Sobrepoblación relativa
La sobrepoblación es una relación social. Es parte de las relaciones políticas y económicas. En Puerto Rico la sobrepoblación relativa ha existido dentro de relaciones coloniales por más 500 años. Durante los pasados 115 años se ha dado dentro de relaciones de importación de capital y exportación de ganancias inseparables del dominio imperial de Estados Unidos de América del Norte (EUA). La profunda alteración de las relaciones económicas y políticas ha transformado las características de la sobrepoblación relativa que existían bajo el imperio español.
La importación de capital productivo y la exportación de ganancias en actividades como la caña de azúcar, el tabaco, la manufactura de productos de la aguja y los cítricos redujeron de forma significativa el excedente disponible para ser reinvertido en Puerto Rico. La mayoría de los trabajadores agrícolas recibieron salarios muy bajos y estuvieron desempleados una buena parte del año. La manufactura de productos de la aguja con sus misérrimos salarios a destajo escondió una parte de la sobrepoblación relativa.
La migración de trabajadores hacia Hawái a principios del siglo XX fue el inicio del desplazamiento de fuerza de trabajo excedente hacia el exterior. La ideología de la sobrepoblación absoluta, con pretendida desvinculación de las relaciones sociales, surgió hacia la segunda década del siglo XX. Su importancia como supuesta explicación del desempleo, subempleo, miseria y las enfermedades típicas de la desnutrición se afianzó y alcanzó su cenit en décadas posteriores. Ocurrió un desplazamiento de la explicación de los problemas desde el ámbito económico y político colonial hacia la naturaleza, la reproducción biológica, los suelos, la topografía.
Excepto por las centrales azucareras, la agricultura se dio desvinculada de la industria. La exportación de materias primas sin procesar del enclave agrícola conllevó una elevada sobrepoblación relativa. La producción de alimentos en pequeñas fincas se desplazó hacia las colinas y montañas como resultado del acaparamiento de los llanos costaneros e interiores para la siembra de caña de azúcar. La depresión económica de 1929 a 1941 elevó la sobrepoblación relativa de forma dramática.
La importación de capital comercial fue minando la pequeña producción campesina a través de prácticas monopólicas de abarrotamiento del mercado. La ruina de los agricultores, seguida por el posterior encarecimiento de las mercancías importadas fue su secuela. Fue muy débil el proceso de acumulación de capital autóctono y el incremento de la capacidad productiva. La sobrepoblación relativa en el campo llevó a la migración a los pueblos, las ciudades y EUA. Trabajadores agrícolas migraron a hacer trabajo esporádico en fincas de EUA.
Operación Manos a la Obra se caracterizó por la exención contributiva, la construcción de infraestructura con fondos públicos, muchos de ellos obtenidos con préstamos, y salarios que en 1950 eran un tercio de los predominantes en las industrias de EUA. La reducción en los empleos como resultado de la drástica reducción de la producción agrícola y la desaparición de la manufactura de productos de la aguja redujo los empleos totales, a pesar del incremento en las actividades industriales durante las décadas de 1950 y 1960. En la primera década se concentró la inversión en industrias con muchos empleados con bajos salarios y poca inversión en maquinaria.
Operación Manos a la Obra incluyó un conjunto ideológico naturalista muy negativo. Se atribuyó a muchos puertorriqueños vagancia, falta de espíritu de empresa y la reproducción biológica excesiva. Se planteó que los suelos eran escasos, de baja fertilidad y muy escarpados, como supuesta explicación de la decadencia y futuro poco prometedor de la agricultura. Continuó la mentalidad de enclave económico, esta vez de industrialización de espalda a la agricultura.
Las inversiones en las industrias de refinación de petróleo, petroquímicas, químicas y farmacéuticas fueron bien elevadas a partir de 1955 y en particular durante la década de 1960. Se generaron pocos empleos con salarios más altos. Predominó la producción de materias primas para industrias que se localizaron en el exterior. Recibieron incentivos contributivos, electricidad barata y agua subterránea gratis. Contaminaron el agua subterránea y superficial, los suelos, el aire, los trabajadores y los vecinos con sustancias tóxicas. Las refinadoras de petróleo y las petroquímicas fueron diezmadas por los aumentos en los precios del petróleo impuestos por las transnacionales y los países productores a partir de 1973.
Durante las profundas y prolongadas crisis cíclicas de 1973-74 y 1981-82 aumentó de forma significativa la sobrepoblación relativa en Puerto Rico, EUA y otros países. Se incrementaron las llamadas transferencias del gobierno de EUA a Puerto Rico en particular los recursos para alimentos. La deuda pública como método de creación de empleos se elevó con rapidez. Desde principios de la década de 1970 se anunciaba el fin de la expansión económica de EUA, Europa y Japón ocurrido a partir de la segunda guerra imperial.
El crecimiento económico en Puerto Rico fue raquítico entre 1973 y el año 2000. A partir del 2001 se estancó y luego decreció la economía en la colonia. La llamada deuda pública se ha elevado de forma acelerada al punto de ser impagable. De todos modos el capital externo se ha llevado ganancias que son más de cuatro veces la llamada deuda pública, durante la última década. La depresión económica ha durado más de seis años. La sobrepoblación relativa y la emigración han aumentado de forma vertiginosa.
La sobrepoblación relativa existe como desempleo, subempleo y trabajo esporádico. La continuación de estudios formales esconde una parte de la sobrepoblación relativa. La abultada burocracia partidista electoral es otra de sus formas. La corrupción, la drogadicción y otras actividades económicas subyacentes son otras de sus manifestaciones. El recibo de las restringidas transferencias económicas familiares tiende a perpetuarla. Las transferencias individuales, la violencia individual dirigida contra los más débiles y la emigración hacia EUA han sido válvulas de escape para la gran tensión social.
La sobrepoblación relativa en Puerto Rico es fruto complejo de siglos de relaciones sociales imperiales-coloniales. Los humanos percibimos lo real a través de lentes con mayor o menor grado de opacidad fruto de prejuicios, intereses, experiencias, interpretaciones propias y ajenas y otras relaciones sociales. La profundidad de la crisis prolongada por décadas genera impotencia en la mayoría de la población. Las supuestas explicaciones ofrecidas por los representantes del imperio, el capital y los administradores de la colonia soslayan sus causas reales.
De pronto han descubierto que los trabajadores productivos emigran y la población envejece. El cambio demográfico, sin embargo, era evidente desde la década de 1970. A pesar de la emigración masiva, creciente, de la fuerza de trabajo, la sobrepoblación relativa continúa avasalladora. La calentura no está en la sábana. La importación de capital productivo, comercial, bancario, financiero, especulativo y la exportación de ganancias han desangrado el país por más de un siglo.
El año pasado el capital externo se llevó la friolera de 36,000 millones de dólares en ganancias generadas en Puerto Rico o a través de transferencias multinacionales. Las transferencias reales a la administración de la colonia e individuos alcanzaron unos 10,000 millones de dólares o menos. El resto fueron pagos por trabajo en el gobierno imperial, a veteranos, seguro social y otros.
A pesar de esta evidente realidad, muchos economistas desplazan la explicación hacia la ideología de la dependencia gubernamental e individual de los fondos federales. También pontifican sobre la excesiva deuda pública y privada. Sus explicaciones desplazan el problema del ámbito económico y político al ámbito superficial de la supuesta sicología individual del puertorriqueño. Señalan que hay que cambiar de modelo económico sin conectarlo a la relación política y económica imperial-colonial entre EUA y Puerto Rico.
Soslayan que habría que descartar la importación de capital y exportación de ganancias como base para el desarrollo, que incluye el crecimiento económico, la equidad, la protección de la naturaleza, de la salud y seguridad humana. Se empeñan en esconder bajo una alfombra de palabras huecas, típicas de políticos coloniales, el origen de la crisis social (económica, política, de violencia individual, de desigualdad).
La salida de la crisis requerirá nuevas formas de organización económica basadas en la cooperación por oposición a la competencia. Alianzas políticas que superen los acercamientos moralistas e individualistas que dividen los diversos sectores del pueblo son necesarias y urgentes.