El mafutero
Primera Nota Aclaratoria
Yo escribí la ponencia que podrán leer más abajo, con motivo de las vistas púbicas del P.S. 517, un proyecto del Senado dirigido a descriminalizar ciertas formas de poseer mariguana en Puerto Rico. Mi ponencia es a favor del proyecto, así que me pareció que podría tener probabilidades de ser escogida. Para mi sorpresa así fue. Solicité deponer porque entendía que el contexto era idóneo para denunciar problemas de fondo desde una perspectiva que sospechaba no sería ventilada.Mi objetivo no era promover la ilusión sobre los procesos parlamentarios, sino que más bien veía una oportunidad para poder hablar críticamente sobre la sociedad que queda retratada en la ilegalidad del cannabis. La alternativa parlamentaria se desmorona ella misma y no requiere de más discusión, sino de pruebas, para poder considerarse capaz de radicalizar la opinión pública.
Primera marcha para la liberación del Cannabis:
Segunda Nota Aclaratoria
A mí me asignaron la fecha del lunes 30 de septiembre para deponer en las vistas. Yo lo anuncié entre todos mis conocidos y lo hice lo más público que pude. El viernes 27 a las 4 pm recibo una llamada oficial de la oficina de Pereira informándome que las vistas habían sido suspendidas el día que me tocaba a mí y que me llamarían para darme nueva fecha. Oigan el mensaje:
El lunes descubro viendo las noticias que sí habrían vistas públicas, pero sin mí. En realidad no quiero pensar que fui al único que suspendieron, ni que le dieron mi turno a gente más “importante”. Tampoco sería capaz de pensar que me hayan descartado como deponente porque eso sería tachar de mentiroso a un servidor público. Mucho menos quiero pensar que se me haya discriminado; y por eso confiado, todavía a finales de octubre, estoy esperando la llamada con mi nueva fecha.
Asuntos de Negocios
Mientras esperamos que nos reubiquen en el calendario de las vistas, nos unimos al mundo en protesta contra Monsanto, que de hecho entre otras cosas, está invirtiendo actualmente en el cannabis buscando apropiarse de ese mercado en el futuro.
Puerto Rico contra Monsanto.
“Main Event”
Sin más preámbulos, aquí les copio una versión adaptada a este medio, de la ponencia que presenté el 12 de septiembre a la Comisión que dirige el senador Pereira y que fue aceptada y asignada para ser leída el 30 de ese mismo mes y que luego, por alguna razón que podría estar relacionada con que el Gobernador dijera que no firmará la ley, nos la “suspendieron hasta nuevo aviso”.
Ponencia ¡A Favor!
Mi nombre es Amado Martínez Lebrón y soy un criminal. Soy un criminal por consumir partes de una planta. Aun así, desde este estigma, quisiera tomarme la libertad de poder hablar por los cientos, es más, por los miles, que como yo son criminales. Con todos ellos en mi corazón vengo aquí para abrir mi boca.
Agradezco a la Comisión por la oportunidad que nos da para expresarnos ante nuestros conciudadanos el día de hoy. Quiero empezar rápidamente poniendo todo en perspectiva y para eso voy a decir lo que todos aquí ya sabemos: el Proyecto del Senado 517 solo consta de añadir un párrafo al Artículo 404 de la Ley de Sustancias Controladas de Puerto Rico, Ley Núm. 4 del 23 de junio de 1971. Y lo único que diría la enmienda sería:
“Sin menoscabo a lo establecido en el Artículo 411a de esta ley, esta prohibición no será aplicable a la posesión de hasta una onza de marihuana por una persona mayor de veintiún años.”
Recalco esto porque entiendo que se puede perder el debate defendiendo o rechazando opiniones sobre la mariguana, las drogas y la moral, aunque eso no sea de lo que se trata este proyecto. Lo que busca el proyecto me parece, más que justo, necesario; y si tengo una crítica es que se queda corto y deberíamos buscar hacer uno que saque a la mariguana de la lista de drogas y la ponga en la lista de tratamientos para enfermedades, de productora de biocombustibles, de desarrollo económico y de independencia alimentaria.
Yo apoyo este proyecto; primero, porque lo que busca es que tengamos menos gente pobre presa. Para mí apunta a que dejemos de arruinarle la vida a personas que, por lo general, ya son marginadas, abandonándolas en las cárceles por prácticas que solo tienen consecuencias negativas para todos, por ser ilegales. Segundo, porque la ilegalidad ni los castigos han evitado que más gente fume mariguana. Y tercero, porque las campañas de mentiras no han podido engañarnos a todos, ni han podido quitarle el valor medicinal, económico y alimentario que tiene el cannabis.
Quisiera aprovechar la coyuntura para insistir en defender verticalmente el hecho de que nadie tiene derecho a decidir lo que cada cual consuma. Independientemente del aparente daño o beneficio que cause una sustancia, nadie debería poder asumir que tiene el conocimiento, el poder o el derecho para prohibir lo que entre en nuestros cuerpos o lo que sembremos.
Visto desde ese ángulo no importaría la opinión que cada cual tenga de la mariguana, porque de lo que hablamos es de libertad. Hoy día usar drogas legales (aprobadas por el FDA) que causan la muerte, dependencia y que destruyen vidas a diario, son negocios multimillonarios que socavan a nuestros pueblos. Entre todas esas drogas y “alimentos artificiales” no está la mariguana. El debate de si lleva a usar drogas como la heroína no es ni relevante porque no es un argumento serio adjudicarle la “maldad” de una segunda o tercera “droga” al cannabis porque nos dé la gana. Sería como decir que porque usted tomó Coca-Cola es que usa cocaína.
Y miren por qué. La Coca-Cola sería sin duda en términos lógicos y estadísticos un posible responsable del consumo de cocaína. Esta Cola se llama Coca porque originalmente era hecha con la hoja de esa planta. Hoy día se sustituye con abundante azúcar y cafeína y da un “up” que crea adicción al punto que si siempre la tomas, al dejarla de tomar te duele la cabeza, lo que es un síntoma del síndrome de abstinencia. El cannabis no tiene síndrome de abstinencia.
Si la Coca-Cola es adictiva por el “up” entonces no debería ser tan descabellado pensar que una vez desarrollada la tolerancia a altos niveles de cafeína, pasemos a la cocaína. Si preguntáramos a los adictos a la cocaína cuántos de ellos bebieron Coca-Cola de seguro todos dirán que la bebieron y aun así nadie parece considerar urgente meter preso a quienes beban Coca-Cola. Parece una broma y solo porque no tengo prueba científica al momento, podría aceptar que lo sea. Pero considerar que la mariguana lleva a otras drogas por “evidencia” anecdótica y por relacionar arbitrariamente sustancias que no están ni siquiera en la misma categoría es una falta de respeto a la lógica y la razón.
Hoy se puede beber Coca-Cola hasta en las escuelas elementales, y su mezcla específica de ingredientes es inclusive un secreto y no sabemos el efecto que tenga eso en niños y adolescentes. ¿Cómo entonces un refresco puede venderse de forma tan masiva sin que nadie sepa su fórmula? ¿Cómo consigue aprobación del FDA? Les pongo este ejemplo porque es absurdo que podamos beber algo desconociendo su contenido, pero metamos a cientos de jóvenes presos por poseer o consumir una planta que conocemos de la flor a la raíz.
Así también, el mismo Estado que condena el uso de la mariguana permite que una persona que practique una religión pueda dejar de administrarle tratamientos médicos a niños y niñas que mueren diariamente en países “avanzados” como el nuestro. Por la religión se propaga persecución y las iglesias ni siquiera pagan impuestos pero deciden sobre la ley de los gobiernos. Una creencia religiosa puede hacer que alguien muera a diario por no permitirle el uso de la ciencia en tratamientos, pero esos mismos creyentes son los que toman luego las riendas de la demonización de una planta. Aun con todo lo dicho, si usted piensa que no es medicinal el cannabis esa es su opinión y si una religión tiene el derecho de decidir no curar con medicina, yo debo poder bajo los mismos preceptos, consumir lo que me plazca para sanarme. En el fondo el problema de decidir mal, sea comiendo en McDonalds o sea usando drogas, no es culpa de una planta. La responsabilidad de la drogadicción recae en la pobreza, el fracaso de la educación pública, la marginación y el abandono.
El Estado no puede fungir como “nuestro padre” en unos casos y evitar su responsabilidad en otros según le convenga. Si nos abandona cuando tiene que educarnos, no puede venir a pretender castigarnos luego. La línea es bien finita. Pero si se están tomando decisiones bajo preceptos de moral religiosa se está quebrando la ley yendo en contra de la separación entre Iglesia y Estado. La decisión del gobierno no puede ser moral, o de índole religioso porque está obligado a regirse por la ley secular y eso tiene que involucrar a la ciencia. No se puede legitimar cualquier cosa que se venda como científica, pero menos esgrimir una costumbre u opinión religiosa como verdad, ni como conocimiento la Biblia porque sería ilegal e injusto. Aquí no quiero debatir sobre la veracidad de las religiones, pero solo porque sus argumentos no pueden ni deben usarse en un centro de gobierno para hacer leyes. La única voz que es válida para nuestra Constitución es la prueba dura, el hecho concreto. Las opiniones de las religiones y sus portavoces son opiniones, y se escuchan pero no pueden usarse como guía para tomar decisiones desde el gobierno. Cada vez que gobernamos desde dios, quebramos la ley y estamos fortaleciendo supersticiones mientras debilitamos a la ciencia.
Dicho esto, justo aquí y ahora, lo que nos deberíamos preguntar es si legalizar la posesión de una onza de mariguana es peor que enviar anualmente a cientos de jóvenes a la cárcel. Y aquí de seguro se sentarán personas de agencias de ley y orden, de negocios carcelarios y de programas de desvíos a esgrimir la moral para mantener la mariguana ilegal, cuando lo que realmente quieren es mantener su trabajo y sus negocios. Una organización que se lucre de la ilegalidad de la mariguana no puede ser considerada una institución con credibilidad para opinar en contra de la ley que busca liberarnos. Cuando una prisión se gana 40 mil dólares por preso al año no sorprende a nadie que empujen a gente hasta aquí o inclusive que vengan ellos mismos a decir que se tienen que mantener presos a los penados. Eso es conflicto de interés, y eso no es ser experto en uso de drogas ni nada por el estilo. Ya las semanas pasadas “Hogares CREA”, la “Alianza para un Puerto Rico libre de drogas”, entre psiquiatras privados y otras organizaciones que viven de tratar a personas en los llamados “programas de desvío”, se han manifestado en contra del proyecto y eso solamente lo hacen porque perderían parte importante de su negocio. Su voz no es objetiva, además de que deberían estar desacreditadas como instituciones legales para el manejo de adicciones, las organizaciones que inculquen ideología religiosa en sustitución de tratamientos con base en la ciencia. Su opinión no es representativa de los intereses del país, sino de los suyos propios. La ciencia desmiente las históricas mentiras relacionadas con el cannabis todos los días y la única defensa que se puede tener ante tan abrumadora prueba es de índole religioso, entre otros juicios basados en mitos y supersticiones y eso no es argumento ni prueba válida para hacer ley.
Yo defiendo y lucho por la legalización total y absoluta de las drogas. De todas. Pero el cannabis no es una de ellas. Pienso que es nuestro derecho poder sembrar cannabis y que sea libre como cualquier otra planta. Pero ese proyecto de ley no es el que se está presentando, ese proyecto de ley hay que hacerlo. Pienso que hay que hacer una ley para crear una comisión que redacte un proyecto con miras a viabilizar la legalización total de esta planta, incluyendo dinero para educación y un referéndum. Podrían pagar toda esa gestión poniéndole un impuesto a las iglesias.
Los expertos ya nos han dado prueba contundente de sus beneficios, tantos como para convertir el cannabis en una planta de producción a gran escala, pero en el P.S. 517 solo se pide que no sea ilegal cargar hasta una onza si se es mayor de 21 años.
La prueba es aplastante en contra de la Guerra contra las drogas también, y eso lo ha dicho todo el mundo. Es irrefutable la prueba en contra de las campañas que la demonizan tras la mentira repetida hasta el cansancio de que causa daño su consumo. Ojalá pudiéramos hacer el cannabis legal completamente y ahora mismo, pero una pequeña victoria en una lucha nueva no es más que el inicio. Solo piensen en los jóvenes que van presos por cargar con un seis.1 En eso pienso yo, porque puedo ser yo mismo en cualquier momento quien termine preso por llevar pasto en el bolsillo y eso sería una imbecilidad del Estado y no mía.
- Bolsita de mariguana comprimida y mezclada con otras sustancias, que se vende a seis dólares en los puntos de venta de sustancias declaradas “controladas” y que existen en los barrios pobres. [↩]