ofrenda
uno va al mar porque solo el agua
detiene al hombre
uno va al mar porque el salitre
es más rápido que la sed
uno va al mar porque sabe
que nunca es suficiente
va porque el reguero de agua
es un espejo que refrena
va porque espera
porque no hay expectativa
va porque sabe que la ola
es más cariñosa que los palos
que uno se facilita
cada vez que la hombría
se nos queda corta
uno se sumerge en la orilla
porque no ofrece más remedio
que desdoblarse
porque un hombre no es cántaro
sino flama
–el destino líquido del metal–
porque uno no se rompe
sino que deja que ella brote:
es el quebrar de la voz sobre las piedras
es el rumor macho que azota los siglos
y se retuerce en la queja ante la luz
uno va al mar porque hundido
es que el amor
echa chispa
en la mirada
un hombre va al mar
para que no lo consuma el silencio
un hombre va al mar
para arder y no quemarse
*(De Quiebre de armas, Trabalis Editores, 2018)