Hechizo para un solsticio ¿feliz?
El día más largo del año: fuego en el fuego
Y encenderás una fogata a la luz de las estrellas y la encenderás con intención. Nada ocurre por casualidad, tu intención es la que se manifiesta.
¿Encenderemos la esperanza en este solsticio? Plantearnos como pregunta cuáles son nuestras intenciones; es vital para lograr la magia del solsticio. Y fíjense que la intención es muy distinta al deseo. Podemos desear algo y no tener la más mínima intención de actuar para conseguirlo o para convertirlo en realidad. Podemos desear la paz mundial, y no tener la intención de dejar nuestras prácticas agresivas. Podemos desear un mejor futuro para nuestra niñez, pero seguir devorando los recursos del planeta sin intención de medir nuestra voracidad. También podemos desear la equidad y no tener la más mínima intención de renunciar privilegios. Podemos desear desesperadamente erradicar la pobreza y carecer de la intención de trabajar para la transformación de nuestro sistema económico. ¿Tenemos la intención de trabajar, de cuestionar, de retarnos, de abandonar lo viejo, de abrazar nuevas ideas, de asumir riesgos, de dar un salto a la acción desde la esperanza?
Cuando cada cual sepa cuál es su intención en este solsticio, podrá encender la fogata.
Fuego en el fuego, agua y estrellas. Hoy brilla el sol y desde mañana luchará contra la oscuridad. Los días se harán más cortos, pero la vida sigue, otro solsticio habrá. Abre los ojos, mira a tu alrededor. Celebra, llora, golpea la tierra con ira y vuelve a reír. No es locura. Es amor, es compasión, es empatía y es humanidad.
Hagamos un balance de lo que tenemos. De nuestras victorias y de nuestras derrotas, de nuestros amores y de nuestros enemigos. A nivel personal y colectivo. Dejemos que nuestra mente se exponga a lo positivo y a lo negativo de sus propias emociones y de la energía que se mueve en forma de eventos a nuestro alrededor. Mucha gente teme ser tildada de pesimista y se resiste a ver lo negativo. Nadie quiere reconocer derrotas. Nadie quiere admitir enemigos. Pero, si nos empeñamos en negar la existencia de las cosas negativas, replicamos los anuncios de Walmart (¡siempre precios bajos! ¡todo es perfecto aunque explote a mis empleadxs!), del gobierno y la isla estrella, de WKAQ y los piensa positivo y veinte mil otras sandeces que nos atosigan por ojos, boca y nariz para que nos sintamos bien y no cuestionemos el sistema. Si bien te sientes y si nada te perturba, pregúntate qué parte de tu corazón ya se murió. Imposible saber del dolor ajeno y de la pobreza y sentirse de maravilla. Imposible saber de las injusticias y no llorarlas. Imposible afirmar cada día que estás agradecida y bendecida si no afirmas a la vez que estás encabroná y con ganas de virar el sistema patas pa’rriba.
El día y la noche están en nosotras y nosotros. Vivimos solsticios internos. A veces gana el día, a veces la noche. Y eso, no está mal. Pero mientras vives tu solsticio, no olvides que eres parte de un sistema. Si el sol revienta, revientas tú.
Fuego en el fuego: Alimenta las llamas de tu fogata, toca el agua que te acompaña, nombra tus cargas indeseadas y despídelas con un adiós. Hazlas llama que vuela o agua que se derrama. Despide lo que no quieres. Abraza lo que sabes que te seguirá acompañando. Sea miedo o amor, todo se vale. El solsticio es hoy.
Hay cosas que nos acompañarán toda la vida por más que tratemos de soltarlas. (Sí. Los libros de autoayuda te han mentido.) Hay otras que podemos desechar.
El clasismo, la homofobia, el machismo, el fanatismo político o religioso y la segregación social son cosas desechables. Las desechamos a nivel personal y a nivel colectivo y muchas veces luego de repetidos intentos que nos cuestan relaciones, comodidades y vidas. Las secuelas de una vida llena de violencia, el miedo a la soledad, el ser objeto de discrimen y vivir escondiéndose del odio ajeno… no son cosas que se desechan con facilidad. No todas somos heroínas con la sabiduría y fuerza interna necesarias para superar tanto dolor, odio y coraje. Eso no nos hace menos. (Recuerda: Los libros de autoayuda mienten. Está bien sentirse triste, iracunda y pesimista de vez en cuando.)
Fuego en el fuego: Eres pasión y amor, eres la esperanza que baila, guerrerx en alerta, quien elige un camino y se ciñe a él. Baila alrededor del fuego. Ofréndate flores blancas. Goza en ellas y acéptalas como parte de lo que será tu altar a la libertad, al amor y a la vida/lucha que eliges seguir.
Bailar alrededor del fuego, teniendo claras nuestras intenciones, es un acto de libertad. Bailar, como acto simbólico, puede tener muchos significados: preámbulo a las guerras que se librarán, celebración de victorias, ofrendas, expresión de amor, de alegría e incluso de duelo.
A nuestra Isla le esperan grandes guerras que se librarán en nuestros corazones, en nuestras conciencias, al interior de los colectivos y en el campo político y económico. Habrá quienes quieran mantenerse en terreno neutral y habrá quienes actúen como las valquirias -alimentándose de los cadáveres que queden en los campos de batalla; mientras estarán lxs que dirán que hay que hacer las cosas como siempre y con la gente de siempre. Yo espero que hayamos muchxs más dispuestxs a repensar todo y a hacer cosas arriesgadas para salir del estado en el que estamos. Ya no hay corporaciones foráneas, amiguismos, fondos seguros o contratos jugosos que justifiquen estar del lado incorrecto de las batallas. La equidad -esa cosa que algunas personas piensan que es abstracta- no se construye con discursos o eslóganes. Se construye desde cada decisión personal y cada alianza que aceptamos o rechazamos en los espacios colectivos.
En este solsticio, la intención, el baile y las ofrendas tendrán que venir con su propia carga de vida, de muerte y de amor al prójimo.
Fuego en el fuego. El fuego en ti. El fuego en todxs. Purificación. Atrás lo viejo. Lo que fue. Lo que ya sabemos que dejó de ser. Lo aprendido. Ahora se afirma lo que es. Lo que nace de las lecciones. Lo que emprendemos sin ataduras y sin cargas. El abismo de cielo, mar y tierra que nos llama y al cual hay que lanzarse sin miedo.
Con esperanza.