Tetas diversas alimentando la equidad
Tetas para alimentar seres sexuales afectivos
El proceso de lactancia permite que desarrollemos la primera relación íntima y afectiva con el cuerpo fuera del vientre. Al nacer, las tetas nos proveen la capacidad de experimentar sensaciones a nivel físico, afectivo y sexual que garantizan la supervivencia y el bienestar integral. Como respuesta al estrés y al dolor del parto, en la lactancia se van sintetizando endorfinas que posibilitan, biológicamente, la comunicación y el vínculo afectivo. Desde ahí la/el bebé comienza a desarrollar el sentido de confianza y protección. Mientras se amamanta se provee alimento y también se facilitan destrezas de comunicación verbal y no verbal. La lactancia convierte al cuerpo en un espacio de resistencia física y de formación social desde donde lxs seres humanos podemos comenzar a desarrollar sensibilidades y destrezas que garanticen relaciones saludables para el beneficio común. La forma de palpar, de reptar, de lamer y, finalmente, la succión de leche del bebé sobre esa zona tan sensible de la areola y el pezón dan lugar a un aumento de la secreción de oxitocina que contribuye al desarrollo integral de la cría y de la persona que está dando leche.Tetas por políticas públicas a favor de la salud comunitaria
En la primera semana de agosto se celebró en más de 170 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna con el propósito de impulsar el amamantamiento para mejorar la salud de los bebés de todas las comunidades. En esta semana además se conmemora laDeclaración de Innocenti, formulada por la Organización Mundial de la Salud y el UNICEF en 1990 con el fin de proteger, promover y respaldar la lactancia.
Esto abre una brecha social para visibilizar los esfuerzos que se realizan al momento de llevar a cabo una lactancia segura, saludable y sin intimidación en países donde no se promueve el amamantar de forma libre y soberana, insistiendo en la sustitución de la leche materna con fórmulas y productos químicos. Esta sustitución de tetas por mamaderas de plásticos es patrocinada principalmente por el propio espacio clínico, lo que ha logrado normalizar a nivel social la leche artificial. El dar las tetas para alimentar es hoy día una postura política y radical sobre el cuerpo y sobre las autonomías que garantizan salud integral comunitaria. Es importante destacar que en ausencia de leche materna y ante la imposibilidad de amamantar, la leche artificial es sin duda la mejor alternativa para el sustento de la cría.
Tetas con VIH
Hagamos entonces un reconocimiento a la alimentación del lactante en el contexto del VIH. Según la OMS, si las personas infectadas por el VIH amamantan a sus hijxs durante dos años sin recibir ningún fármaco antirretrovírico se infectarán entre el 14% y el 20% de los lactantes. Sin embargo, en muchos entornos con recursos limitados, la probabilidad de que lxs bebés no amamantadxs mueran por malnutrición, neumonía o enfermedades diarreicas es hasta seis veces mayor. En entornos donde la mortalidad en la niñez por estas enfermedades es relativamente alta, como en el África subsahariana, el dilema ha consistido en equilibrar el riesgo de que lxs lactantes se infecten por el VIH a través de la lactancia materna con el riesgo de muerte por otras causas si no son amamantados. En consecuencia, aún tenemos a madres que practican métodos de alimentación del lactante inadecuados por sus circunstancias domésticas, de pobreza y acceso lo que hace que los lactantes se expongan a un alto riesgo de transmisión del VIH y, en los casos más críticos, a la mortalidad. Para que se puedan mejorar las prácticas de alimentación de todos los lactantes que viven en comunidades afectadas por el VIH es importante reconocer los problemas estructurales que afectan y comprometen nuestras garantías de salud. Es momento de que la decisión de amamantar o no amamantar a lxs hijxs deje de resultar un dilema doloroso, ya que debe sopesarse el riesgo de infección a través de la lactancia con relación a los peligros que entraña la alimentación artificial o la falta de recursos para acceder a ella. Es vital hacer un reconocimiento a todas las personas que se exponen a múltiples inequidades por la supervivencia alimentaria y que ante el VIH, la pobreza, la raza y las múltiples intersecciones siguen estando condicionadas las autonomías de sus cuerpos y su bienestar integral.
Lactancias Inclusivas y desde la Comunidad LGBTTIQ
La Iniciativa de movilización y visibilización de la Semana Mundial de la Lactancia debe impulsar la equidad, promoviendo una lactancia inclusiva, diversa y liberal que no sólo apele a la maternidad heteronormal sino que reconozca los nuevos modelos familiares y de crianza que se desarrollan desde las comunidades LGBTTIQ. La perspectiva de género es necesaria en las políticas públicas a favor de la lactancia y la maternidad. La lactancia no sólo le pertenece a las mujeres heterosexuales; la lactancia no le pertenece al patriarcado; la lactancia es de todas y todos los que deciden llevar a cabo de forma soberana, este proceso de alimentación, apego y aporte de nutrientes. Para comenzar a gestar sociedades más solidarias e inclusivas es necesario atender la construcción de género desde la maternidad. El proceso de la lactancia entonces debe apartarse de las estructuras opresivas que condicionan el modo en que el cuerpo de la mujer se posiciona ante un bebé, no solo de forma física, sino también de forma moral y psicológica. Por definición, el término “lactancia materna” remite a la acción de utilizar la leche que se encuentra depositada en las glándulas mámales de la hembra para proveer alimento; pero desde un asunto de derechos humanos se sigue remitiendo la lactancia a un asunto de género que sólo apela a la mujer. La lactancia ya no sólo es única y exclusivamente maternal sino que también es paternal. En el caso de los hombres tras, se generan las condiciones adecuadas para que un padre transgénero pueda parir y alimentar a su cría.
Nos toca expandir la mirada de nuestros cuerpos sobre la lactancia y la maternidad pues la mujer transgénero, la mujer bisexual, la mujer lesbiana, la mujer intersex, la mujer queer, el hombre trans y toda persona diversa que vive su sexualidad al margen de las identidades heteropatriarcales, aún son discriminadas, violentadas y oprimidas por las estructuras de poder. Nuestras comunidades necesitan que la equidad llegue al pezón y la aureola para que nuestra fuente de alimento primario este basado en la inclusión y en la diversidad para que, desde la libertad, cualquier persona pueda gestar crianzas positivas a partir de los propios valores y autonomías, garantizando la salud integral y el bienestar común.
Hagamos que los cuerpos que lactan y son lactados sean cuerpos libres y soberanos capaces de trascender las represiones sexuales que tanta angustian generan en la sociedad. Valoremos la lactancia como ese proceso de alimentación consciente que establece las condiciones en las que nos relacionamos íntima y colectivamente a lo largo del desarrollo humano.
En la Semana Mundial de la Lactancia celebremos la diversidad de nuestros cuerpos para que cada pezón y cada gota de leche se provea a favor de la equidad.