Esa noche, contrario a lo que yo esperaba, papi llegó temprano a casa. Llegó sobrio y pensativo. Y llegó con Ariel, que no tenía camisa y que estaba con los pantalones llenos de sangre y llorando y dormiloso y hablando sinsentidos. Mami acostó a Ariel en el sofá de la sala y yo escuché escondido cuando papi le contó que…