Reflexiones sobre la presidencia de la UPR
Como un servicio a la comunidad universitaria y para estimular el diálogo abierto, publicamos en serie varias de las propuestas de los 12 candidatos y candidatas a la Presidencia de la Universidad de Puerto Rico, según fueron sometidas a la Junta de Gobierno de la UPR. La semana próxima continuaremos con más propuestas.
Expongo aquí algunas ideas que deben ser consideradas dentro del contexto del progreso hacia una Universidad adecuada a las realidades y necesidades del futuro. Se pueden considerar como implementaciones de algunos principios formulados en Diez para la Década. No pretendo ser completo ni detallado, ni tener todas las respuestas (ni todas las preguntas), pero considero que estas reflexiones no están del todo equivocadas. Escribo necesariamente desde una óptica riopedrense, que sin duda irá cambiando al conocer más de cerca otros recintos. Además, muchas cosas solamente se podrán entender y considerar luego de ocupar el puesto y conocer la situación en detalle.
La Universidad de Puerto Rico y la sociedad
En el mundo globalizado que habitamos, el desarrollo social y económico ya no depende primordialmente de inversiones capitales y productividad laboral, sino que de forma creciente de la generación de conocimiento que cataliza la innovación que nutre el desarrollo. La Universidad es piedra fundamental de esta “Economía del Conocimiento”.
La Universidad abstracta es la fuente de ideas nuevas, el sitio en el cual se genera conocimiento que contribuye al bienestar social y económico de su entorno, y el custodio de la cultura histórica. La Universidad real es simplemente la suma de los que allí laboran y estudian, y su excelencia deriva de la excelencia de estos, comprometidos a trabajar para un propósito común, definido en la visión universitaria.
La UPR es la Universidad de Puerto Rico, financiada generosamente por fondos públicos. Aunque sigue un modelo de universidad estadounidense, es muy especial y particular, justo por estar en Puerto Rico y ser la única con una variada oferta de programas graduados y subgraduados, además de una actividad muy importante de investigación a la que tiene acceso un gran sector de la población puertorriqueña. Es para muchos estudiantes el pasaporte a una mejor vida, y la puerta para seguir carreras profesionales en otras universidades.
Sin embargo, nuestra Universidad se queda corta en otra faceta que es muy importante, estipulada en el inciso b5 del artículo 2 de la Ley de la Universidad de Puerto Rico de 1966: ”Colaborar con otros organismos, dentro de las esferas de acción que le son propias, en el estudio de problemas de Puerto Rico”. Se trata de la contribución que hace la UPR al bienestar social y económico de Puerto Rico, más allá del beneficio a los individuos que en ella estudian o trabajan. A pesar de tener varios centros de investigación y programas con ese fin, la UPR como institución, no figura como actor importante a la hora de considerar los problemas de nuestra sociedad, o posiblemente no se toma en consideración. (En algunas instancias del pasado me molestaba cuando ante algún problema se contrataba a expertos de otra universidad cuando los hay en la nuestra). Hace falta una inmersión comunitaria más vigorosa por parte de los universitarios, y el establecimiento de un vínculo formal de trabajo con agencias del gobierno y con la industria (Un buen ejemplo de esto lo constituye el reciente acuerdo con AMGEN). Tenemos entre nuestra facultad muchos expertos que podrían contribuir a resolver una multitud de problemas (comenzando con los de la UPR) que por su naturaleza son complejos y necesitan del examen académico imparcial y riguroso (salud pública, agricultura, protección ambiental, energía, etc.). Es necesario salir de la academia para que todo no sea meramente académico.
Un análisis de lo que define y separa a las modernas y selectas universidades de investigación de las otras, identifica las siguientes características: una facultad altamente competente, excelencia en la investigación, calidad de la enseñanza-aprendizaje, altos niveles de apoyo financiero público y privado, estudiantes internacionales, libertad académica, estimulo al pensamiento crítico, la innovación y la creatividad, estructuras de gobernanza bien definidas y autónomas, e instalaciones bien equipadas para la enseñanza, investigación, administración y actividades estudiantiles.1
Quizá la meta de ser una de las selectas no sea realista ni alcanzable dentro de la realidad nuestra, pero en el camino a la cumbre escalaremos otros picos que nos permitirán desarrollar la mejor universidad que podamos tener.
La realidad fiscal y los retos
La realidad a la cual tiene que hacerle frente la UPR, más allá de la consideración continua de si hace lo que hace bien o mal, tiene tres facetas principales:
a). Su base de financiamiento se encuentra disminuyendo en el presente a medida que se contrae el presupuesto del gobierno.
b). La población estudiantil disminuye por varios factores (a menos que nuevas iniciativas remedien esta tendencia).
c). La competencia desde el sector universitario privado,
Al hablar del tema hay consenso: se necesita con urgencia un cambio, casi la creación de una “nueva Universidad”. De cara a estos hechos será necesario implementar medidas para mantener la operación de la UPR en el futuro, y para adecuarla, aprovechando la necesidad de un cambio, a nuevas realidades y nuevos retos. El statu quo, aunque cómodo, no es una opción. Pero no podemos pretender que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo. Por lo mismo se torna deseable una revisión de la Ley de la Universidad. La Universidad debe mantener un rumbo determinado por los universitarios, protegida de los vaivenes políticos. Aunque la presidencia puede ser la catalizadora del cambio, las ideas deben surgir de los varios sectores que integran nuestra comunidad, partiendo de un propósito común que puede ser contrario a algunos intereses particulares, ya que ningún cambio será practicable si no es parte del consenso.
La realidad fundamenta dos tareas principales:
1. Consolidación operacional y financiera
Para examinar la efectividad de los programas es necesario que toda unidad mantenga una base de datos al día y uniforme, que pueda informar sobre estadísticas de interés que permitan una evaluación continua y dinámica de su ofrecimiento académico. De igual forma la información institucional de actividades y finanzas se debe mantener al día y accesible a todos los interesados. El penoso episodio con la NSF es un ejemplo de lo que no puede ocurrir otra vez. Por otro lado existe un gran número de documentos, estudios, propuestas e informes que por su volumen amenazan con ahogar a la administración. Debemos aspirar a una gerencia mucho más ágil, menos voluminosa y con menos papel, (además de salvar algún bosque) cosa de que las buenas ideas no se pierdan en una avalancha de papeles.
La reingeniería del sistema informático debe conducir a la uniformidad de formatos y la accesibilidad electrónica para todo el sistema universitario. La información debe ser de fácil acceso, y estar disponible para atender la necesidad de auditar y evaluar todas las actividades, incluyendo los procesos de matrícula y el seguimiento académico de los estudiantes. En Rio Piedras hace un año las notas todavía se entregaban en formularios impresos, mientras que en Mayagüez hace años que se hace de forma electrónica. Ahora lo hace también Río Piedras pero con un programa distinto al de Mayagüez, que costó mucho y parece que ya no funciona, lo cual es un ejemplo de cómo no hacer las cosas. Los servicios de consejería, matrícula y otros serían más ágiles con recursos electrónicos uniformes para todo el Sistema. Los programas de Ingeniería, Cómputos y Administración de Empresas podrían tomar estas necesidades como taller, y establecer sistemas informáticos sin la necesidad de costosos contratos.
Propongo que se organice una serie de encuentros para que las personas encargadas de funciones administrativas similares en las distintas unidades (matrícula, consejería, compras, etc.) puedan intercambiar ideas, exponer sus problemas y proponer soluciones. Se podría establecer un sitio cibernético de preguntas y respuestas. Necesitamos de talleres periódicos para que todo administrador conozca sus responsabilidades y las normas generales que deben observar. Necesitamos establecer un liderazgo profesional con dos criterios: excelencia y transparencia.
Frente a la realidad antes mencionada es necesario que se examine con cuidado el rol de cada unidad, buscando economías y mejoras obtenibles de un proceso de consolidación y optimización dentro y entre unidades y/o programas, buscando eliminar duplicidad de esfuerzo o función, tanto en el ámbito académico como en el administrativo, incluyendo la administración central. Una posible renovación de su pesada estructura administrativa será parte de este examen. Es lo que hace cualquier empresa frente a un futuro de ingresos y demanda reducida.
Un asunto que se debe examinar con urgencia es el estado del sistema de retiro de los empleados, que por muchos años han invertido con la meta de obtener un beneficio que les apoye una vez retirados. Existe gran consternación por el pobre estado de salud financiera de este sistema y se debe atender de inmediato. La insuficiencia de treinta millones de dólares al año no es sostenible.
2. Desarrollo de investigación y creación pertinente para Puerto Rico
La UPR debe ser el motor que contribuye a la economía y bienestar de Puerto Rico de manera vigorosa, y aunque tiene una serie de programas y centros de investigación con ese cometido y a nivel individual se realizan trabajos en muchas áreas de interés social, lo que se necesita es hacerlo a nivel institucional, con laboratorios o institutos dedicados a este fin, con fondos suficientes para realizar una labor amplia y perdurable y para reclutar el personal adecuado. Debemos ver en la universidad un recurso para la búsqueda de soluciones a los problemas que enfrenta Puerto Rico.
Propongo la creación de una serie de institutos, que aglutinen a investigadores y estudiantes dedicados a tratar de manera sistemática y profunda los problemas apremiantes del País en las áreas de energía, recursos naturales, salud pública, producción agropecuaria, educación, criminalidad y otras que surgirán del proceso de invitar sugerencias. Estos institutos se dedicarán a estimular y financiar investigación pertinente y divulgar los resultados. Serán fuente de insumo y asesoría para dependencias del gobierno y para la industria (que puede ser a solicitud de una agencia o industria) y ofrecerán programas de adiestramiento y estudio para estudiantes. Ofrecerán además la oportunidad para que cualquier profesor, en cualquier recinto, se vincule con investigación. Los institutos serán semi-autónomos, con un financiamiento anual para investigación de la UPR que proteja la labor investigativa de la incertidumbre relacionada a fondos externos. Un panel externo de expertos realizará una evaluación anual del trabajo de estos institutos y rendirá un informe al presidente, detallando recomendaciones para su mejoría.
Ofrezco algunos ejemplos para los cuales se puede sugerir inversiones millonarias que serán posibles si logramos reducir nuestro presupuesto operacional. Habrá muchas otras sugerencias que se deben escuchar para luego, mediante un proceso de consenso escoger las que se consideren prioritarias. Debemos pensar que es mejor hacer poco muy bien hecho que mucho mal hecho. La función del presidente es promover y dar apoyo a estas iniciativas. En varios recintos ya existen iniciativas y el personal dedicado a estas labores, lo que falta en algunos casos es organizarlo para obtener una masa crítica de actores y una consolidación del esfuerzo bajo una misma organización. La institucionalización evita que programas de estudio e investigación estén a la merced de los destinos particulares de un investigador y de las incertidumbres financieras de los programas de apoyo.
- Investigación relacionada a los problemas energéticos de Puerto Rico, con plantas piloto etc. y uso eficiente de energía (comenzando como modelo y taller con los recintos de la UPR y la implantación de nuevas tecnologías energéticas).
- Un esfuerzo intenso por contribuir al desarrollo de una vacuna contra el dengue y una contra el VIH (Ciencias Médicas/Industria) que, de tener éxito, redundaría en ingreso para la UPR. (Ya se han encontrado casos de Dengue en la Florida). Además fortalecer la relación de la UPR con los diseñadores y la gerencia del nuevo sistema de salud para incrementar y mejorar las oportunidades de los talleres de educación graduada médica, médico dental, de enfermería, de terapistas y de otros profesionales de la salud, a la vez que la UPR aporta al mejoramiento de la salud de Puerto Rico.
- Fortalecer las Estaciones Experimentales y los programas de adiestramiento y apoyo al agricultor, liderados por el servicio de extensión agrícola que tengan como meta fomentar el aumento de la producción nacional. La investigación agropecuaria debe responder a las necesidades de la industria agropecuaria y fomentar que los egresados pasen a ser productores. Empresarios en vez de empleados. Estrechar el vínculo de Mayagüez con organizaciones que promueven el desarrollo del Valle de Lajas y otras reservas agrícolas. La autonomía alimentaria es uno de los problemas más apremiantes de Puerto Rico y la UPR debe jugar un papel fundamental al respecto.
- Fomentar un vínculo más estrecho y formal entre el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico y los varios programas universitarios pertinentes, permitiendo que la facultad y los estudiantes participen en tan importante actividad. Este instituto podría generar las estadísticas necesarias para fundamentar las decisiones dentro de la UPR.
- Fortalecimiento de programas de estudios sociales bajo un instituto que aglutine los centros (como el Centro de Investigaciones Sociales de Río Piedras) y a los investigadores de varios recintos para abordar los problemas de violencia, criminalidad, drogadicción y otros que aquejan a nuestra sociedad. El resultado de las investigaciones debe ser divulgado para servir de punto de partida para la política pública.
- El fortalecimiento de ciencias marinas, ciencias ambientales, geología y meteorología – áreas de conocimiento pertinentes a Puerto Rico. En particular promover la construcción de un acuario. No entiendo cómo una isla no tiene un vigoroso programa de educación pública acerca del mar que la rodea. Conozco que en la UPR hay un grupo interesado en realizarlo (en La Parguera). Un acuario extiende las áreas de investigación y brinda oportunidades de formación y trabajo a los estudiantes. Además, será de interés de los alcaldes de la zona, como atractivo turístico.
- Un programa de divulgación del conocimiento, y de cursos y talleres para maestros, asociado con una iniciativa de construir un gran museo de ciencias, (algo de lo que hemos hablado por años) operado por miembros de la facultad de la UPR y sus estudiantes. Para esto se pueden obtener fondos federales (para la museología), una vez diseñado y construido el proyecto. Considero que si se pudiera ubicar en Rio Piedras (con apoyo municipal) serviría como catalizador de la transformación del casco urbano que tanta falta hace. Mi experiencia en relación al Centro de Visitantes del Observatorio es pertinente.
No veo porqué en ciertas áreas la UPR no pueda transformarse en líder mundial.
Siendo de gran interés local, pero no necesariamente de interés para las agencias que auspician investigación en EE.UU (NSF, USDA y NIH) es necesario disponer de un fondo institucional para apoyar y dar continuidad a estas iniciativas, (apoyo a estudiantes, trabajos de campo, investigadores, equipos etc.). Es también un hecho que la disponibilidad de fondos federales para la investigación ha disminuido en un 16% en los ‘últimos tres años, impactando de forma adversa la investigación universitaria. (NIH ha perdido $1700 millones, reduciendo en 700 los proyectos auspiciados mientras que NSF reducirá en 1000 los nuevos proyectos).
Propongo la creación de un fondo institucional de investigación y creación universitaria FIDICU con un presupuesto millonario obtenido de los ahorros que se puedan generar por las medidas de consolidación estructural, y por donativos al fondo dotal destinado a apoyar nuevas iniciativas. (De paso, para fin de año y también un mes antes del 15 de abril se debe iniciar una campaña publicitaria indicando los beneficios contributivos ofrecidos por el fondo dotal), La industria, el comercio y la banca se nutren de nuestros egresados y no es mucho pedir que aporten con donativos, más allá de razones filantrópicas. Consideremos también, como incentivo a los donativos, el nombramiento de edificios en agradecimiento a los donantes. El presidente es una figura clave para promover donativos a la Universidad pública del País. Propongo desarrollar una campaña de “diez mil por mil”, con el objetivo que mil empresas o individuos donen $10,000 lo que sería un buen comienzo.
El aspecto gerencial
Demás está decir que una entidad tan compleja como la UPR solo puede manejarse mediante un excelente y dinámico grupo de trabajo, comenzando con los rectores de las distintas dependencias que consideran los asuntos con sus senados académicos y otros grupos que conforman la compleja estructura de la universidad.
La gobernanza, es decir cómo se llega a decisiones académicas, es algo distinto a la gerencia, que se dedica a la implementación de las decisiones, el manejo del presupuesto y otros asuntos administrativos.
El presidente opera en ambos espacios y, como figura pública debe salir a la calle, más allá de visitar periódicamente las distintas unidades, debe relacionarse con otros grupos gestores del cambio y la cultura, y fomentar la inserción del profesorado en las actividades de la sociedad.
El nuevo presidente debe verse como líder para el cambio necesario, de cara a los retos económicos y académicos del futuro, promotor y facilitador de nuevas iniciativas, interlocutor con todos los sectores de la universidad y de la sociedad y no meramente como oficial ejecutivo sucumbiendo al cotidiano quehacer que puede reclamar todas sus energías.
El presidente será la figura que fije las metas producto del proceso de gobernanza, sugiera el camino, y proyecte la Universidad a su rol en la sociedad.
El presidente liderará la búsqueda de financiamiento que apoye la gestión universitaria, y trabajará para optimizar el uso de sus recursos. La relación entre la UPR y los departamentos de salud y educación debe ser redefinida, en particular, con relación al pago de los servicios ofrecidos por la UPR a estas agencias.
El presidente reevaluará las actividades de la administración central y sus diversas oficinas, para identificar las fortalezas y debilidades liderando su estructuración para que responda óptimamente a su función de facilitadora del sistema.
Para que el presidente tenga mayor libertad de acción debe considerarse agregar al organigrama la posición de Vicepresidente (en otras universidades: Provost)
La ejecución de las metas académicas y políticas universitarias recae en manos de los rectores y de sus grupos de trabajo. La meta es la reducción presupuestaria junto a la excelencia académica total – nada fácil. Cada rector liderará a su unidad para realizar un auto estudio de su ofrecimiento académico, de su estudiantado y de su portafolio investigativo y creativo, con la encomienda explicita de señalar sus fortalezas y sus debilidades. Los planes de evaluación ya existentes se deben poner al día.
El insumo desde el principio por parte de organizaciones estudiantiles, profesores y empleados no docentes será importante ante cualquier acción. La buena gobernanza supone esto. Es inútil imponer medidas desde arriba sin el aval de todos los grupos afectados, Necesitamos un ambiente en el que rija la fuerza de la razón y no la razón de la fuerza, con una dinámica fundamentada en el respeto y la confianza mutua. Debe lograrse un consenso y pensar en los once recintos como componentes importantes de una universidad.
En este proceso, el presidente tiene la función de informar y dialogar con los diversos sectores universitarios para promover el consenso. Como presidente de la Junta Universitaria, logrará devolverle el rol unificador al cuerpo, y será la Junta el punto de encuentro con los sectores académicos para informar, dialogar y promover el consenso. Necesitamos un cambio de cultura institucional que enfatice la necesidad de transparencia y rendición de cuentas en todos los niveles, algo que se logra lentamente para que a pesar de los distintos intereses particulares de los diversos sectores que integran la comunidad universitaria se entienda que existe una unidad de propósito – que todos ganan si se logra.
El dialogo entre sectores debe ser abierto, transparente y continuo. La única agenda válida es una UPR de excelencia. Hago énfasis en esto que parece obvio porque lamentablemente en tiempos recientes ha faltado esta transparencia. Un ejemplo a seguir son los nuevos “Apuntes Administrativos del RUM”, que de forma breve informan a la comunidad sobre asuntos de interés.
Los empleados no-docentes representan un importante sector de nuestra población. Son parte del proyecto universitario y deben verse como más que empleados públicos. La universidad debe ocuparse de su bienestar, más allá de condiciones de trabajo, ofreciendo oportunidades de mejora, dirigidas especialmente a este sector. Necesitamos que el empleado no docente se sienta orgulloso de ser parte de la universidad.
El sector estudiantil ha demostrado con sus acciones y propuestas un alto grado de compromiso y madurez ejemplar, y se han ganado el respeto de muchos. Representan el futuro de Puerto Rico y es importante mantener y estimular su participación en los procesos universitarios.
Ante la necesidad de liberar fondos para nuevas iniciativas, será necesario examinar críticamente la estructura organizativa de la UPR y el portafolio de programas de cada unidad (que en el presente suma sobre 230 grados asociados o de bachillerato) para sugerir los posibles cambios, examinando particularmente la necesidad de programas duplicados, ante la merma en demanda y presupuesto. Las buenas ideas no deben sucumbir por falta de recursos. Sin fondos para la innovación y creación de nuevas iniciativas estaremos condenados a la mediocridad. Es necesario encontrar el camino que armonice la natural tensión entre los intereses particulares de cada unidad y los intereses de la UPR como sistema.
En muchos casos el proceso de evaluación de un programa, departamento o facultad se beneficiará con la selección de una junta de asesores, formada por miembros primordialmente de la industria, gobierno, y académicos externos a la institución (o unidad). La junta podría reunirse anualmente o bianualmente pare evaluar ofrecimientos académicos, procesos administrativos y fiscales, y servicios para rendir un informe a la Rectoría con recomendaciones. Un registro de egresados que permita dar seguimiento a sus trayectorias sería una buena herramienta para evaluar el resultado final del esfuerzo.
Los recintos subgraduados de la UPR cumplen una función importante en la labor educativa y social de la UPR. Algunos recintos subgraduados pueden encontrar un nuevo nicho y oportunidad de crecimiento transformándose en escuelas de excelencia en aéreas profesionales y técnicas como ya lo son en gran medida los recintos de Carolina, Ponce y Utuado, fortaleciendo y ampliando estos programas de carreras cortas que sirven a un importante sector de nuestra población que necesita destrezas útiles pero que no necesariamente aspiran a un bachillerato. (De los 452 grados académicos ofrecidos solamente 37 son grados asociados y de los aproximadamente 8300 grados conferidos en 2011, solamente 600 fueron asociados). Otra oportunidad de crecimiento para todos los recintos reside en el ofrecimiento de cursos nocturnos para maestrías profesionales.
Nuevos programas en estos recintos podrían incrementar sus matrículas, atrayendo (con un buen programa de divulgación en los medios) a un nuevo y amplio sector de la población. De lograrse, será necesario considerar formas alternas y ayudas para el pago de matrícula (quizá con préstamos estudiantiles o ajustes relacionados a la capacidad de pago), y considerar una escala de costo distinta para estos programas de grado asociado. (Considerar también una categoría distinta a “Grado Asociado” como por ejemplo “Diploma”). Nuestra sociedad incluyendo las agencias de gobierno necesita personas adiestradas formalmente que sepan desempeñarse eficazmente en los diferentes oficios. Varias universidades y colegios de los Estados Unidos ofrecen Grados Asociados que se extienden hasta tres años en áreas de tecnología avanzada (por ejemplo, grado asociado en electrónica+ nanotecnología) y estos programas, que estaban cayendo en el olvido, se han revitalizado y hay varias iniciativas para reactivarlos y modificarlos para convertirlos en ofrecimientos de la más avanzada tecnología.
Será también de interés, examinar la deseabilidad de la incorporación administrativa y académica de algunos recintos a otros, como por ejemplo Carolina a Río Piedras y Aguadilla a Mayagüez, que se encuentran geográficamente cercanos uno al otro, eliminando duplicidad de funciones y consolidando servicios y algunos cursos generales.
Por último, no se debe perder de vista que el entorno universitario impacta sobre la actividad académica, y el entorno va más allá de los confines del recinto. Cada recinto debe implantar las medidas de seguridad que estime conveniente. También es imprescindible realizar (o continuar con) una auditoría de gastos energéticos y remediar las situaciones problemáticas. Salones vacíos con luces encendidas y enfriados al máximo, no conducen a economías energéticas y los observo a diario. Los recintos deben ser un ejemplo de conciencia ambiental.
Nuestra clientela son los estudiantes a quienes se les debe ofrecer un entorno que les invite a la universidad, con salones de clase bien cuidados y al día en sus prestaciones tecnológicas. Lugares atractivos de reunión son importantes ya que no todo se da en los laboratorios o salones de clase. No es aceptable que no existan espacios para que la facultad y los estudiantes se puedan reunir informalmente. Recintos bien mantenidos son una muestra del aprecio que todos sentimos por la institución. En ciertos recintos hay espacios que se deben atender con urgencia.
El Aspecto Académico: proyectando la UPR
Da pena constatar que la UPR tiene muy poca presencia en los medios (y cuando sale es negativo). Los logros obtenidos por los miembros de la facultad y sus estudiantes no se dan a conocer, y el público conoce poco de su universidad (me atrevo a decir que se puede incluir a los mismos universitarios). Esto reclama acción, lo que también contribuiría al reclutamiento de estudiantes y a la obtención de fondos adicionales.
Propongo que se organice, considere o fortalezca:
- Una oficina de divulgación universitaria que genere noticias que se publiquen en los medios y en los noticieros. No basta una buena página cibernética (que debemos tener y mantener al día) ya que el público general no accede a ella.
- El rol de la editorial de la universidad, de WRTU, y del periódico Diálogo deben examinarse en relación a estas metas. Una alianza con la prensa del País (diario y TV) podría desembocar en algo como: “La UPR informa”, donde noticias importantes para el público, en particular, en las áreas de salud, energía, ambiente, así como oportunidades de estudio pudieran ser presentadas, para paliar la gran desinformación que existe respecto al quehacer de nuestra universidad.
- La relación con muchos municipios que tienen programas de actividades culturales con fondos disponibles y, junto a ellos, se puede establecer un programa de presentaciones sobre temas de interés general y presentaciones artísticas, y talleres que nuestros profesores puedan ofrecer, (“La UPR presenta…”) y así promover la universidad, reclutar estudiantes y educar al público.
- Visitas de reclutamiento e información para las escuelas. Apoyar y adiestrar a estudiantes interesados en participar, para que sean ellos los que visiten y provean material informativo a los estudiantes de cuarto año que desean continuar con estudios universitarios.
La UPR necesita darse a conocer a nivel internacional, salir de ser una más para pasar a ser una de las mejores universidades del entorno hispano. Por ejemplo, en el “QS World University Rankings” aparece en el puesto 701+ (en los primeros dos puestos MIT y Harvard). En el “Academic Ranking of World Universities” la UNAM ocupa el puesto 151-200, la UPR no aparece. Quizás más relevante es la lista de universidades en Latinoamérica. Allí UPR aparece en la posición 51 de 300, las primeras siendo la Universidad de San Pablo (Brasil) – con un rango global de 127, y la Pontificia Universidad Católica de Chile (global 166), con la UNAM en sexto lugar. Debemos aspirar a estar entre las primeras diez.
Globalmente hay un aumento documentado en el número de estudiantes internacionales, que buscan una educación mejor que la que pueden obtener localmente. Muchas universidades reclutan activamente en este sector, considerando que genera ingresos adicionales y un mejor clima académico
- Debemos realizar un esfuerzo vigoroso para darnos a conocer y reclutar más estudiantes locales y de Latinoamérica y el Caribe lo que podría contrarrestar la futura disminución de estudiantes, además de contribuir al clima académico y cultural de la universidad. De igual forma debemos promover la UPR como oportunidad de estudio para las comunidades hispanas en EE.UU.
- Fomentar puentes colaborativos y de intercambio entre universidades del Caribe y Latinoamérica será de beneficio para todos los involucrados, sin por eso menospreciar colaboraciones con otras universidades de EE.UU y el mundo. Pero la UPR puede tener un atractivo especial para nuestros vecinos, y actuar como puente para el estudiante que desea continuar su formación en alguna universidad del norte, pero no está preparado para hacerlo.
- La presencia de la UPR en Latinoamérica y el Caribe podría fortalecerse comenzando una oferta de cursos en línea que fueran únicos, como ya lo están haciendo otras universidades. Este es el momento de aprovechar nuevas tecnologías de educación a distancia que han surgido como MOOC (massive open on-line course), comenzando con la organización de un grupo compuesto por facultativos y estudiantes, que desarrolle cursos para la UPR que puedan abrirnos las puertas a una nueva clientela a nivel internacional. Solamente 12 de los 429 cursos disponibles en COURSERA son en español (de la universidad autónoma de Barcelona, la UNAM y el Tecnológico de Monterrey). Debemos convertirnos en uno de los actores principales en este nuevo y creciente campo que promete rentabilidad futura. Ya son millones los que participan en estos cursos.
- Debemos tener un presupuesto para fomentar el intercambio entre universidades ofreciendo oportunidades de visitas de investigación o creación y enseñanza a profesores distinguidos de otras universidades, con apoyo financiero y logístico. El intercambio estudiantil es de similar importancia. Así fertilizamos el quehacer académico nuestro y nos damos a conocer en el ámbito internacional.
La academia
Recomiendo que se comience con el reconocimiento a los méritos de miembros de la comunidad, con premios anuales (medalla y metálico) a los mejores profesores y empleados como estímulo a la superación. Puede ser implantado ampliando la encomienda del correspondiente comité del senado de cada recinto (Comité de Distinciones). Conozco muchos colegas frustrados porque la universidad no tiene forma de reconocerles logros producto de grandes empeños o de aportaciones a los recintos y al UPR. En el 2013, el profesor Eduardo Lalo recibió el prestigioso premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, y pocos se han enterado.
Propongo la creación de cátedras magistrales que permitan la realización de actividades para honrar y discutir el trabajo de figuras importantes de la cultura. Dispondrá anualmente de fondos para invitar a distinguidas personalidades para dar cursos cortos y conferencias magistrales.
En todo lo referente a la evaluación de la labor académica y de servicio de los claustrales debe operar el principio de que lo académico es competencia de los claustrales y que la evaluación por pares es la que prevalece. La tensión entre lo académico y lo administrativo siempre está presente en mayor o menor medida y el presidente debe funcionar como analgésico.
Algunos recintos no están al día en tecnología educativa. Visualizo salones de clase bien preparados desde un punto de vista tecnológico, con proyectores y pantallas instalados y de fácil utilización. Bastaría enchufar la memoria flash en un receptáculo y tener la presentación pronta (Asumo que cada vez más el profesorado utiliza PPT o algo similar). Con WIFI disponible en todos los salones, se viabiliza una enseñanza en la que cada estudiante, en su “tablet” tiene toda la información requerida para participar en las actividades del curso. En otras instituciones, el uso de “clickers” en ciertos cursos ha resultado de gran beneficio.
- Consideremos una nueva categoría de profesor de investigación y creación, a todos los niveles con una carga académica reducida y un salario mayor, un estatus otorgado por 5 años por un comité destinado a esto y renovable si así lo amerita el caso. Sin este mecanismo no podemos pretender llegar al más alto nivel de investigación y creación, y resulta difícil reclutar futuros investigadores y retener aquellos que tenemos. Aunque al presente esto se obtiene mediante “descargas”, es deseable un sistema más formal, que oficialmente reconozca este estatus. Este estatus podría también extenderse a aquellos profesores en recintos subgraduados que han demostrado una gran capacidad para producir investigación de calidad; estos profesores pueden ser claves en lograr la masa crítica necesaria para producir proyectos de investigación de gran importancia.
- Debemos reexaminar la situación de los profesores temporeros que trabajan por contrato. En muchas facultades suplen una necesidad del momento y se justifica su empleo, pero conozco muchos casos de profesores que, por muchos años, están en este limbo académico, y no parece justo que luego de tanto esfuerzo, muchos de ellos egresados de nuestra universidad, regresen a ella con ánimo de servir para ser tratados como ciudadanos de tercera.
- Reestructurar el enfoque de la docencia para fomentar en el egresado una actitud empresarial. Las facultades de administración de empresas podrían tener una función importante en esta labor, ofreciendo talleres y asesoramiento para los estudiantes interesados.
- Examinar cómo las bibliotecas pueden redefinir sus servicios de cara al creciente empleo de tecnologías electrónicas y renegociar los contratos con los suplidores de contenido. La migración del medio impreso al medio electrónico ofrece nuevos retos y oportunidades de eficiencia y consolidación. Un creciente número de libros de texto ya están disponibles como e-book.
- Fortalecer los programas de preparación de maestros. Uno de los efectos más importantes a mediano y largo plazo de la UPR sobre nuestra sociedad reside en sus programas de preparación de maestros. Los maestros se deben preparar tomando en cuenta la realidad presente y las metas del futuro, trabajando muy de cerca con el departamento de educación. La “presencia” de la Universidad en las escuelas debe ser una meta que facilite la transformación del estudiante de escuela a estudiante universitario. Mi experiencia personal en talleres de mejoramiento (en el área de ciencia) es que muchos no están bien preparados (al igual que los estudiantes). En parte, podemos remediar en parte la situación con un programa abarcador de talleres o cursos de actualización (algo que se ha hecho por muchos años pero cuya eficacia cuestiono), pero se trata de no tener que “remediar” en el futuro, por lo que se hace necesario fortalecer, allí dónde se determine la necesidad, los programas de educación de la UPR.
- La escuela modelo-laboratorio de la Universidad en Río Piedras debe contar con los recursos necesarios para continuar y expandir la labor de excelencia que ha realizado al cumplir sus 100 años.
- Fortalecer las interacciones del profesorado con la comunidad. Es una actividad enriquecedora para los participantes y muchos profesores lo han hecho en su carácter personal, como lo he hecho en múltiples ocasiones. Lo que necesitamos es formalizar las actividades y fomentarlas, al menos ofreciendo un “per diem” al profesor que participe. Si una vez al año, un 20% de la facultad participara en tan solo una actividad, podríamos ofrecer unas 1000 actividades por año. Podría ser una función del DECEP. Establecer “descargas” para divulgación al igual que se hace con investigación. En muchas Universidades la función de divulgación y también la del llamado Outreach son parte de la carga académica del profesor.
Que quede claro que todo lo anterior no pretende ser más que la presentación de algunos puntos que me parecen importantes; cada lector tendrá su visión y sugerencia particular. Los cambios en una dirección de contracción en una institución tan grande como UPR no son fáciles y encuentran resistencia dada la variada gama de intereses y visiones que conviven en nuestra institución. Pero si no remamos todos en la misma dirección no llegaremos. Si logramos un consenso por medio del diálogo y la consideración de todas las alternativas saldremos del proceso con una mejor universidad para el Pueblo de Puerto Rico. Sirva esto entonces para comenzar un diálogo en cada uno de los recintos y también entre los recintos.
- Philip G. Altbach, Jamil Salmi editors. (2011) The Road to Academic Excellence. The Making of World-Class Research Universities. World Bank. [↩]