A todos los hijos y a todos los padres en los cuentos de Cezanne les gusta el béisbol. Digamos que es lo que los conecta. Eso y haber perdido. Eso y estar perdidos. Eso y estar cundidos por un sentido de pérdida.
A todos los hijos y a todos los padres en los cuentos de Cezanne les gusta el béisbol. Digamos que es lo que los conecta. Eso y haber perdido. Eso y estar perdidos. Eso y estar cundidos por un sentido de pérdida.
La cuestión, dice Ariadna, es de posición y relación y en este libro esto significa tomar partido a favor de las más vulnerables, no ceder ante los intentos de cooptación del estado o de terceros bienintencionados
De la deuda entonces esta lectura del libro de Raquel. De la deuda la mesa que lo sostiene, y mis manos que hasta hace un ratito descansaban sobre ella y que ahora agarran a mi niño que no sabe distinguir entre coquito y leche.
El libro de Anayra O. Santory Jorge —con su inventario íntimo de hojas caídas y muertos por contar, escrito desde y para el lugar de los hechos, tan testimonio como tratado teórico— se puede leer como un pequeño acto de resistencia.
La poesía de Álvarez Santiago propone la depre junior size [«a la medida de las experiencias humanas»] como antídoto a la nostalgia ready-made del neoliberalismo, o del capitalismo tardío o de uno mismo soleao un martes cualquiera en el Urban del Mall of San Juan.
Este libro lee como una carta de amor a quienes se acongojan y/o se agitan por todo, y como una declaración de guerra dirigida a quienes, incrédulos, les miran, les juzgan y pretenden corregirles: deja el show, no es para tanto.
Este ensayo es una carta de amor a ella. Mientras escribo, me doy cuenta de que escribir para alguien y amar a alguien son, tal vez, la misma cosa: un detalle que bien se traga todo, o al que uno le entrega todo. Y en tanto uno no conoce otra forma de vivir, insiste en esta.
A propósito de Néstor Barreto o sé qué experimentará uno al visitar la casa de Neruda en Isla Negra pero, afortunadamente, la casa del poeta puertorriqueño Néstor Barreto queda en la urbanización San Gerardo en Cupey, que es aquí cerquita. […]
Pregunta Sotomayor: “¿Qué leer en un poema? ¿Qué decir de la voz que lo sostiene? ¿Cómo abordar los temas en que incide?” (89). Y más tarde, “¿Qué se entiende por una poesía que se entiende?” (130).
Que lo más mierda de mi país son sus dirigentes. Seguidos por los escritores que solo inciden en los asuntos públicos del país cuando un dirigente cita mal a algún ícono de la literatura universal. Mientras, que bregue la gente como pueda. ¡Pero que lea!
Que lo mejor que he leído desde el día del huracán es este grafiti: “¡Descubrí que detrás de los árboles vivía gente!”
Leí que presentaron un proyecto de ley en la Cámara para tipificar como delito menos grave los actos deliberados de peatones para bloquear o interrumpir el tránsito vehicular. A menudo las y los peatones en Puerto Rico buscan vengarse de su gobierno deteniendo el tránsito en las principales vías públicas.
¿De qué escribe un columnista cuando sus editores le hacen explícito de qué cosas no puede escribir no importa qué? En particular, ¿de qué vale denunciar la colonia en El Nuevo Día si no puedes acusar a GFR Media de colonialista?
Here’s a question that seems to linger at the end of every story told about America: Because of white people?
oy un tanquecito de amor y no tengo pelos en la lengua, pero tengo pelos en la barba. Y en la espalda. Y en las nalgas. Y es verdad, lamentablemente. Estoy citando de una canción. Bueno, de dos y un […]
La mala suerte de tener la suerte de ser seleccionado entre el sinfín de posibles candidatos, «igualmente capacitados», que ni se enteraron de la ocasión en que podrían también haber sido considerados para tener suerte.
Dejé mi recado en el lomo de un árbol. / Los árboles no tienen lomo, / pero en materia de palabras “lomo” / es tan curiosa como “heno” / y hubiese sido ridículo escribir / “dejé mi recado en el heno de un árbol”.
Agarré el lápiz con fragilidad en todas partes, / cambié la dirección del remitente / a “intermitencias” / y lo abandoné a su suerte junto a tu puerta.
“¿Acaso te lo quitabas para saludar?” / “Lo dibujé en mi mano para que no se me olvidara.” / “Yo olvidé el camino de vuelta.” / “Yo me aprendí un avestruz para ti.”
Dejé el espacio para el texto en blanco— / su apreciación de mi trabajo poético / es que “es una herida de mi tiempo”, / aunque no sé si escuché bien.
Foggy Nelson necesita hogar permanente. Tiene sus vacunas. Está esterilizado. Brinca mucho. Es amoroso. Y tiene gente que lo ama. Le gusta que lo llamen Froggy también.