Venezuela: ¿cuál es la salida a la crisis?
¿Cuál será la salida a la crisis? ¿Hacia dónde se moverá Venezuela? Esto definitivamente no está claro. La vuelta de las viejas elites derechistas no es alternativa. Pero tampoco lo es el enquistamiento del régimen actual de capitalismo de Estado y la nueva elite cívico-militar con sus políticas fracasadas, un mayor autoritarismo y la apuesta a la violencia estatal para aplastar la oposición invocando el cuco del «imperialismo». Ahí parece estar la no salida de la situación actual. Y, por tanto, el peligro actual.
La retórica de la Guerra Fría no ayuda en nada a la comprensión de lo que ocurre en Venezuela. Invocar en clave maestra a la CIA, el imperialismo o el comunismo, no aporta herramientas que contribuyan a un análisis riguroso de la situación venezolana. Por el contrario, es quedarse en imaginarios desfasados. Venezuela no es Chile. Maduro no es Allende (ni siguiera es Chávez) y las Fuerzas Armadas, particularmente sus altos mandos que se han beneficiado del régimen chavista, no son golpistas, sino defensores del statu quo. La oposición civil no cuenta con el respaldo de las Fuerzas Armadas, sino con el apoyo que pude generar el descontento social. Pero eso no parece ser suficiente para alterar la situación política presente. Al menos por ahora. Ni Cuba ni Estados Unidos, aun con sus intromisiones en la situación actual, han de determinar el curso de los acontecimientos en Venezuela. El rumbo de estos acontecimientos estará determinado por los venezolanos y por la forma que tome este conflicto. De ahí, la importancia de una salida política a la crisis. Sabido es que el cierre de lo político, su sutura, conlleva salidas autoritarias donde “la guerra” asume el relevo del quiebre de lo político. Esperemos que no sea esta la salida a la crisis venezolana.
Ojalá se vislumbrase una salida encabezada por un movimiento político de masas anticapitalista y antiautoritario, una salida democrático radical, basada en una política de “lo común”, que no es lo privado, ni lo estatal. Pero esa es mi fantasía. Ojalá.