiguos, así como pinturas y dibujos de los siglos XIX al XXI. También se pueden apreciar artesanías de diferentes países, esculturas, fotografías, medios mixtos y medios digitales, a través de los cuales se pueden identificar estilos, tendencias y vocabularios, entre otros aspectos característicos de diversas épocas en la creación artística en Puerto Rico y países vecinos. Por ejemplo, la colección de Jaime Suárez evidencia el interés por los objetos tridimensionales y está constituida principalmente por cerámica contemporánea, objetos artesanales de diversas regiones que ha recopilado desde su juventud, así como de artefactos antiguos obtenidos como obsequios o a través de herencia.
Por otro lado, podemos dar cuenta de las prácticas entre artistas y modos de adquisición de arte en colecciones tales como la de Charles Juhász y Ana Rosa Rivera. Este dúo intercambia sus obras las de artistas colegas y como resultado ha armado una colección de arte puertorriqueño de contenido político enfocada en la producción artística de finales del siglo XX y principios del XXI. Estos modos de adquisición revelan el compromiso con la producción artística contemporánea y la solidaridad entre artistas amigos. Asimismo, la colección de Norma Vila enfatiza su compromiso en patrocinar a sus pares mediante la adquisición de obras que reflejan su interés en el trabajo de mujeres artistas y la producción de una generación reciente de creadores que trabajan nuevas expresiones y medios en el arte contemporáneo del presente siglo. Estos rasgos quedan evidenciados en obras como Ay (2012), de Omar Velázquez , It’s A Small World After All (2010), de Zinthia Vázquez y Yellow Panic (2008), de Alfredo Marín.
La colección de Antonio Martorell, además de incluir una selección de su propia obra, cuenta con gran variedad de objetos, entre ellos pinturas y artes gráficas del siglo XX en Puerto Rico, así como obras de destacados grabadores caribeños, como los cubanos Belkis Ayón y Luis Lara. También se presentan ejemplos sobresalientes de las artes visuales y populares puertorriqueñas. El contenido de esta colección se construye como un enlace con artistas extranjeros y se convierte también en una importante muestra de la producción local y caribeña del siglo XX. Entre las obras que constituyen esta colección y que muestran la variedad de técnicas, medios, estilos y generaciones, por mencionar algunas, se encuentran Sagrados Corazones (1987), de Nick Quijano; Retrato de Rafael Tufiño (1956), de Lorenzo Homar; DLL: Frases célebres (2007), de Elsa María Meléndez y Los cabezudos de la Calle San Sebastián (2002), de Raquel Quijano.
El Artista Coleccionista también incluye una muestra de obras de la colección Osiris Delgado, quien es considerado como uno de los “coleccionistas de mayor relevancia en el ámbito de la bibliofilia y objetos de valor histórico”. Esta selección presenta pinturas de artistas puertorriqueños del siglo XIX y XX, entre ellos José Cuchi Arnau, Pedro Pablo Pommayrac, Ramón Frade, Francisco Delgado y Félix Bonilla Norat, entre otros.
Cabe destacar que algunas de estas colecciones han beneficiado a museos nacionales, como es el caso de la colección Ramón Frade. Esta constituye un importante acervo cultural, ya que se puede acceder a una importante muestra de objetos, materiales y arte del siglo XIX y de los primeros treinta años del siglo XX, que incluye pinturas, esculturas, fotografías, objetos de artesanías y materiales gráficos de Puerto Rico, República Dominicana, Estados Unidos, España, Italia y Francia. Este acervo no solo ha sido punto de partida para la articulación curatorial de la exposición El Artista Coleccionista, sino que también, a través del material gráfico de esta colección, se demuestra el interés del artista cayeyano en la tipografía y la caligrafía, lo que constituye un referente importante para el desarrollo de la exposición Cultivo Letrado, la cual se presenta en la salaLorenzo Homar del cartel y la gráfica puertorriqueña del mismo museo.
Esta muestra, curada por Humberto Figueroa con la colaboración de Jonathan J. Berríos y Anne Laure Beye, además de tomar como referente el material gráfico del Legado Frade, coincide con las actividades en torno al Centenario de Lorenzo Homar que han venido celebrándose desde septiembre del pasado año. La narrativa de esta exposición se enfoca en los valores de la letra como signo, lo que permite la articulación de ideas y que funciona como elemento que puede “engalanarse en código caligráfico”, según nos comenta el curador. En ese sentido, la muestra representa la obra de Lorenzo Homar desde el cartel, ya que es, en gran medida, desde donde el artista ha desarrollado e incorporado la forma con la letra y la palabra con la imagen. Cabe destacar la importancia de la colección de la Casa del Libro en relación con esta muestra, en primer lugar porque fue centro de reunión y trabajo de Lorenzo Homar y de otros artistas que también han incorporado a sus trabajos aspectos tipográficos y caligráficos. En segundo lugar, porque la colección sirvió como material para el estudio de las artes del libro, así como para el cultivo del pensamiento e intelecto de estos hombres de letras; de ahí el título y la narrativa de Cultivo Letrado.
Bajo la temática del cartel serigráfico se presentan trabajos de Rafael Tufiño, José Rosa, Antonio Martorell, Rafael Rivera Rosa y Nelson Sambolín. Entre los cartelistas es preciso reconocer que es Sambolín quien, en cierta manera, desarrolla su propio tipo de letra con sus variantes, enriqueciendo el inventario tipográfico y caligráfico. En lo que respecta al libro de artista, la hoja suelta y el tema de los abecedarios, se pueden apreciar trabajos como los de Consuelo Gotay quien fue discípula y “heredera consistente de la tradición letrada que lega Homar”, al igual que Martorell, de quien se exhiben trabajos como El libro dibujado, el dibujo librado (1995), Antillas Letradas (2013) y El ABC de Puerto Rico (1968). También se incluye la representación latinoamericana a través de los abecedarios de artistas extranjeros como Joel Rondón, de México, y su Alfabeto diabólico (1998), así como una selección del ABC de las microfábulas (2011), cuyas ilustraciones y texto son creaciones de los argentinos Lorenzo Amengual y Luisa Valenzuela respectivamente.
Además, esta muestra presenta una interesante selección poligráfica, la cual incluye obras de varios artistas que trabajan medios como xilografía, linografía, “letterpress”, fotografía digital, impresión fotolitográfica, estarcido, escultura y medios mixtos. La producción de estos artistas evidencian la continuidad de la tradición letrada en la producción reciente, como sucede en Filigrana (2013), de Rosenda Álvarez; Orejas sordas (2013), de Vero Rivera y Noescafé (2012), de Roberto Tirado.
También se presentan piezas como Clandestina (2013), de Javier Vélez, que evidencia el uso de la letra al servicio de la marca y la producción de etiquetas. La escultura en caoba El ego y las penurias de Falopio el Glande (2007), de Juan Crespo, es una pieza destacable, que conjuga un contenido político y erótico a través de las formas y de las palabras esgrafiadas. En el medio digital se presenta la fotografía Oro no es Plata no es (2014), de Jesús Gómez, y también se puede apreciar la pieza Museo (2014), de Luis “Tato” González, quien trabaja en la creación de letras como vienen haciendo los rotulistas desde el siglo XIX, a mano alzada, regla y a pulso sobre papeles y cartón. Como evidencia del interés de numerosos artistas de recientes generaciones por el lenguaje tipográfico, y siguiendo la línea del discurso formal del grafitero, se presenta la piezaPseudomero tag, en la que se puede apreciar tanto la xilografía sobre papel como la plancha matriz.
Es evidente la rica aportación de Lorenzo Homar al arte puertorriqueño desde el discurso gráfico específico de la letra, la cual está presente en la producción actual tanto local como latinoamericana. Además, la presencia de material gráfico en la colección Frade nos deja muy en claro que el apego a la letra, la palabra y la impresión están muy presentes en la historia de Puerto Rico desde el siglo XIX. Cada una de las obras presentadas en Cultivo letrado no solo muestran la persistencia de la tradición letrada, sino que también permiten apreciar la continuidad como una construcción y el camino del arte que es desarrollo, evolución y variación.
A través de Cultivo Letrado y El Artista Coleccionista se hace vital reconocer las colecciones como una construcción de criterios y validar la importancia de gestionar los inventarios para el desarrollo de investigaciones afines a nuestro tiempo, intereses y necesidades. Ambas exposiciones nos permiten explorar la producción artística actual, sus paralelismos y correspondencias con lo legado por Ramón Frade y Lorenzo Homar. Estas muestras también complementan los diálogos desarrollados recientemente por la Comisión para el Desarrollo Cultural de Puerto Rico, la cual ha evaluado e identificado algunos de los retos y oportunidades para realzar la labor de los museos en la Isla. Por tanto, estas exposiciones son oportunidades que nos invitan a mirar procesos culturales y tendencias artísticas, entre otros aspectos, a través de los intereses de los creadores contemporáneos, provocando reflexiones sobre el estado actual del arte y el coleccionismo en Puerto Rico.
Las exposiciones El Artista Coleccionista y Cultivo Letrado pueden visitarse en el Museo de Arte Dr. Pío López Martínez de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Cayey, hasta enero de 2015.
* Artículo publicado en Visión doble en julio del 2014.