Queer

Daniel Craig protagoniza Queer,
De pronto estamos en un viaje que tiene como propósito la búsqueda de yagé, planta que, cuando se hierve, se convierte en ayahuasca, que produce cambios psíquicos. Pero el director Luca Guadagnino y el guionista, Justin Kuritzkes, tienen algo distinto en mente. Después de tomarse el brebaje que les prepara la doctora Cotter (la magnífica Lesley Manville), quien se ha exiliado a la jungla ecuatoriana cerca de Quito para conducir experimentos con la droga, los dos hombres ¡vomitan sus corazones! La escena tiene el impacto que nos causó el corte del ojo en Un Chien Andalou y nos prepara para otra con definidos efectos surrealistas: los dos hombres comienzan a comunicarse telepáticamente (se los ha advertido la doctora) y se funden como si fueran dos figuras en un cuadro de Francis Bacon.
Ya, en la primera parte de la cinta, el cinematógrafo Sayombhu Mukdeeprom nos había presentado tomas de Lee en un ambiente parecido a los que pintaba Edward Hopper, y la memoria de la soledad de los personajes de los cuadros ilustra intensamente la de Lee. Lo curioso es que la mezcla de la realidad de Hopper y el surrealismo de Bacon es cónsona con la vida deforme del protagonista. El epílogo concreta la idea de la fundición de los dos cuerpos según, después de disparar e herir a Eugene, Lee, entrado ya en sus últimos años, sueña que lo está arrullando antes de que muera.
La cinta no es para todos los gustos y, a veces, es lenta y repetitiva. Sin embargo, las actuaciones, en particular la del exagente 007, son de primer orden. La mezcla de lo real, lo surreal y lo concreto funciona y, sin duda, distingue al filme de los que son rutinarios.
Pienso que las intenciones aún más revolucionarias están a la vista en la producción de Netflix y Canal+ de Emilia Pérez, escrita y dirigida por Jacques Audiard. Aunque no lo sé, pues desconozco si los productores de esta sabían la trama de Joker: Folie à Deux (2024), pero con esa cinta Emilia comparte la idea de convertirse de thriller en musical (Joker pasó de romance entre locos a musical y de ahí a ópera buffa). Pero lo más sorprendente es el tema en el que un hombre se convierte en una mujer que es interpretada por un hombre que se convirtió en mujer (Karla Sofía Gascón, quien nació Juan Carlos Gascón) y estoy casi seguro de que es la primera vez en la historia del cine que una actriz puede presentar un personaje que puede haber vivido las emociones que representa en su interpretación.
Hay muchas sorpresas en la película, incluyendo la naturalidad con que los actores entran en sus números musicales, demostrando que la música y el baile son parte del ambiente, algo que no existía en los gloriosos musicales de MGM, en los que los protagonistas estaban claramente separados de la realidad cuando interpretaban sus números.
Rita Mora Castro (Zoé Saldaña, quien canta y baila con gran soltura), una abogada poco apreciada en México, escribe la defensa para un caso de asesinato que involucra a la esposa de una figura prominente de los medios. En contra de su conciencia, argumenta que la muerte fue un suicidio. Después de ganar el caso, Rita recibe una llamada anónima con una oferta misteriosa pero lucrativa. El cliente, que se revela como el capo del cartel Juan «Manitas» Del Monte, le expresa el deseo de someterse de forma encubierta a una cirugía de cambio de género, para poder comenzar una nueva y auténtica vida.
Con partes desechables que dejan en un fuego, simulan la muerte de “Manitas” y este, luego de una búsqueda extensa del médico apropiado para llevar a cabo la cirugía, comienza su nueva vida como benefactora de los desaparecidos en México, víctimas de abusos por parte de hombres o por los carteles de drogas. La vida se complica cuando comienzan a hacerle falta sus hijos. Se hace pasar por la prima de “Manitas” e invita a su exesposa a pasar tiempo con ella y a traerle a los hijos. Lo que sucede hay que verlo. También hay que deleitarse con la coreografía
De Damien Jalet y el vestuario de Anthony Vaccarello, de la casa Yves Saint Laurent.
Única en ser el primer “thriller musical”, esta cinta merece verse para apreciar su concepción y su nuevo enfoque al género (uso a propósito el doble sentido). La actuación de todas las mujeres, en particular la de Karla Sofía Gascón y la de Zoé Saldaña, merece ser premiada.