Nieve blanca, negro carbón
En 1914, poco antes de que estallara la Primera Guerra Mundial, Ernest Shakleton publicó en el NY Times un anuncio para reclutar hombres dispuestos a viajar a la Antártida. El anuncio decía:
“Se buscan hombres para viaje peligroso. Salario bajo, frío agudo, largos meses en la más completa oscuridad, peligro constante, y escasas posibilidades de regresar con vida. Honores y reconocimiento en caso de éxito.”
Se recibieron 5.000 candidaturas.
Años antes, en 1845, el capitán John Franklin partió de Inglaterra hacia su cuarta expedición al Ártico. Nunca regresó. Ni él ni ninguno de los 128 miembros de su tripulación. Todos ellos quedaron atrapados en el hielo. Dos años después comenzó la búsqueda de la llamada Expedición perdida, iniciándose así una serie de viajes al Norte cuyos objetivos, económicos, científicos, ambientales e incluso artísticos, se mantienen hasta el día de hoy.
Kings Bay es un fiordo del archipiélago de Svalbard (Noruega) muy cerca del Círculo Polar Ártico. La isla más grande de este archipiélago se llama Spitzbergen donde está el asentamiento NY Ålesund, fundado en 1916 por una compañía minera noruega que se dedicó a explotar incesantemente minas de carbón que no cerraron hasta el año 1962, después de un escandaloso y terrible accidente. Hoy viven allí 35 personas que trabajan en una base científica internacional y allí, en ese territorio en la latitud 79 ͦ N, pasó un mes Osvaldo Budet realizando un fantástico proyecto: Spitzbergen (NY-Ålesund), 2013.
Se trata de una serie fotográfica en la que Budet muestra al espectador unas imágenes del Ártico en las que ha borrado deliberadamente, de manera digital y en su estudio, toda huella humana. Presenta ante nuestros ojos un paisaje de una belleza sobrecogedora, sublime, que identificamos inmediatamente porque se corresponde con la imagen colectiva que tenemos del Polo Norte: inmaculada nieve, inmenso cielo azul, paisaje boreal, paraíso mágico en el que han enfatizado los documentales, la publicidad e incluso los propios diarios de los científicos que pasan por allí para estudiar el cambio climático:
Hay una especie de cuarta o quinta dimensión, ¿quién sabe? Paseas por la arena, acompañado del rítmico oleaje del mar. Un agua gélida, opalina, parece desvelarte todos los secretos árticos. Flotando en ella, gran cantidad de growlers, fragmentos de hielo desprendidos de los innumerables glaciares que alcanzan la bahía. Con ayuda de los rayos rasantes del sol, producen sobre la superficie del mar unos contraluces inimitables. Y allí, erguidos sobre los growlers, como verdaderos capitanes de navíos… mis amigos los fulmares. ((Fragmento del diario de Carmen Domínguez, miembro de la Expedición Glaciológica Internacional Svalbard.))
Sin embargo, debajo de la nieve siempre estuvo el carbón y el carbón es un bien preciado y valioso que en un lugar tan remoto es muy rentable extraer. Junto a las fotografías, en papel fotográfico, Budet ha dibujado con tinta de carbón las huellas de la presencia humana. Dibujos minúsculos, minuciosos y detallados en los que nos muestra de una manera inteligente y bella la paradoja que se vive en el Ártico desde el siglo XIX. Las fotografías prístinas nos atrapan en el paraíso polar, y los dibujos realizados en el blanquísimo papel nos hablan de la suciedad y el desecho, nos hablan del carbón como la mayor amenaza del clima, porque es el responsable de un tercio de todo el CO2 que se emite en la tierra. Nos hablan de la avaricia.
La obra de Budet denuncia la destrucción del entorno natural por parte de países desarrollados y civilizados como Noruega, que se muestra ante el mundo como un país mentalizado con el cambio climático y sus consecuencias, y es también el país responsable de la explotación minera que incluso se ha multiplicado en la última década en esta zona.
En uno de los dibujos se representa el poste de amarre del dirigible Norge, desde el que Roald Amundsen sobrevoló el mar polar por primera vez en 1926 (este explorador fue también el primero en llagar al Polo Sur, en 1911). Este dibujo es especialmente emocionante y evocador de las contradicciones y paradojas que se producen en este lugar: Por un lado rememora las hazañas, el tesón y la valentía humanas y por otro las consecuencias negativas y de carácter irreversible que estas hazañas trajeron al futuro de la humanidad.
Una a una, las imágenes van desgranando de manera metafórica, poética y sutil la historia de una infamia invisibilizada, la basura, las minas abandonadas, los restos de la explotación, los resultados de la violación. Cualquier cosa que ocurra a 79 ͦ N puede quedar impune, aunque esa impunidad nos cueste la vida a nosotros y al futuro del planeta azul.
* Texto publicado en Visión Doble, reproducido aquí con la autorización de la autora.