La cinta es muy divertida y tiene la suerte de que la química entre Helen Mirren y Ryan Reynolds resulta ser tan feliz que es lo que la sostiene.
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La cinta es muy divertida y tiene la suerte de que la química entre Helen Mirren y Ryan Reynolds resulta ser tan feliz que es lo que la sostiene.
Esta película cubre un aspecto de la II Guerra Mundial que no es muy conocida: la relación entre Alemania y Hungría, y la participación de ese país en el Holocausto.
¿Tenemos acaso los recursos intelectuales y espirituales para reconfigurar este debate de manera que el concepto de “tierra santa” sea punto de partida, no para la “guerra santa”, sino para el diálogo, el entendimiento y la solidaridad?