Teoría Crítica para tiempos de crisis
…. the writtings of the Frankful School
are usefull to us now as we live
in a different kind of darkness.
We don’t live in a hell that
the Frankful School create, but in one
they can help us understand.
STUART JEFFRIES
En un mundo violentado por la desigualdad, la injusticia social y el prejuicio devastador, urge la necesidad de generar conocimientos prácticos dirigidos al cambio social, político y económico. Este gran desafío demandará de teóricas críticas con capacidad para cuestionar el mundo dado por sentado y asumir la responsabilidad y el riesgo que esta postura conlleva. También demandará de una formación académica que promueva un constante rigor intelectual, así como de curiosidad epistemológica, de capacidad para amar, de creatividad y de competencia intelectual. Para ello, comienza la actualización de la teoría crítica, como dice el historiador Carlos A. Aguirre Rojas1, para abrir camino y proponer salidas alternas a este mundo explotador, injusto y discriminador.
En este artículo propongo que los principios de la teoría crítica de la Escuela de Fráncfort tienen que inspirar cualquier escrito crítico. Sostengo la urgencia de adoptar estos principios, según expuestos por Max Horkheimer, director de El Instituto para la Investigación Social, en la Universidad de Fráncfort, Alemania (1923-1933). Él y su grupo de investigadores fueron perseguidos y obligados a abandonar la ciudad de Fráncfort por ser judíos y marxistas. La teoría crítica es pues, una expresión reflexiva de una experiencia histórica y una reacción ante unas catastróficas realidades sociales.2
Durante ese período los teóricos del Instituto, continuaron escribiendo y publicando cientos de ensayos. Su tarea principal era la escritura y siempre se caracterizaron por su intensa productividad. Uno de los primeros artículos, publicado por Horkheimer, fue Observations on Sciences and Crisis, en el que él argumenta que la estructura económica global monopolista y anárquica ha promovido un estado confuso de conocimiento. En este trabajo, Horkheimer afirma, que sólo si se supera la base fetichista del conocimiento científico y se reconoce las circunstancias históricas concretas que condicionan nuestros pensamientos, se podrá superar la crisis. Porque la ciencia no debe ignorar su propio compromiso social, ya que sólo si toma conciencia de sus funciones en la situación crítica podrá contribuir a las fuerzas que propiciaran los cambios necesarios. 2
Con la llegada de Hitler al poder, en 1933, la policía cerró el Instituto y confiscó toda la propiedad, bajo una ley sobre la confiscación del patrimonio comunista, alegando que el Instituto había apoyado actividades dirigidas en contra del estado.3 Horkheimer y su equipo se vieron obligados a irse al exilio. Max Horkheimer, Friedrich Pollock, Theodor Wiesengrun-Adorno Adorno y Walter Benjamin se fueron a Ginebra.2,3 De acuerdo al historiador Martin Jay este fue un período de reajuste pero no de estancamiento. El fascismo avanzaba en Suiza y se visualizaba de nuevo otra amenaza para el Instituto. El Instituto tenía contacto con académicos de los EE.UU, y en 1934 se establecieron en la Universidad de Columbia, Nueva York. De inmediato se constituyó la primera publicación de la revista del Instituto, Zieitschrif, publicada en alemán con el propósito de abordar problemas teóricos generales e investigaciones sobre problema de la sociedad contemporánea y su economía.4
La preocupación principal de Horkheimer era la indignación con la injusticia social y el contraste entre los ricos y los pobres. La protesta en contra del sufrimiento humano y la injusticia social fueron temas permanentes en el pensamiento de Horkheimer a través de su vida. Él entendía que la miseria de la época estaba ligada a la estructura social, por lo que, la indignación sobre el destino de los explotadores y los humillados era un motivo fundamental para el desarrollo de su trabajo teórico.2
Con la publicación del ensayo La teoría tradicional y la teoría crítica en 1937, cuando el Instituto estaba en Nueva York, se crea la etiqueta de teoría crítica para denominar los productos intelectuales procedentes de la Escuela de Fráncfort. Esta fue una crítica a la teoría tradicional positivista que mantuvo como exigencia los mismos motivos que habían fundamentado el trabajo del Instituto para Investigación Social en la Universidad Fráncfort, Alemania (1923-1933). Es decir, era una teoría formada para el análisis de una situación social injusta con categorías marxistas. Horkheimer afirmaba, que los únicos que podían eliminar la injusticia social, y el contraste entre los ricos y los pobres, eran las personas formadas en la teoría marxista.5
Horkheimer considera que la teoría es en el sentido auténtico solo cuando sirve a la práctica, la teoría que desea ser suficiente en sí misma, es mala teoría. La práctica debe iluminar todo lo que se escribe por lo que, para la teoría crítica existe solo una verdad: “No hay teoría de sociedad que no contenga intereses políticos, cuya verdad se debe determinar en la actividad histórica concreta, en lugar de hacerlo en una reflexión completamente neutral que, por su parte, ni piensa ni actúa”, “la vanguardia necesita la astucia en la lucha política, y no el adoctrinamiento académico acerca de su posición en la sociedad”.(p.57) Para la ciencia tradicional la persona pensante se aísla intelectualmente de las luchas sociales en las que participa y ve el conocimiento y la acción como conceptos separados. 5
Principios de la teoría crítica
- Tiene como meta la emancipación de toda forma de opresión. Los teóricos de la Escuela de Fráncfort siempre tomaron una posición abiertamente partidaria en contra de la opresión y la explotación de los seres humanos, por otros seres humanos. Así, la teoría crítica promueve la idea de una sociedad futura como una comunidad de seres humanos libres y emancipados. De ahí que, todo trabajo teórico crítico, debe servir a este objetivo de emancipación.5,6
- Reconoce que la producción de conocimiento no es neutral. En la teoría crítica se cuestiona la llamada neutralidad de la investigación, de modo que siempre se investiga a favor de algo o en contra de algo. De este modo, reconoce que toda creación de conocimiento está mediada por relaciones de poder que son histórica y socialmente establecidas, por lo que la producción del conocimiento no es neutral. 5,6
- Denuncia el poder de las ideologías. La teoría crítica afirma que se debe cuestionar la llamada neutralidad ideológica de la investigación y reconocer el papel de la ideología. El concepto de ideología se refiere a toda explicación sistemáticamente distorsionada de la realidad, que oculta y legitima la asimetría e injusticias sociales. La teórica crítica busca desenmascarar las ideologías y su función en la transformación del mundo. 5,6
- Localiza la injusticia en las estructuras sociales, políticas y económicas. La teoría crítica reconoce el papel de las estructuras sociales, políticas y económicas en la creación de la miseria humana y se preocupa por la transformación radical de dichas estructuras sociales, contrario a el mantenimiento del sistema actual que sustenta la teoría tradicional. Presume que el asunto no es crítico si no aporta una crítica al capitalismo, ya que los abusos o aspectos disfuncionales de la sociedad capitalista está conectada con la forma en la que la estructura social está organizada.5
- Ve la sociedad con una profunda división en clases sociales. La teoría crítica reconoce que es importante la indignación con la injusticia social y contra el contraste entre los ricos y pobres. Reflexiona además, sobre la complejidad involucrada como resultado de la clase social. Aunque los teóricos críticos de la Escuela de Fráncfort reconocían el hecho de que la conciencia de clase proletaria era prácticamente inexistente en las sociedades industriales occidentales, esto no niega la existencia de clases objetivamente determinadas por la relación con los medios de producción. La razón por la falta de conciencia de clase la atribuye a que la clase trabajadora se ha integrado a la sociedad burguesa.5 En la nueva sociedad, del capitalismo actual, nos hemos acostumbrado a normalizar dicha realidad.
Nancy Fraser cuestiona la ceguera del concepto de género de la teoría crítica formulada por Jürgen Habermas, y establece la necesidad de un marco teórico crítico en el que se integran internamente el género, la política y la economía política, para responder a las múltiples preguntas que emergen al analizar las cuestiones involucradas en la relación dominación masculina y subordinación femenina. Ella pregunta ¿Si la estructura económica niega a las mujeres los recursos que necesita para una participación plena en la vida social e institucionaliza una mala distribución sexista, entonces, se puede corregir la situación económica de las mujeres sin transformar la estructura económica? 7
- Reconoce que los resultados de investigación NO se pueden generalizar a contextos sociales e históricos diferentes. La teoría para que sea crítica debe mantener una relación estrecha con las condiciones sociales e históricas sobre las que ella reflexiona. Los resultados de investigación no se pueden generalizar a contextos sociales e históricos diferentes. Todo conocimiento está situado en el contexto cultural fundamentado a su vez en una cosmovisión específica de clase social. 8
Andrew Feenberg señala que los teóricos críticos de la Escuela de Frankfurt, estaban inspirados por la filosofía de la praxis, según la descubrieron en los trabajos iniciales de Marx y Lukács. La filosofía de la praxis fue un concepto utilizado por Gramci para explicar que todo conocimiento está situado en un contexto cultural particular y basado a su vez en una visión del mundo específica de clase social. Ningún campo del conocimiento es independiente de la sociedad desde donde se desarrolla.8
- La meta no es interpretar el mundo, sino cambiarlo. La ciencia no debe ignorar su propio papel social, ya que sólo tomando conciencia de su función en la crítica situación actual, podrá contribuir a las fuerzas que propicien los cambios necesarios. La meta de la teoría tradicional ha sido el desarrollo de conocimiento en lugar de la acción. Para la ciencia tradicional la persona pensante se aísla radicalmente de las luchas sociales en las que participa y ve el conocimiento y la acción como conceptos separados. Las personas se ven como meras espectadoras, como participantes pasivas de los acontecimientos.5
Por todas estas razones, Stuart Jeffries nos sugiere que los escritos de la Escuela de Fráncfort pueden ser útiles para nosotros. Que aunque no vivimos en el infierno que existía cuando el grupo de filósofos-investigadores crearon el Instituto para la Investigación Social de la Universidad de Fráncfort, Alemania (1923-1933) sí vivimos en otra obscuridad que ellos pueden ayudarnos a entender.3
El contenido de este artículo es parte del libro en proceso de publicación:
“Investigar para transgredir” de la autora.
Referencias
(1) Aguirre Rojas, C.A. (2004). La historiografía en el siglo XX. Historia e
historiadores entre 1948 y ¿2025?. España: Novagràfic, S.A.
(2) Jay, M.(1996).The Dialectical Imagination, Berkeley: University of
California Press.
(3) Jeffries, S. (1917). Grand Hotel Abiss– The Lives of the Frankfurt
School. New York: Verso.
(4) Tarr, Z. (2011). The Frankfurt School – The Critical Theories of Max Horkheimer and Theodor W. Adorno. USA: New Brunswick.
(5) Horkheimer, M. (2037/2013). Teoría tradicional y teoría crítica. México: Ediciones Paidós.
(6) Gandler, S. (2009). Fragmentos de Frankfurt– Ensayos sobre la Teoría Crítica. México: Siglo XXI.
(7) Fraser, N. (2013). What’s Critical About Critica Theory? En Fortunes of Feminism- From State-Managed to Neoriberal Crisis (p. 19-51). New York: Verso.
(8) Feenberg, A. (2014). The Philosophy of Praxis- Marxs, Lukács and the
Frankfurt School. New York: Verso.
Agradezco a Luis Alberto Avilés y Carlos Hernández, y al grupo de historiadores participantes en la VII Cumbre de Historia de las Ciencias de la Salud sus aportaciones a este escrito.