Autonomía plena: nuestro desafío urgente
Los espejos te reflejan y reflejan la realidad aunque no nos guste.
-Eduardo Galeano
Esta semana, que comenzó para algunxs el sábado 27 de abril de 2013 con la reunión de la hoy difunta Junta de Síndicos, ha puesto en jaque mate los discursos, las promesas y los anhelos de muchxs. Pero no hay duda que también ha nutrido una brecha de esperanza para otrxs. Más importante aún, nos ha dejado a la intemperie, de cara a un espejo al que no nos gusta mirarnos en absoluto.
Digámoslo alto y claro: en la UPR no hay ni ha habido cultura autonómica digna. La palabra “autonomía” ha sido minada, manoseada y despojada de sus más nobles hechuras. Lxs unxs y lxs otros la usan a su antojo y conveniencia, sobre todo los partidos polarizados de nuestra maltrecha política. Los eventos y los argumentos circulados esta semana son una evidencia contundente.
Sin embargo, lxs universitarixs no nos hemos quedado atrás. He experimentado cómo el uso acomodaticio del concepto “autonomía” se ha impuesto en la mayoría de los debates. Muchxs anhelamos más autonomía respecto a la politiquería partidista, pero sentimos desesperación por la falta de acción y diligencia del partido de turno para “liberarnos” de la administración recientemente pasada. Nos enervaba que la legislatura no fuera más rauda y descargara a toda prisa la ley que erradicaría de golpe y porrazo una de las presidencias universitarias más antipáticas e incompetentes que hayamos conocido. Nos frustraba que desfilaran los días, eventos y entuertos bochornosos y no pasara nada.
Pero, si nos detenemos un instante y pensamos con sosiego; si dejamos asentar este episodio convulso y nos damos a la tarea de observar, analizar y soñar, lo primero que tendríamos que hacer es organizar los sectores universitarios, facilitar debates y orquestar propuestas que sean el fruto de una democracia participativa real, en vez de la ambición de este o de aquella. La única manera de atajar el quítate tú pa ponerme yo es resistiendo los ritos de pase de batón al uso e inventando otros modos. Tenemos que ser creativos. Tenemos que afinar la imaginación. No hay tiempo que perder en demagogias y olvidos selectivos.
Es cierto y lamentable que el “golpe de timón” anunciado por el PNP haya tenido lugar, de alguna manera, bajo el PPD. Es cierto y lamentable que algunxs habríamos preferido que fuera de un modo muy distinto y que no lo fue. Es cierto y lamentable que de esta manera no se abona a la autonomía universitaria plena.
Pero no todo está perdido. Por el contrario, hay mucho por hacer para que esta historia no se repita nunca más. He ahí el reto al que nos enfrentamos hoy.
¡Lxs universitarxs tenemos que hacer lo que se supone hacemos mejor! Tenemos que pensar, analizar, ponderar, investigar y proponer alternativas reales defendidas con argumentos sólidos y con acciones cabales que aseguren la genuina autonomía que queremos de ahora en adelante. La Junta de Gobierno, recién creada, debe saber que estamos listxs para luchar por una universidad autónoma plena.
Si la nueva Junta no se apunta a facilitar una nueva ley universitaria que sedimente mejor nuestra libertad institucional, será más de lo mismo y ya tiene sus días contados. Si la nueva Junta no diseña procesos de consulta participativos para la selección de rectorxs, decanxs y directorxs, y no puede garantizar que no habrá arreglos tras bastidores ni promesas de este puesto o de aquel, será más de lo mismo y ya tiene sus días contados. Si la nueva Junta no viabiliza mayor transparencia, rendimiento de cuentas y uso responsable de los recursos fiscales de la universidad, será más de lo mismo y ya tiene sus días contados. Si la nueva Junta no asegura mayor participación y co-responsabilidad de lxs universitarxs en todas las esferas de la gobernanza institucional, será más de lo mismo y ya tiene sus días contados.
Si verdaderamente quieren a la Universidad de Puerto Rico y desean fortalecerla de cara al futuro no podemos seguir siendo el espejo del pasado. No podemos seguir reflejando esa realidad enquistada que no nos gusta y que urge cambiar. Este es el desafío urgente de la nueva Junta, pero también de todxs lxs que queremos escribir y soñar otra universidad.
¿Estaremos allí? ¿Nos apuntaremos a romper el espejo, a inventar y a hacer realidad nuestros anhelos de libertad?