#andoporlacallesola
Por otro lado, una de las cosas que sí tenemos que cuestionar es el giro que la Policía de Puerto Rico tiende a darle a las investigaciones que lleva a cabo en casos que involucran mujeres. Las expresiones del teniente dan a entender que al momento hay personal y recursos del CIC comprometidos con esclarecer los motivos por los cuales una persona podría cruzar la calle hacia su casa. Esto porque al teniente le parece inverosímil que una “dama” ande de noche sola. De ahí que en un caso donde aparentemente (1) se cuenta con la evidencia física suficiente como para entender lo acontecido, (2) hay testigos oculares y (3) se ha logrado identificar a posibles responsables del crimen, se desperdicien recursos en intentar comprender y explicar por qué una mujer de 38 años estaría donde estuvo al momento en que un conductor negligente la privó de su vida y se dio a la fuga.
Honestamente, las expresiones del teniente en la conferencia de prensa dejan entrever que la Policía de Puerto Rico tiene una afición particular por las cacerías de brujas. Por desperdiciar sus limitados recursos en función de sus prejuicios acerca de cuáles deberían ser los hábitos apropiados de “mujeres de bien”. Y aparentemente, según el teniente, las mujeres de bien no mueren atropelladas por un carro a la 1 de la mañana, pues las mujeres de bien están en sus casas a esa hora, o al menos debidamente acompañadas. Sepa el teniente que los únicos motivos que deberían levantar sospecha en este caso son los del hombre que la atropelló y huyó, así como los del hombre que ahora opta por obviar los hechos relevantes del caso y levanta sospechas en torno al carácter de la víctima por el simple hecho de ser mujer y morir trágicamente. Sepa el teniente que sus expresiones ponen en duda todo canto de victoria de parte del gobierno en torno a nuestra supuesta Policía reformada. Sepa que no le comemos el cuento. Al contrario, nos toca expandir el ámbito de sospecha y cuestionamiento en torno a cómo la Policía de Puerto Rico maltrata y/o desatiende a las mujeres rutinariamente, en todo tipo de investigaciones y casos.
Finalmente, sepa también, teniente, que Ivania era amada. Que hacía buena música. De hecho, vivía de hacer música en un país donde casi nadie—hombre o mujer—logra vivir de la música. Vaya usted a saber por qué.