La pobreza y la desigualdad: retos pendientes
El umbral actual para medir la pobreza internacionalmente es de $3.10 diarios y para medir la pobreza extrema internacionalmente es de $1.90 diarios. Estas cantidades son lo que se conocen como “dólares internacionales” o “dólares ajustados por la paridad en el poder de compra (PPC)”, según determinado por el Banco Mundial. El PPC busca ajustar el costo de vida de un país X comparado con el costo de vida de Estados Unidos. No se discutirá aquí la validez cuestionable de los PPC (para más detalles, ver Reddy y Pogge (2009). Dado que el poder de compra o el costo de vida de Puerto Rico no difiere significativamente del promedio de los Estados Unidos1, el PPC del consumo privado de Puerto Rico se puede considerar cercano a 1 (no hay ajuste por PPC). De esta forma, bajo la definición de pobreza extrema internacional, en Puerto Rico prácticamente caerían únicamente las personas sin hogar.
Ahora bien, el que no haya gran pobreza extrema según se define internacionalmente no significa que no hayan problemas estructurales dentro de cada país que imposibilite a una parte de su población obtener un nivel de vida adecuado dado el costo de vida particular de dicho país. En el caso de Puerto Rico no resulta útil utilizar el umbral internacional dado que el costo de vida, de nuevo, es muy superior al país promedio de América Latina o del mundo, por lo que $3.10 al día es un nivel sumamente bajo que no permitiría siquiera la compra de alimentos necesarios para un día, mucho menos para otras necesidades básicas. Es por eso que en este ensayo corto se usarán las definiciones de pobreza del Negociado del Censo. Esos umbrales intentan trasladar el costo de vida de una dieta mínima del año 1963 a la actualidad. Así, una persona que viva sola es pobre si su ingreso mensual es de $1,009 o menos, con ajustes graduales según el número de personas por hogar.
Hay quienes indican que esos umbrales no son relevantes para Puerto Rico ya que son definidos en función de la realidad estadounidense. Sin embargo, como se mencionó, el costo de vida de Puerto Rico no difiere significativamente del promedio de los 50 estados norteamericanos, por lo que obtener una dieta mínima no es necesariamente más económica en Puerto Rico.2 Además, Citros y Michael (1995) argumentan que los umbrales actuales que utiliza el Negociado del Censo para Estados Unidos no son óptimos cuando se considera el costo de vida en EE.UU. Por lo que no es certero establecer que esos umbrales son los que corresponden adecuadamente para EE.UU. y por ende, irrelevantes para Puerto Rico.
La desigualdad económica (en adelante, desigualdad), por otro lado, se define como la diferencia que hay en términos de ingresos entre personas u hogares dentro de un mismo país o entre países. Con la desigualdad se busca medir que tan aguda es la diferencia en ingresos entre clases sociales. Aquí solo se expondrá la desigualdad al interior de Puerto Rico. En todos los países del mundo hay desigualdad, por lo que nos interesa saber el nivel de desigualdad y su tendencia ya que el punto óptimo es una desigualdad baja (una igualdad perfecta también se considera indeseable toda vez que todos y todas obtienen el mismo ingreso independientemente del esfuerzo invertido). La medida más común es el coeficiente Gini que fluctúa entre cero y uno, donde el cero indica que hay una perfecta igualdad y el uno indica la máxima desigualdad (de hecho, el uno indica que el estrato más rico obtiene todo el ingreso). Otras medidas comunes que se utilizan son las proporciones de ingreso que tiene la población más rica o la población más pobre, y el índice Theil, entre otros.
- Datos sobre desigualdad
La depresión económica actual empezó en 2006 y al momento de escribir estas líneas, no ha terminado. Ha sido tan severa que ambos, la pobreza y la desigualdad, han aumentado.
Puerto Rico obtuvo un Gini de 0.547 en 2013 según la Encuesta sobre la Comunidad (ECPR), encabezando una de las regiones con mayor desigualdad económica al interior del país (el segundo país más desigual de Latinoamérica) y siendo el quinto país más desigual en el mundo. Preocupa el nivel de desigualdad que hay en Puerto Rico ya que los beneficios de las bonanzas económicas anteriores no se compartieron equitativamente y ahora los embates de la depresión económica tampoco se comparten equitativamente. De hecho, Segarra (2012) encuentra que de 2000 a 2012 la desigualdad aumentó no porque los ricos se hicieron más ricos sino porque los pobres se empobrecieron más. Y esa tendencia creciente de la desigualdad contrasta con gran parte de América Latina donde la desigualdad entre hogares dentro de un mismo país está reduciéndose (Cornia, 2014). En Puerto Rico el coeficiente Gini en 2006 era de 0.535.
Las políticas fiscales ejecutadas (tanto por el lado del ingreso como por el lado del gasto) tienen un carácter claramente regresivo y exacerban la desigualdad. En términos de ingreso, en el año 2006 se establecieron un impuesto a las ventas de 7% (que nueve años después aumentó 64%), dos impuestos a la importación de petróleo (conocidas localmente como las “cruditas”), la eliminación del crédito por trabajo, el aumento en la contribución inmueble y el aumento en las tarifas de electricidad, agua potable y peajes, entre otros. El gasto gubernamental, por otro lado, tampoco se ha dirigido a reducir la desigualdad, toda vez que el despido de empleados públicos y la reducción de agencias pueden tener el efecto potencial de limitar la calidad y el acceso a los servicios públicos. Así, el 10% de la población más pobre obtuvo un 0.3% del ingreso total en 2006 el cual bajó a un 0.2% en 2012 mientras el 10% más rico de la población consiguió el 38% del ingreso total de Puerto Rico en el año 2012.
- Datos sobre la pobreza
El impacto económico de la crisis actual sobre las personas pobres es evidente también en la tasa de pobreza, que venía reduciendo consistentemente desde la posguerra hasta la actualidad: de 70% en 1950 a 45% en 2006 (ECPR, 2015). Esta tendencia decreciente paró -por primera vez en mucho tiempo- durante el periodo de crisis actual, donde la tasa de pobreza de individuos creció a 46% en 2014.
Esta tasa no se distribuye uniformemente a través de Puerto Rico. De acuerdo a la ECPR, los municipios del interior del País tienen tasas de pobreza en 2012 que van desde un 27% en Guaynabo hasta un 62% en Ciales: mientras más lejos vive una persona del área metropolitana (donde se concentra la actividad económica), mayores son sus probabilidades de verse golpeada por la pobreza. Pero aún las personas que trabajan no están exentas de padecer pobreza: hoy día una de cada cinco personas que trabajan son pobres (ECPR, 2015). Esta proporción se duplicó del 2000 al 2014, dada la proliferación del empleo precario a tiempo parcial (los cuales son cercanos al salario mínimo y sin beneficios marginales). Ni tan siquiera el gran éxodo de puertorriqueños y puertorriqueñas a Estados Unidos (el cual es uno de los más grandes en términos absolutos en la historia puertorriqueña según Caraballo-Cueto (2015) ha logrado frenar el fenómeno creciente de la pobreza durante la depresión económica actual.
Un impacto similar ha tenido la crisis actual sobre el mercado laboral: en 2006 la proporción del empleo total sobre la población total fue 33% y en 2014 fue 28%. En la mayoría de los países esta proporción excede el 50%, de acuerdo al Banco Mundial. A pesar de que la alta migración puede estar funcionando como una válvula de escape, en la Gráfica 1 se observa claramente el descenso anual consistente en el empleo, el cual a su vez está ligado a la pobreza.
Una corta recuperación se observa de 2012 a 2013 para luego continuar descendiendo en el periodo más reciente.
La educación aumenta las probabilidades de obtener un empleo mientras reduce las probabilidades de padecer pobreza (CEPAL, 2005). Sin embargo, la educación es uno de los renglones que mayores recortes sufrió y sufrirá de concretarse los planes de ajuste fiscal de los partidos políticos principales y de la Junta de Control Fiscal. Algunas de las medidas que se pueden tomar para reducir la desigualdad y la pobreza son: reinstalar los beneficios marginales a las personas empleadas a tiempo parcial para desincentivar el empleo precario, reinstalar una política industrial agresiva que revierta hasta cierto punto la desindustrialización ocurrida, reducir la dependencia de los impuestos al consumo y gravar más las riquezas y los ingresos, fiscalizar mejor los impuestos sobre ingresos, reducir el servicio (pago) de la deuda para ejecutar políticas contracíclicas (contra la depresión) que fomenten el empleo, facilitar el acceso a bienes públicos como la transportación pública, la salud y la educación, reinstalar el crédito por trabajo, reducir las tarifas de electricidad y de agua potable en base a la reestructuración de la deuda, crear centros de cuido de niños gratuitos para facilitar el trabajo a las personas pobres, proteger las pequeñas y medianas empresas donde la creación de empleos es más fácil y de las cuales dependen muchas familias, crear más actividad económica fuera del área metropolitana para que las personas que vivan en áreas rurales tengan mayores oportunidades, entre otros.
Referencias
Anand, S., &Sen, A. (1997).Concepts or Human Development and Poverty a Multidensional Perspective.United Nations Development Programme, Poverty and human development: Human development papers, 1-20.
Caraballo-Cueto, José (2015).“Some Determinants of the Puerto Rican Migration to the US in 1950-2014”. CIDE Digital, April, 6(1), 22-30
CEPAL (2005). Globalización y desarrollo: desafíos de Puerto Rico frente al siglo XXI. Libros de la CEPAL No. 84
Citros, C., & Michael, R. (1995). Measuring Poverty a New Approach. Washington, D. C.: National Academy Press. Recuperado en: http:s://www.census.gov.hhes/
Cornia, G. A. (2014). Falling inequality in Latin America: policy changes and lessons. Oxford University Press.
Herrero, José; Soriano, Alejandro y Jeffrey Valentín (2001). El efecto del régimen actual del comercio exterior, en relación al transporte marítimo, sobre la economía de Puerto Rico. Ceteris Paribus, Vol. 3
Reddy, Sanjay and Thomas Pogge (2009). How Not to Count the Poor in Stiglitz, J.; Anand, S. and Segal, P. (eds) Debates in the Measurement of Poverty, Oxford University Press, Oxford.
Segarra, Eileen (2012). What happened to the distribution of income in Puerto Rico during the last three decades of the XX Century? A statistical point of view. Series de Ensayos y Monografías. Recuperado en: http://economia.uprrp.edu/
- El estudio que compara el costo de vida de áreas metropolitanas entre Puerto Rico y Estados Unidos está disponible en www.estadísticas.gobierno.pr Es una publicación del C2ER y es utilizada en el apéndice que publica anualmente el Negociado del Censo.El working paper de Deveraux (2014) compara los niveles de precios y tampoco encuentra que Puerto Rico sea menor.El COLA, realizado por el gobierno federal, encuentra que el costo de vida de Puerto Rico es un poco superior al promedio de Estados Unidos. Es decir, no hay una forma única de comparar el costo de vida de Puerto Rico con el promedio de Estados Unidos pero todos los indicadores hasta el momento indican que no son estadísticamente diferentes. [↩]
- Las razones para esto pueden ser diversas,como la falta de competencia que hay en los mercados locales o las leyes de cabotaje que inflan el costo de vida en Puerto Rico (Herrero et al., 2001). [↩]