Pase lo que pase, el chavismo está, por largos decenios, instalado en el sentimiento de la población venezolana más humilde. Igual que el peronismo en Argentina.
Pase lo que pase, el chavismo está, por largos decenios, instalado en el sentimiento de la población venezolana más humilde. Igual que el peronismo en Argentina.
Venezuela es uno de los pocos países, si no el único, con un régimen dictatorial cuyo dictador ejerce la tiranía después de haber abandonado el cargo. Pero además, siendo dictador, ¡se da un autogolpe!
Sorprendentemente, el desenlace de esta trama puede depender de tres indígenas: los diputados que ocupan los escaños constitucionalmente garantizados a los representantes indígenas en la Asamblea Nacional.
La victoria de la derecha se debe más al fracaso del gobierno en afrontar los problemas que azotan el país que a méritos propios como opción política.
La solidaridad sin condiciones es puro fanatismo, venga de donde venga; y la idolatría a las figuras de gobierno es tan perniciosa como la adulación al liderato opositor. No hay una verdad revolucionaria que se oponga de manera absoluta ante la mentira reaccionaria.
La campaña de descrédito y violencia mediática de la derecha venezolana ha tenido varios aciertos. En primer lugar, ha sabido seleccionar las imágenes con las que arma sus mentiras.
Yo re-enfocaría la discusión y la mirada sobre Venezuela, menos en el binomio Estado versus opositores (sin más) y más en las premisas y los valores que verdaderamente están en juego.
Según el autor, “lo que está en juego en estas horas no es sólo el futuro de Venezuela sino el de toda Nuestra América”. Atentos pues.
¿Cuál será la salida a la crisis? ¿Hacia dónde se moverá Venezuela? Esto definitivamente no está claro. La vuelta de las viejas elites derechistas no es alternativa. Pero tampoco lo es el enquistamiento del régimen actual.
¿Por qué no disfrutamos esos instantes de alegría que nos reporta el premio de Lalo? ¿Por qué nos es más fácil lanzar piedras a cualquier iniciativa que se inaugure o premio que se gane?
Olvida de dónde viene y olvida a quién se debe, Willie Colón, lamentablemente aliado a un candidato que representa el fin de la justicia social que ha construido la Revolución Bolivariana.
Escribir es siempre de alguna manera emigrar, largarse como si fuera otra manera de volver, aunque sea con las palabras y gracias a ellas: otra pasión del territorio.
Las cámaras no pudieron ocultar el desborde de congoja, de tristeza y consternación que había en los testimonios de la gente que acudió al velorio; de sus expresiones emanaba otra visión, radicalmente distinta, de Hugo Chávez.
No creo que en la historia contemporánea se conozca de algún paciente que haya sido tan presionado, acosado y hostigado como el caso de Hugo Chávez Frías en el último mes.
Puede que yo sea una ilusa y aquí no hay con quien hacer otra cosa que gritar consignas. Entonces perdí. Si luchas puedes perder, si no luchas estás perdido. Eso no me acuerdo quien lo dijo.