Es menester del nuevo Presidente de la UPR evaluar a Diez para la Década con sus logros y sus fracasos, re-priorizar las iniciativas que han de continuar y evaluar las que deben abandonarse.
Es menester del nuevo Presidente de la UPR evaluar a Diez para la Década con sus logros y sus fracasos, re-priorizar las iniciativas que han de continuar y evaluar las que deben abandonarse.
El plan de trabajo de un sistema universitario de la complejidad del nuestro, tiene que ser el resultado del esfuerzo conjunto producto de un proceso horizontal, participativo e inclusivo, donde mentes se unan para alcanzar una meta común.
La Universidad de Puerto Rico es fundamentalmente una comunidad de intereses académicos que reúne profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre.
La planificación participativa que propongo es para lograr el futuro deseado, iniciando una gestión con responsables perfectamente definidos, para lograr esa UPR del Siglo XXI.
Énfasis de apertura intelectual y dialógica de la Universidad a la sociedad puertorriqueña, al mundo universitario internacional y a la sociedad global.
Un reto que tiene la Universidad es desarrollar una organización administrativa que deje atrás el modelo adversarial y piramidal, reflejo de la era industrial.
Al hablar del tema hay consenso: se necesita con urgencia un cambio, casi la creación de una “nueva Universidad”.
La UPR aporta de múltiples maneras a la vida económica del país y debe ser un factor clave para encontrar nuevos rumbos para la economía puertorriqueña.
Es nuestro deber reformar la UPR, eliminar las murallas que nos separan como un palacio de nuestra clase trabajadora y las comunidades marginadas del País.