Posible masacre de emigrantes en la frontera
Sucedió que hace tres semanas una caravana de 1,000 emigrantes se arriesgó caminar desde Honduras hacia EEUU en contra de la rudeza de Trump de no dejarlos entrar. Algunos caminantes han renunciado a la difícil travesía calculada a 1,990 millas (3,200 kilómetros). En el camino se han unido 6,000 más. Resulta que nada en la Constitución Norteamericana prohíbe la odisea como ilegal.
Es interesante observar la información y contradicciones que llegan a diario. Aparte de las tropas, para evitar la entrada de niños, mujeres y hombres, la trinchera militar está preparada por tierra y aire. Incluye helicópteros Blackhawk, aviones, equipo militar especializado para vigilancia nocturna. El gobierno desplegó cientos de gente entrenada y especializada del departamento de seguridad. Es un plan militar, incivil.
Desde la semana pasada en sus discursos apáticos y burlones alrededor del país Trump ha ido preparando la opinión pública y su base anti-inmigrante. Dijo acerca de los seres humanos de la caravana que, “Son una amenaza para Estados Unidos…muchos son pandilleros y algunas personas muy malas”. Vocabulario soez discriminatorio que no ha cambiado mucho ni sorprende.
No hay duda que el terreno para que se pueda justificar una masacre está preparado. Los discursos anti-hispano desde principio de su mandato, la construcción de una muralla, la separación de hijos y madres, difamación a mejicanos, muestran su insolente postura. “Nuestros soldados los están esperando”, dijo con burla Trump esta semana en una de sus presentaciones para movilizar su base de seguidores racistas que les ríen guasas. Estos miles de latinoamericanos comenzaron a pie desde Honduras el pasado 13 de octubre y ya cruzaron la frontera entre Guatemala y México donde hubo encontronazos con la guardia mejicana. Pero ni cansancio ni soldados aún los han detenido. La indómita andanza sigue a pique hacia el país llamado Estados Unidos.
El jueves, 1 de noviembre, el Presidente sugirió a las tropas norteamericanas movilizadas en la frontera que, “Los lanzamientos de piedras hacia los soldados deben ser considerados como si fueran disparos de rifles” (Prensa Asociada, 11/01/2018). Es una orden del mandatario para que los soldados respondan a tiros.
En cuanto a no dejarlos entrar por la frontera son órdenes simbólicas por Trump. Lo más que pudiera hacer es crear campos de concentración y encarcelar como animales a todo aquelque entre ilegalmente al territorio. Las Leyes de Emigración de EEUU (Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1965) indican que todo emigrante que toque suelo norteamericano puede acogerse a un asilo.
Lamentablemente, la preparación de equipo militar, los discursos chapuceros, y la ordenanza de Trump a los soldados no huele a compasión, sino más bien a muerte. Psicológicamente los soldados están preparados para matar. Se siente el desasosiego. Hay tensión en la frontera. Cualquier sonido o convulsión inesperada pudiera crear condiciones necesarias suficientes para comenzar un tiroteo de cualquiera de los dos bandos. Esta podría crear la masacre en la frontera más horrible de gente humilde e indefensa bajo el mandato del presente presidente norteamericano.