¿Sería la bomba imaginaria del tren de la mañana, la falta de café o la «insoportable levedad de ser»? Siento que estoy eléctrica (debo tener el pelo de puntas). Cada cosa que digo o hago genera un campo magnético inusual.
¿Sería la bomba imaginaria del tren de la mañana, la falta de café o la «insoportable levedad de ser»? Siento que estoy eléctrica (debo tener el pelo de puntas). Cada cosa que digo o hago genera un campo magnético inusual.
Me refiero sin exageraciones a todas, las que nacieron mujeres, las que se consideran mujeres, las que quieren ser mujeres y las que no. Las que apenas comienzan y las que van de salida.
Se murió por fin, y un efecto de tragicomedia flota en el consciente colectivo luego de que, acompañado de toda la gente, pasara recogiendo a pasos su vida por nuestro limbo.
Desde el 16 de noviembre se muestra en el Centro Cultural y Educativo Clemente Soto Vélez en Nueva York su ya emblemática exhibición anual «Borimix», subtitulada «Index» en la edición de este año.
No es fácil, pero todas las personas tenemos el deber y la responsabilidad de hacer algo por mejorar la situación de la niñez. No hace falta ir muy lejos para encontrar niños y niñas viviendo en el umbral de la pobreza.
La sociedad hipócrita, obsesionada por determinar con quién se puede usted meter en una cama, tiene que transformarse de una buena vez.
Todos pululando entre las gentes, los trenes y las ratas, como si cualquier cosa. Todo es posible y probable en los túneles de la Autoridad de Transporte Metropolitano de la Gran Manzana. Doy fe.
Si bien es cierto que Facebook tiene unos 845 millones de usuarios activos -casi una séptima parte de la población mundial- para nadie es un secreto que no es el aglutinador de los menos afortunados.
«Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a éste plano, para dar […]
Traté mil veces de no mirarlo, de esquivarlo, admito que crucé la acera para evitarlo en muchas ocasiones, pretendí que no existía. “No le des chavos a los tecatos”, me había advertido una vecina viejosanjuanera, “sólo les colaboras con el vicio y la mala vida”…
Confieso con candidez, y con la cabeza en alto, que leo regularmente El Nuevo Día… ¿Qué no daría yo por participar de las reuniones editoriales de la mañana con voz y voto? “Tenemos a una viejita asesinada en Hatillo…”
Hay una persona interesada en cada material que se utiliza en la playa y al final del día termina inmaculada, como la virgen que no es, pero parece a la puesta del sol…
A raíz de la tragedia nipona se ha dado un frenazo sin precedentes: en Alemania la canciller Angela Merkel ordenó el cese de operaciones de los reactores más antiguos de su país y en Suiza ocurrió algo muy similar.
Cuento corto de Mónica Gutiérrez que acaba de ser publicado en México por la Editorial Endora, como parte de la antología Cuentos del Sótano II.