Omar Velázquez y su arte
Velázquez, quien me atrevería decir es uno de los artistas contemporáneos más reconocidos por la misma comunidad artística, es un chico humilde, sin pretensiones de gran intelectual, sincero y accesible. El artista, natural de Isabela, Puerro Rico. comenzó contando cómo se inició en el mundo artístico. La música siempre fue uno de sus principales intereses. Es por esto que por muchos años se dedicó al estudio de ésta mientras estaba en la escuela e incluso participaba de la banda escolar. No obstante, poseía un conocimiento básico de dibujo, acuarela y talla en madera. Incluso, cuenta que en varias ocasiones aunque se matriculó en el departamento de música, se sentía tan atraído por las bellas artes que no perdía tiempo para irse a ver lo que acontecía en aquellos salones.
Al graduarse de escuela superior decidió solicitar admisión al programa de Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras, de donde fue rechazado. Como resultado de su examen de admisión fue admitido en el Departamento de Bellas Artes con Concentración en Grabado. El artista confiesa, entre risas que, antes de tomar su primer curso de grabado, creía que se refería a grabar como en filmes. Plantea que el grabado se le hizo fácil dado a sus conocimientos previos en el dibujo. Una vez comenzado el trabajo práctico en el grabado, éste inició su estudio de la obra de algunos de los máximos exponentes de la gráfica en Puerto Rico. Es así como descubrió la obra de Carlos Raquel Rivera, por quien profesa gran admiración. Posteriormente se volcó a estudiar el expresionismo alemán.
Mientras cursaba su último año de estudios de bachillerato, la Universidad lanzó una iniciativa en la que arrendaban un espacio el cual dividían en cuatro estudios para artistas del Departamento de Bellas Artes. Velázquez tuvo la oportunidad de ser escogido para participar de esta iniciativa junto a Rebecca Adorno, Frances Gallardo y José Ortiz. Fue allí donde adquirió la disciplina, y aprendió sobre el esfuerzo y la dedicación que requiere tener su propio taller y trabajar en él.
Posteriormente, se mudó a Río Piedras donde arrendó un espacio que le sirvió tanto de vivienda como de taller. Allí realizó muchísimos grabados a pequeña escala y fue a partir de aquí que comenzó a realizar exhibiciones individuales, muchas de ellas, sino todas girando alrededor del tema de la marginación social, la pobreza y la basura. La primera de estas muestras fue titulada ‘Desde la Cuneta’ en referencia a la cultura del ron en Río Piedras. La misma se presentó en la Galería Guatibirí.
Le pregunté a Velázquez cómo surge ese interés por esta problemática social. Me contó que a través de José Luis Vargas tuvo la oportunidad de trabajar en Iniciativa Comunitaria ofreciendo talleres de dibujo y grabado. Allí conoció a muchas personas con problemas de alcohol, sin vivienda, etc. En las mañanas se dedicaba a compartir con estas personas en esos talleres y en las tardes iba a la Universidad a tomar sus clases. Velázquez confiesa que no podía sentarse a leer sobre filosofía, sobre aspectos teóricos mientras sabía la realidad que había allá afuera. Entonces comenzó a vincular sus proyectos artísticos con esta temática.
Mi impresión del trabajo de Velázquez es que es uno muy político, cargado de contenido. Es por esto que lo abordo sobre si considera que su arte es su tipo de activismo. El artista nos planteó:
“Yo no soy muy activista. No tengo la disciplina. Siento que como no soy tan activista, trato de ser parte indirectamente colaborando con carteles, imágenes para protestas y cosas así. Sí, hay algo de inconformidad en cuanto al sistema. Dentro de mi trabajo siempre hay un comentario social, no lo puedo negar. Ahora lo que estoy pintando son imágenes de vertederos clandestinos. Tratando de yuxtaponer imágenes de naturaleza con envolturas y materiales que están por ahí. Son pedazos de tiempo que le añado a la pintura. En ese aspecto, la pieza que hice que está en la Muestra Nacional tiene un poco de eso. Es un vídeo. La idea era hacer un proyecto que pudiera hacerse en cualquier parte. Identifiqué espacios abandonados en Santurce. Hay una parte donde estoy imprimiendo y la UTIER está protestando. Yo estoy de rodillas imprimiendo. Se escuchan las consignas de los obreros protestando. Me estoy distanciando porque no estoy en la protesta cargando una pancarta, pero estoy trabajando por un fin no lucrativo que busca hacer un comentario. Es bien indirecto, no considero que soy activista en sí pero hay algo de eso”.
Y coincido con él, hay diferentes tipos de activismo. El arte es, sin duda, una herramienta muy valiosa para quienes luchamos por una sociedad justa.
En los últimos años su trabajo ha adquirido gran auge entre los círculos de arte contemporáneo, ¿qué es lo próximo para Omar Velázquez?
En mayo estrenará una exhibición en Chicago. Una parte de ésta se presentará en el IPRA (Institute for Puerto Rico’s Art and Culture) y la otra en un ‘trailer’ de ‘Trailer Park Projects’ de Alex Figueroa. Para esta muestra Velázquez busca hacer una pequeña retrospectiva que conecte sus trabajos más viejos con sus últimas piezas (que estarán en el ‘trailer’). En esta podemos esperar ver las obras en pintura y grabados que lo caracterizan así como mucho rock and roll.