Sus traviesos ojos verdes, piel blanquita y sonrisa colgate, Ricardo Rosselló, al igual que su papá, embelesó a mujeres y hombres gays de la isla. Fui uno de ellos, aunque nunca le comí el cuento.
Sus traviesos ojos verdes, piel blanquita y sonrisa colgate, Ricardo Rosselló, al igual que su papá, embelesó a mujeres y hombres gays de la isla. Fui uno de ellos, aunque nunca le comí el cuento.
Una parábola que retrata las avaricias de la actualidad. «¿Cuál es ese brebaje tan anhelado e intangible, llamado poder, que muchos anhelan, pese a sus terribles efectos adversos?»
Desde agosto de 2018 se echa en falta en La Fortaleza el San Juan Bautista Niño, talla en madera policromada del siglo XVIII de la escuela escultórica cuzqueña que habitaba la mansión desde tiempos inmemorables.
«Cuando vi el perro de mi vecino correr tras su rabo me dio tanta curiosidad que me quedé largo tiempo mirándolo a ver si lo alcanzaba.» Breve sátira que compara un sector de electores boricuas con la búsqueda incesante del rabo.
Si habremos de ser un objeto, entonces que sea únicamente de nuestra sexualidad libre y fervorosa y que esa sea nuestra impostura ante aquellos que quieren imponernos sus principios normativos.