Puerto Rico se merece gobernantes valientes que enfrenten el milenio con propuestas reales de cambio. Los dos partidos de siempre son incapaces institucionalmente de producir ese tipo de líderes.
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Puerto Rico se merece gobernantes valientes que enfrenten el milenio con propuestas reales de cambio. Los dos partidos de siempre son incapaces institucionalmente de producir ese tipo de líderes.
Escribir es siempre de alguna manera emigrar, largarse como si fuera otra manera de volver, aunque sea con las palabras y gracias a ellas: otra pasión del territorio.