Protestas en Nicaragua: un acercamiento
“Living is easy with eyes closed,
misunderstanding all you see”
–Lennon/McCartney
Partiendo de estos tres marcos se busca identificar las contradicciones internas de la actual sociedad nicaragüense. ¿Qué contradicciones han dado lugar a la presente coyuntura y qué opciones o propuestas se traen para salir adelante? Esto es así, pues se cree en la concepción de que son las contradicciones internas de la sociedad las que mueven a esta y provocan sus transformaciones. Daremos por sentado, en este caso, que no son conspiraciones internas o externas. Tampoco aceptamos la idea de que el gobierno responde o se guía por designios divinos de dios a través de la Iglesia católica antes y ahora con su más reciente interlocutor, Jorge Raschke, como pretenden hacernos creer Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Hace más de una década se produjo en Nicaragua una alianza entre la derecha y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Ortega-Murillo. Esta alianza contó con la bendición de la Iglesia católica. ¡Toda una santísima trinidad! La misma se da con la intención de lograr una ley electoral que permita la alternancia en el poder entre la derecha y FSLN. A la vez, en este proceso, se excluía a los otros sectores políticos. Entiéndase, organizaciones de mujeres, organizaciones de base comunitaria, ONGs, sociedad civil en general e individuos que impulsan la democratización del país, pero no están bajo la “sombrilla” del FSLN. Por ejemplo: Ernesto Cardenal, Gioconda Belli y Sergio Ramírez, para mencionar algunos que fueron dirigentes del FSLN, cuando era revolucionario. Esta alianza marcó el abandono de principios fundamentales que, junto a la corrupción, las deterioradas relaciones con la sociedad civil, además de los estilos autoritarios de conducción del FSLN, agudizaron la crisis en el seno del sandinismo. Crisis que venía arrastrándose desde que perdieron las elecciones en 1990 y la famosa Piñata.
Por supuesto, y como era de esperar, la bendición de la Iglesia católica tenía un precio a pagar: prohibir el aborto. Esto, junto a las denuncias de abuso sexual contra Ortega hacia su hijastra provocó protestas del feminismo y amplios sectores del país. El triunfo de Daniel Ortega y el FSLN en 2006 se monta en la traición a los derechos de la mujer, el contubernio con la Iglesia y los sectores más corruptos de la derecha. Durante esa campaña electoral, los diputados sandinistas bajo el mando de Daniel Ortega derogaron la ley del aborto terapéutico, para demostrarle a la Iglesia su buena fe y que de verdad eran sus aliados. Mes y medio después de prohibir el aborto terapéutico el FSLN “gana” las elecciones. De hecho, ese triunfo significó la derrota más grande para la mujer en más de 150 años en Nicaragua. Con el gobierno Ortega-Murillo la mujer viene a ser la gran perdedora de derechos y espacios políticos. Aquí vemos cómo la “izquierda” macharrana es igual y hasta peor que la derecha machista.
Desde la mirada progresista y de izquierda las explicaciones del imperialismo y la ultraderecha del país junto a la posición del oficialismo Ortega-Murillo no se sostienen ni aguantan un análisis serio. Mucho menos una crítica rigurosa. Estas explicaciones pecan de simplismo y se reducen a consignas como argumento y/o acusaciones viciosas sin fundamentos, como por ejemplo, decir que quienes criticamos al gobierno de Ortega-Murillo estamos al servicio del imperialismo o hacemos causa común con este. Las sociedades suelen ser muy complicadas como para pretender explicarlas con consignas, vítores o acusaciones. Intentemos no caer en tal simplismo, pues sería la peor solidaridad para con el pueblo nicaragüense.
Dicho lo anterior, entonces, ¿qué contradicciones han dado lugar a la situación actual que se vive en Nicaragua? Debemos intentar una explicación y un entendimiento que exponga las mismas. Ver qué provoca el descontento general del pueblo contra el gobierno en esta particular coyuntura, partiendo de que se trata de un descontento profundo contra el capitalismo en ese país y un malestar que ha venido acumulándose por años; exacerbado con las políticas neoliberales que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le impone a Nicaragua y con la actitud de servilismo del gobierno de Ortega-Murillo de dar paso a las mismas. La gota que derrama el vaso y provoca estallidos de descontento y protestas es el intento de imponer recortes en los planes y pensiones de retiro (Seguridad Social), y el aumento de pagos de cuotas al mismo a trabajadores y patronos. Aquí el gobierno Ortega-Murillo actuó por decreto: obvió el debido procedimiento al no someter la medida a debate y aprobación por la Asamblea Nacional. Así, en el marco del capitalismo y las políticas neoliberales se toman decisiones impopulares y se adoptan actitudes de autoritarismo dictatorial por parte del gobierno de Ortega-Murillo.
Pasamos, pues a las contradicciones que considero más significativas:
1) Ley que prohíbe el aborto y lo tipifica como delito castigable con no menos de ocho (8) años de cárcel. De hecho, en Nicaragua el Código Penal prohíbe completamente el aborto. No hay lugar a excepciones, incluso en casos de violación, incesto, embarazos con alto riesgo para la vida de la madre con problemas de salud (aborto terapéutico) o malformación grave del feto. Aquí la mujer pasó a ser enemiga de la revolución divina Ortega-Murillo-Iglesia católica. Las denuncias y luchas del feminismo han sido muchas, largas y duras. Luchas que han chocado con el FSLN desde los 80–90 por aquello de no ir más atrás. En los 90 hubo sus choques, pero el disloque viene con la aprobación de la ley promovida por la Iglesia católica y adoptada por el FSLN que prohíbe por completo el aborto (2006). Las protestas han sido duramente reprimidas. El aborto se practica de manera ilegal, exponiendo a las mujeres a toda suerte de daño físico o a la muerte.
2) Decreto Presidencial en 2012; se tipifica como delito la violencia contra las mujeres. Y uno piensa, ¡vaya, que bien! Pero no es para tanto el entusiasmo. Este decreto reduce el feminicidio a un asunto que ocurre en el seno de la familia. Entonces mujeres que son asesinadas fuera del núcleo familiar, ¿no se le considera como feminicidio? ¿O acaso se pretende que se quede ahí, en el seno de la familia y no sea atendido por el Estado? También las mujeres que sufren violencia y son maltratadas están obligadas a que primero tienen que mediar con su agresor. De esta forma, la revolución divina Ortega-Murillo-Iglesia católica atiende las necesidades de la mujer maltratada. Esta medida lo que hace es establecer sin lugar a dudas la posición privilegiada y de poder del hombre sobre la mujer. Demás está decir que incrementa el maltrato en contra de la mujer y la deja desprovista de ayuda a la vez que genera más descontento y protestas ante el ataque machista hacia las mujeres.
3) El Canal Interoceánico. Este megaproyecto es uno privatizado y con costos muy elevados. También entrega la soberanía del mismo a extranjeros por un siglo. Igual que el Canal de Panamá con los gringos. Pero aquí se le entrega a los chinos. A su vez significa barrer comunidades enteras del mapa geográfico. Surge la oposición, protesta y autodefensa de las comunidades contra el mismo. Se dan los famosos plantones, tranques, cierres de carreteras y caminos para evitar que lleguen a destruir las comunidades. Cuatro años llevan los campesinos y las comunidades rurales enfrentadas por todos los medios posibles al gobierno. Las protestas feministas y las de las comunidades contra el Canal son las que más tiempo llevan y las más reprimidas por el Estado. Las organizaciones de mujeres tuvieron y tienen una fuerte presencia y un rol significativo en estas luchas.
4) Actividad extractiva, principalmente minería. Casi se ha duplicado de un 12% a un 22%. Hay conflictos con los campesinos que ahora tienen menos acceso a la tierra y con los ambientalistas por el daño ecológico y la falta de protecciones ambientales.
5) Monocultivos empresariales de azúcar y palma africana, además de la extensión y ampliación de la ganadería. Con esto se reduce más aún el acceso a la tierra a los campesinos y se limitan los subsidios del gobierno. También es caldo de cultivo para el descontento y las protestas.
6) Descuido ambiental y desidia del gobierno frente a la destrucción- deforestación, ocupación ilegal e incendio de la Reserva Biológica Indio-Maíz. Genera conflictos con ambientalistas y la sociedad civil, sobre todo con la juventud. Demuestra la ausencia de leyes y regulaciones para proteger el medio ambiente.
7) Intentos de control del FSLN sobre organizaciones feministas, de derechos humanos, de base comunitaria y sociedad civil en general. Quien no se someta no tiene permisos de operación ni ayudas del gobierno. Quedan fuera de la revolución divina. Esa política de controlar y dirigir todo desde el Estado mantiene en constante tensión a las organizaciones y movimientos de la sociedad civil. Hay un choque continuo con el gobierno.
8) Reelección presidencial. Violando la Constitución, el Estado de Derecho y la normativa político/legal existente, Ortega-Murillo deciden ir a reelección. Para ello enmiendan la Constitución para saltar por encima del Estado de Derecho vigente. Aquí queda claro su autoritarismo y sus prácticas dictatoriales con el único fin de perpetuarse en el poder no importa a qué precio. También se ve la actitud que caracteriza a las dictaduras de ajustar el ordenamiento jurídico legal a los intereses y necesidades del dictador con el propósito de asegurarse permanecer en el poder.
9) Sobre esta práctica de violentar el ordenamiento legal han surgido acusaciones de fraude electoral en las últimas dos elecciones. O sea, hay un cuestionamiento de la legitimidad de ese gobierno.
10) Corrupción rampante y enriquecimiento ilícito. Desde la famosa Piñata donde Ortega-Murillo y otros dirigentes del FSLN se apropiaron de riquezas del país el enriquecimiento mediante corrupción ha sido una constante. El perdón a la corrupción de la derecha (caso de Arnoldo Alemán y Roberto Rivas, entre otros) para que la derecha le perdone la de ellos. Alemán es considerado uno de los gobernantes más corruptos del mundo. El perdón a Roberto Rivas viene como parte de los acuerdos con la Iglesia católica. Rivas estaba bajo la protección del cardenal Ovando. De hecho, parte de la negociación es que la derecha propuso bajar el % requerido para ser electo presidente. Este era de 45%, Daniel Ortega tenía el 35%. Se baja el % y Ortega es electo presidente con el 38% de los votos. Todo esto gracias a la derecha, al encubrimiento y perdón de los casos de corrupción, además del apoyo de la Iglesia católica. Otro caso muy sonado es el de Orlando Castillo Guerrero (del grupo gobernante de Ortega-Murillo), gerente de aeropuertos que se ha hecho millonario. En este gobierno se actúa con completa impunidad, afectando los servicios básicos a la población. La acumulación de riquezas mediante corrupción incita a perpetuarse en el poder.
11) Contol de los medios de prensa, comunicación y redes sociales por parte de Rosario Murillo. De esta manera se aseguran de que la opinión pública siempre esté a su favor. Convierten a la prensa en fotutos del gobierno. De ahí los choques y conflictos con medios independientes.
12) Privatización del Patrimonio Nacional. Cuando el FSLN gana las elecciones en 2006 el país está hundido en una grave crisis económica y corrupción. La solución que busca Daniel Ortega es acudir al FMI por un lado y por el otro, al amigo que gobierna Venezuela, Hugo Chávez. Durante mucho tiempo el gobierno Ortega-Murillo ha funcionado con los subsidios y el petróleo bolivarianos. Esto se afecta con la baja en el precio del petróleo, con la crisis en Venezuela y el cambio de actitud hacia Nicaragua del gobierno de Estados Unidos, principal receptor de las exportaciones nicaragüenses. Así la “ayuda” del FMI llega, pero junto con esta llegan también las medidas y políticas neoliberales. La propiedad estatal y colectiva va pasando de manera acelerada a manos de empresas de capital extranjero; un 85% es el cálculo que se estima. Entonces, la defensa de la soberanía y el Estado Nación no es en función del bien para el país. Es más para encubrir que se han entregado al capital financiero, o sea, al imperialismo. También se escudan en la soberanía nacional para señalar como “intervencionismo extranjero” las denuncias a sus políticas neoliberales y la represión que las acompaña. Además, acusan de “injerencia extranjera” a los esfuerzos de solidaridad con las luchas del pueblo.
13) Condiciones laborales de miseria y bajos salarios como atractivos a la inversión de capital extranjero. Tenemos aquí un elemento básico del peor neoliberalismo o capitalismo salvaje. Se deja sin protección de derechos fundamentales a los trabajadores y sin condiciones óptimas, seguras y dignas de trabajo. Así se aseguran una super-explotación de la fuerza de trabajo. Y tienen el descaro de llamarse y proyectarse como revolucionarios de izquierda.
14) Problemas con los empresarios. Luego de años de luna de miel con el gobierno Ortega-Murillo, sectores de los empresarios comienzan a dudar de si estos son la mejor opción para estar al frente del gobierno. De ahí que tomen distancia de su antiguo aliado. Aquí el problema no es con el gobierno, sino con las caras que lo representan. Hace años sectores de la derecha y los empresarios están de aliados del FSLN de Ortega-Murillo, pues pueden impulsar sus políticas e intereses sin oposición. De hecho, también, gracias a esa alianza el FSLN “gana” las elecciones en 2006. Los empresarios no quieren cambiar el sistema de gobierno que muy bien les ha resultado, lo que quieren es un lavado de cara, otras marionetas que no estén desprestigiadas.
15) Reforma del sistema de pensiones y retiro (Seguridad Social). Esta fue una imposición del FMI, y el gobierno de Ortega-Murillo —en total servilismo, mediante un decreto presidencial— la convierte en ley. Los primeros en tirarse a la calle son los retirados, seguidos y apoyados por los estudiantes, obreros y campesinos, la mayoría jóvenes. Paros y protestas a lo largo y ancho del país, 70% de las carreteras bloqueadas. El descontento y la protesta se extendió a tal punto que el gobierno se vio obligado a derogar la reforma. A su vez, esta fue la medida que lanzó la protesta a nivel general de todo el país. Desde ese momento el movimiento de protesta y rechazo al gobierno Ortega-Murillo se ha ampliado y ha cobrado fuerza. Ha asumido la exigencia de pedir la renuncia al gobierno, “que se vayan”, es el reclamo de las protestas. Esto le imprime un nuevo carácter a las protestas, no se trata de una reforma o un pedir perdón, no. La única salida que se le deja al gobierno es que renuncien, “que se vayan”, por su incapacidad. Más el país quiere un respiro, quiere paz y con la actitud dictatorial de Ortega-Murillo saben que no la habrá. Tamaña contradicción esta, ¿no?
Hasta aquí se han señalado 15 contradicciones y/o puntos de conflictos que marcan y definen el carácter del descontento y las protestas en Nicaragua y a su vez, la respuesta del gobierno. Felizmente alguien puede señalar otras. Bienvenidas sean. La idea es analizar de manera seria la situación para tener un mejor entendimiento. Así le damos un sentido apropiado a la solidaridad con el pueblo de Nicaragua. Lo que no ayuda en nada es la consigna y las falsas acusaciones de que si se critica a ese gobierno se es vocero del imperialismo y se está al servicio del gran capital. Total, ya ese puesto (servir al gran capital) estaá ocupado por la camarilla Ortega-Murillo.
En este contexto de una Nicaragua capitalista con fuertes políticas neoliberales y de entrega al gran capital extranjero es que podemos intentar acercarnos a comprender lo que allí acontece. A su vez, nos da un mejor posicionamiento para establecer la solidaridad con ese pueblo hermano. No hay ni debe haber lugar para esos análisis Mickey Mouse de que se trata de tretas, invenciones y conspiraciones del imperialismo. La izquierda, el centro, la derecha y el imperialismo tratarán de influenciar, aprovechar y mover hacia su lado estas contradicciones como en cualquier otro país. De eso se trata la política y la lucha de clases; del juego de actuantes en el seno de la sociedad y cómo impulsar X o Y opción. Lo que no tienen estos sectores sociales es la capacidad para crear las contradicciones; estas surgen del seno de la sociedad producto de los intereses de cada sector o clase social. De cómo se traten las contradicciones, cómo se dé la conformación y la acumulación de fuerzas depende hacia dónde se dirigen o qué sector o sectores prevalecerán. Así que, vamos, más rigor y seriedad en el análisis, por favor.
Como se puede ver, esta crisis no surge de la nada ni cae de un avión yanqui que sobrevuela Nicaragua. Hay antecedentes importantes que la explican. Problemas estructurales de crisis capitalista junto a medidas neoliberales como solución a la misma. Los problemas que plantea esta coyuntura no son de fácil solución. Se empeoran al tener a la cabeza del gobierno a una pareja presidencial que no escucha, que es autoritaria y con graves actitudes dictatoriales. La consabida desigualdad social. El empobrecimiento generalizado. Y ante el descontento de las mayorías en la sociedad, se acude a la represión. ¿Qué giro habrá de tomar; hacia dónde nos lleva esta crisis? No se sabe. Lo cierto es que a partir de aquí hay un nuevo elemento o factor en la realidad nicaragüense. La gente le perdió el miedo al régimen y está en las calles defendiendo sus derechos, reclamando justicia.
Además se lo juegan todo. Esto es muy importante porque significa un cambio de paradigma. Sucede cuando de la protesta por medidas particulares se pasa a exigir la renuncia del gobierno y plantean que eso no es negociable. Entonces aquí se trata de otra cosa, hay un cambio en el juego político. Ya la lucha y la protesta es por el poder. Pues quienes protestan se han convencido de que con el gobierno actual no hay posibilidad de cambio, se ha agotado su espacio político. Entonces, la solución a la crisis requiere un cambio radical, la salida de Ortega-Murillo y su camarilla gobernante. A la vez, hay que crear espacios democráticos que permitan una nueva cultura política de respeto a la diferencia y a las minorías. Aquí surge la posibilidad real de una garantía de paz y justicia que el país necesita y reclama. Paz y justicia que el gobierno Ortega-Murillo está imposibilitado de brindar, pues han optado por las políticas neoliberales y la corrupción. Además de imponer la paz de los sepulcros y el fusil, de los arrestos y las desapariciones, de los secuestros y de la represión generalizada contra la población. En fin, la paz del capital.
Por último, al menos por ahora, el FSLN ya no es lo que era en los 70-80. Daniel Ortega y Rosario Murillo pueden ser solidarios con la independencia de Puerto Rico, pero eso no limpia la sangre de sus manos, ni los hace menos autoritarios y dictatoriales. El que sean solidarios con la independencia de Puerto Rico tampoco justifica guardar silencio y ser cómplice; sobre todo ante la barbaridad de las políticas neoliberales y la represión de ese gobierno contra su pueblo. Así también, aunque Ortega-Murillo están peleados con un sector del capital financiero, particularmente yanqui, eso no quiere decir que sean revolucionarios o antiimperialistas. Le han entregado el país al capital financiero. ¿Se puede decir que un gobierno que se ha entregado al gran capital es de izquierda y revolucionario? Por todo lo anterior, afirmo que Daniel Ortega, Rosario Murillo y su gobierno son traidores al sandinismo. ¿Cuánta sangre, más de la ya derramada, hay que ver correr para condenar a ese gobierno? ¿A cuenta de qué la izquierda, gente y grupos que se pretenden progresistas cierran los ojos o miran para otro lado? ¿Dónde queda la objetividad y el apego a los principios que la izquierda y los progresistas alegan tener y defender?
El sandinismo es mucho más que el FSLN, y está en la calle reivindicándose, recomponiéndose. ¿Cuál es el temor a denunciar las políticas neoliberales y la represión generalizada contra la población? Como pregunté más arriba, ¿puede un gobierno entregado al gran capital ser considerado como de izquierda? ¿Puede un gobierno que desata la represión contra el pueblo de manera tan bárbara ser considerado de izquierda y/o revolucionario? Entonces ya es hora, hace rato, de romper con los apoyos a este gobierno autoritario, sanguinario y con prácticas dictatoriales. La solidaridad, al menos en el internacionalismo proletario, es entre los pueblos, no entre los gobiernos. Nuestra respuesta ante la situación de Nicaragua revelará mucho el tipo de sociedad y gobierno que queremos para Puerto Rico.
A Alejandro Torres Rivera con amor revolucionario