¿Podemos?… y nuestras preguntas
El partido político se describe así mismo como una “iniciativa ciudadana para recuperar la democracia y poner las instituciones al servicio de la gente”. Su programa político está montado sobre una batería de medidas que buscan recuperar dinero para los fondos públicos, renegociar el pago de la deuda pública y redistribuir de diversos modos la riqueza disponible.
En algunos espacios políticos de Puerto Rico, la “ilusión de cambio” desatada por Podemos en España ha levantado viejas y nuevas preguntas. El Partido del Pueblo Trabajador (PPT), por ejemplo, organizó un foro (En Puerto Rico también Podemos) a mediados de enero con la asistencia de más de cien personas. Lo que sigue es un comentario sobre tres aspectos abordados en la actividad que considero importantes: el análisis político previo, el lugar de la movilización social y la centralidad de la comunicación política.
El análisis político previo
Iñigo Errejón, uno de los dirigentes de Podemos, resume la tesis política del grupo promotor diciendo que España “atraviesa una crisis de régimen que es, en primer lugar, una fractura de los consensos y una desarticulación de las identidades tradicionales, y que existen condiciones para que un discurso populista de izquierdas, que no se ubique en el reparto simbólico de posiciones del régimen sino que busque crear otra dicotomía, articule una voluntad política nueva con posibilidad de ser mayoritaria”.
Crisis y oportunidad. Fractura de consensos y desarticulación de las identidades tradicionales. Condiciones para crear algo nuevo. Gramsci le hubiese llamado “crisis orgánica” y Errejón se refiere a la combinación de crisis económica y crisis política que sobre todo se desató en España después del 15 de mayo de 2011 con la toma masiva de plazas en lo que se conoció como el “movimiento de los indignados” o 15M. El movimiento impugnó a los poderosos visibilizando denuncias concretas con una estrategia que combinaba la movilización social y un estilo asambleario en la toma de decisiones. Con esto, abrieron “una grieta en el sistema”.
Errejón describe la situación general como un efecto de “politización de dolores que hasta entonces se vivían de forma no política, es decir, como dolores, culpas o problemáticas privadas”. Los desahucios de personas de sus casas ya no eran un problema de la persona con el banco sino un problema del conjunto de los ciudadanos con todos los bancos. Lo mismo que el desempleo, un problema del sistema de trabajo. No hubo que esperar a los sindicatos dominantes, bastantes corrompidos; surgieron mareas, nuevas organizaciones. En algunos casos, plataformas que existían se reforzaron o se extendieron por todo el Estado así como otros movimientos. Podemos llegó al “tablero político” español como una expresión particular en sintonía con esas transformaciones que venían operándose también por fuera del escenario electoral.
La situación española nos invita a pensar qué forma particular están tomando esos fenómenos aquí. ¿Cuáles son los consensos sociales que mantienen la estructura social y política en Puerto Rico? ¿De qué identidades se valen para hacerlo? ¿Cuáles son las relaciones de fuerza que existen entre las tendencias sociales que quieren conservar o transformar nuestro sistema de consensos? ¿Cómo podemos transformar la situación actual?
La existencia del PPT, como antes lo fuera la del PPR, es evidencia del debilitamiento del sistema de partidos que contribuye decisivamente a mantener los consensos dominantes: la relación colonial con EEUU y el régimen de trabajo capitalista. Es una expresión de la crisis, que sin embargo, no ha encontrado su correlato de movilización.
La movilización social
Rafael Bernabe, principal portavoz del PPT, planteó la relación partido y movilización social al diferenciar los orígenes de Podemos y el PPT diciendo que “Podemos se funda en un momento que hay un auge de las luchas sociales, un auge de las movilizaciones”. El PPT, por el contrario, “se funda en el 2010, cuando estamos en un momento de reflujo. En Puerto Rico después del 15 de octubre de 2009, que fue el último paro nacional contra la Ley 7 de Fortuño, ha habido un proceso decreciente de movilización, esa es la realidad. Nosotros no nos hemos podido apoyar en grandes movimientos que se estén dando en Puerto Rico”.
Tengo que coincidir con Bernabe en que “estamos en un momento de reflujo” aunque no sé si desde 2009. Todo depende cómo uno lo vea y qué se esté planteando. Alguna gente dice que el retroceso viene desde los ‘80, cuando una serie de derechos laborales conquistados en el periodo anterior comienzan a ser desmantelados. Para el movimiento laboral, la huelga del pueblo de 1998, contra la privatización de la desaparecida Telefónica de Puerto Rico, parece haber marcado un antes y un después.
Para la movilización amplia basada en demandas específicas y estilos de acción directa y participación, destaco como importantes los movimientos por la salida de la Marina de Vieques y el que defendía la educación pública en las huelgas estudiantiles de 2010 y 2011 en la Universidad de Puerto Rico. El movimiento por Vieques, porque supo “recoger la energía que se había desarrollado durante la huelga del pueblo de 1998”, como dice Félix Córdoba, y porque levantó preguntas, nuevas y viejas, como cosa práctica, como asuntos fundamentales para el desarrollo de una estrategia de cambio. ¿Cuál es el rol de los partidos y distintos sectores sociales en los procesos de lucha? ¿Cómo puede o debe ejercerse el poder de las personas en las luchas? ¿Cuál es la importancia de la acción directa y cómo debe ejercerse? ¿Cuál es el papel de los frentes amplios y cómo se deben construir? ¿Cuál es el rol de la diáspora? ¿Cómo vincular nuestras luchas con las internacionales? ¿Cómo puede desarrollarse un movimiento para un largo plazo?
Las huelgas estudiantiles en la UPR en 2010 y 2011 fueron ese “recoger la energía” después de la retirada que hizo la mayoría del movimiento laboral contra la ofensiva del gobierno de Fortuño. Retirada que comenzó el mismo 15 de octubre de 2009, como punto final a una jornada que había realmente levantado expectativas. La toma del expreso, liderada por un nutrido grupo de jóvenes y estudiantes resultó ser también un anticipo irónico, un mirarse a los ojos entre dos tendencias de actividad política encontradas y que necesitan analizarse. Las huelgas permitieron un ensayo completo del trabajo de base, de la formación de estructuras de participación, representación y poder, y del uso de los medios y la comunicación pública.
El cuatrienio de Fortuño fue de lucha. Por primera vez en tiempos recientes, algunos paros estudiantiles en escuelas públicas proyectaron que el sistema de educación profundizaba su crisis mientras se extendían las posibilidades de respuesta. Movilizaciones de todo tipo lograron detener los planes del gasoducto y una movilización multisectorial de participación electoral logró derrotar al gobierno en el referéndum de la fianza. Un periodo coyuntural que se abrió en 2009 y se cerró en agosto de 2012 con la victoria del NO, y cuyo punto más alto estuvo en la huelga estudiantil, no en octubre de 2009.
Vale preguntarse a dónde fue toda esa “energía”. Sobre todo, cuánta sintonía hemos tenido las izquierdas para leer los momentos, aprender de ellos y saber impulsar adecuadamente estrategias de cambio duraderas. Después de todo, en 2014 la Organización Socialista Internacional de la que yo era parte desapareció. El Movimiento al Socialismo, organización promotora del PPT, se disolvió. Otras organizaciones de la izquierda política enfrentan dificultades y pérdida de miembros. La izquierda está en crisis, quizás como un síntoma más de la “desarticulación de las identidades tradicionales”.
Necesitamos repensarnos por completo. Las experiencias de los movimientos recientes y su relación con el terreno electoral en el tema de la fianza señalan claves que todavía necesitamos descifrar.
La comunicación política
Podemos ha tenido una gran capacidad de comunicación política. Su rostro más visible, el de Pablo Iglesias, se curtió como figura pública en canales locales y de internet promoviendo debates y análisis de todo tipo. Eventualmente, las grandes cadenas de televisión incluyeron a Iglesias en sus tertulias, lo que ayudó a convertirlo en el político que es hoy. En todos esos espacios, se popularizó el uso de los términos “la casta” y “los de abajo” para redefinir el “tablero político”. Usos que no nacieron con Iglesias pero que se popularizaron gracias a la efectiva utilización de los medios y a un público receptivo. De algún modo, el corillo de Podemos ha estado proponiendo nuevas identidades en su intento por construir, como han dicho, “una voluntad política nueva con posibilidad de ser mayoritaria”. Su éxito es de estudiarse.
Ensayos recientes de comunicación política en Puerto Rico también merecen observación. Particularmente la primera huelga estudiantil y la movilización amplia en el referéndum de la fianza. Ambas instrumentaron lo mejor de las tendencias recientes en el uso de la comunicación política: un mensaje aglutinador de contenido general (un derecho), el uso de todos los medios (comerciales e independientes), el trabajo de base cara a cara y cuerpo a cuerpo, la cultura y el teatro, las emociones, las redes sociales, el trabajo de pasquines y hasta los pasquines humanos en sus versiones de pancarteo en puentes o centros comerciales.
Iniciativas de comunicación como el Radio Móvil, los programas radiales Frecuencia Socialista o Impacto Comunitario y el periódico Compartir es Vivir se han desarrollado en los últimos años demostrando que existe un espacio político para ideas contrarias a las ideas del sistema de consensos local. Iniciativas que demuestran, como el PPT, que la gente está buscando qué hacer y cómo explicarse el mundo.
La explicación total de lo que hay que hacer o decir nadie la tiene. Algunos exmilitantes de la OSI nos hemos agrupado entorno a un proyecto que llamamos Centro para el Desarrollo Político, Educativo y Cultural (CDPEC). Desde esa estructura en formación, hemos lanzado una iniciativa de Comedores Sociales en la UPR de Río Piedras y Cayey con bastante éxito. En apoyo al programa radial Impacto Comunitario, estamos haciendo Comedores Sociales en comunidades de Cayey.
Durante el 2015, le daremos impulso a un proyecto de comunicación al que llamamos Desde Abajo, y que queremos sea una “productora de contenidos”. Desde Abajo promoverá o iniciará esfuerzos de comunicación política como programas de radio, televisión en internet y censos de opinión.
La ruta para transformar la vida diaria de la gente en Puerto Rico no está limitada a los vaivenes de la política electoral cada cuatro años, como sé que no ignoran los compas del PPT. Tampoco está en el activismo sin perspectivas que sirve para mantener kioscos pero que cambia muy poco. En esta disyuntiva, hemos tomado la ruta de la experimentación intentando encontrar, descifrar y formular una nueva política para los tiempos que vienen. Estamos motivados.
* El autor es Coordinador del Centro para el Desarrollo Político, Educativo y Cultural (CDPEC).