La jibarita es indómita, casi salvaje. No por otra cosa, cuando evade o resiste complacer el deseo masculino, la llaman “¡piraña!”
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La jibarita es indómita, casi salvaje. No por otra cosa, cuando evade o resiste complacer el deseo masculino, la llaman “¡piraña!”
Se ha destacado más a Lola Rodríguez de Tió como destinataria de las cartas de próceres que como emisora de epístolas de relevancia nacional. Es hora de hacer un cambio a ese enfoque.