Katherine Vockins: del teatro a la rehabilitación
(Este texto está basado en un reportaje del Huffington Post)
Katherine Vockins se dedicaba al comercio. Ella y su esposo, dirigían una firma de consultas internacionales hasta que una ‘crisis de media edad’ motivo un gran cambio en su vida. Su esposo estudio teología y comenzó a dar clases en Sing Sing; solo por curiosidad, Vockins, decidió explorar cual era el atractivo que su esposo encontraba en pasar tanto tiempo con los reos de esta institución. Fue allí, sentada entre los confinados donde la pregunta se le ocurrió, “¿Tienen ustedes algo de teatro?”. Y así, por pura curiosidad, Katherine comenzó el proceso para desarrollar el programa que impactaría no solo a la comunidad confinada sino a un sinnúmero de miembros de la comunidad del estado de Nueva York.
El programa, “Rehabilitation Through the Arts”, coincidió con un momento donde los reos de estas instituciones necesitaban y ansiaban algún proyecto en el cual desenvolverse. La propuesta de crímenes 20 acababa de pasar hacía ya un año-en el 1995- y según las enmiendas hechas por esta, se les había revocado el derecho a acceder fondos federales para una educación mientras estuviesen recluidos. En un principio, Vockins llamaba al programa taller de teatro, pero fueron los mismos participantes de estos ‘talleres’ quienes propusieron su actual nombre; ya que más que un simple taller, era un proceso de rehabilitación y crecimiento emocional por el cual se encontraban pasando al pasar de cada obra y pieza que montaban como grupo.
El programa trabaja con la mejora de las destrezas de comunicación pobres, visiones limitadas del mundo que le rodea y carencias de auto control y disciplina de cada individuo usando como herramienta las artes para así poder sobrepasar prejuicios y barreras de edad, raza y lenguaje. Trabajando como grupo, crean un sentido de comunidad en el cual vuelven a desarrollar estos sentimientos de tolerancia, empatía y confianza que quizás en algún momento se había perdido.
Esta es el tipo de impacto por el cual Vockins ha estado trabajando todos estos años. Cree en la inclusión de la población de estas instituciones como parte de nuestra sociedad. El rezago moral al cual se les expone, lo considera no solo peyorativo sino impractico, ya que el 95 por ciento de estos son liberados de nuevo a la comunidad. Como parte de su móvil esta la fuerte creencia en el respeto que se merecen estos individuos como seres dispuestos al cambio y nuestra obligación como comunidad a liberar miembros de nuestra comunidad en mejor condición que en la cual se le recluyo.
Actualmente Katherine ha extendido el programa a cinco prisiones, tres de seguridad máxima y dos de seguridad mediana.