Diez años de la Cooperativa Madre Tierra como alternativa saludable y eco-amigable
Hace diez años en la Placita Roosvelt en Hato Rey se levanta el Mercado Orgánico de la Cooperativa Madre Tierra con productos orgánicos variados, listos para llevar a su casa. Las carpas que se cuelgan tipo mercadillo son la antesala cada primero y tercer domingo de mes de la llegada de productos de nuestra tierra, siguiendo métodos tradicionales de siembra y elaboración, sin pesticidas, sustancias sintéticas ni tóxicas, y libres de transgénicos.
La unión de voluntades, con la salud y el bienestar como norte, hicieron realidad esta alternativa accesible para todos. La iniciativa germinó en el año 2000 como un llamado de los ancestros, según relata el presidente de la cooperativa Raúl Rosado. Este llamado era a la producción de alimentos más saludables, con una base orgánica y respetuosa de la naturaleza. Un grupo de mujeres, al que luego se unieron hombres, respondieron a la convocatoria.
De acuerdo con Rosado los inicios del Mercado Orgánico y la Cooperativa no fueron fáciles. Las barreras estaban en “la falta de credibilidad del público y el constante debatir de ideas”, así como “en la dificultad de conseguir agricultores que utilizaran técnicas orgánicas”, ya que éstos deben cumplir con los principios de la Ley de Productos Orgánicos del Departamento de Agricultura Federal. Hubo largas discusiones sobre los productos ofrecidos y cómo iban a saber si eran orgánicos o no. Al principio los rotulaban como productos ‘orgánicos’, ‘sustentables’ y ‘en transición’. Esos inicios en 2001 fueron respaldados por la Liga de Cooperativas de Puerto Rico. Actualmente, la empresa sin ánimo de lucro cuenta 348 miembros activos y se sostiene de las ventas del mercado y por las acciones de los participantes. Los productos se ofrecen al público en horario de 8:00am a 1:00pm en la Placita Roosvelt, Calle José Canals.
El compromiso y el interés de ofrecer sus productos como una alternativa saludable han sido a mayor motivación para continuar trabajando. “Somos un todo, por lo tanto debemos tratarnos con respeto, porque todos somos hermanos”, dice Rosado. Superadas las barreras, cerca de 30 productores participan activamente en armonía con los principios cooperativistas, vendiendo sus artículos en este espacio único.
Se encuentran en el mercado productos orgánicos de primera calidad, desde vegetales, panes, jugos naturales y germinados hasta productos para el cuidado de la piel. Granos secos, cereales, pastas, nueces, semillas, frutas secas, aceites, miel, galletas, galletas dulces, repostería, aceites aromáticos elaborados artesanalmente, libros y música, plantas, semillas, composta y fertilizantes para la siembra orgánica: todo esto lo puede conseguir allí.
Ante la crisis alimentaria global y local, Rosado nos pone en perspectiva apuntando que Puerto Rico importamos más del 90% de los alimentos que consumimos. “Dependemos del barco que llegue y no se le da la importancia que se requiere”. En contraste con los supermercados o las megatiendas que venden víveres, en este tipo de mercado local se garantiza la calidad de los productos y la cosecha nativa. Una agrónoma visita las fincas de muchos de los agricultores para cotejar sus prácticas de cultivo y orientarles cuando fura necesario. Se trata de pasos incipientes pero fundamentales hacia la soberanía alimentaria.
El público, que ya espera mes tras mes los productos del mercado orgánico, va principalmente motivado por su interés en el cuidado de la salud, según comenta Rosado. Los días en que hay mercado, desde temprano llegan personas esperando a que los agricultores preparen sus productos y los ofrezcan al público. Acuden por la confianza que han ganado del público en la calidad de los productos que allí se ofrecen. Y van al mercado porque los talleres educativos que siempre ofrecen son una oportunidad extraordinaria. Por ejemplo, para celebrar su décimo aniversario, en el mercado se organizó un Taller de Carbón Activado de Coco, que propicia que las personas dejen de comprar botellas de agua y utilicen el método de carbón activado para filtrar el agua potable. En el taller, las personas ven el proceso y aprenden a prepararlo por sí mismos. Igualmente, la Cooperativa Madre Tierra inició con el respaldo de la Comisión de Desarrollo Cooperativo una ronda del Taller de Huertos Orgánicos, que tendrá sesiones el 30 de abril y 11 de junio.
La labor educativa de los talleres la complementan con tandas de Eco Cine, gestiones de promoción y visitas a nuevas fincas.
Para que este tipo de comercio solidario continúe abriéndose espacio en el país, Rosado entiende que es necesaria más educación hacia el público sobre los beneficios de consumir productos orgánicos, los cuales pueden ayudar en la prevención de enfermedades como la diabetes y las enfermedades del corazón, ambas con una alta prevalencia y mortalidad en Puerto Rico. Otra recomendación de Rosado es dejarle saber a los agricultores que existe una alternativa distinta para ellos cosechar sus productos.
La esperanza y el afán de continuar proyectos como los de la Cooperativa Madre Tierra y el Mercado Orgánico se mantienen vivos mientras haya agricultores interesados en continuar creciendo y trayendo sus productos, y gente que los compre.
Para conocer del Mercado Orgánico y probar los productos que allí se venden, puede darse cita los primeros y terceros domingos de cada mes en la Placita Roosvelt. Encontrará allí una alternativa saludable para todos en la comunidad.