El tres cubano y su uso en Puerto Rico
A la memoria de Vicente Astacio Morales
(Vicentico Morales), gran tresista ponceño.
Para muestras del arte de estos maestros vea y escuche los siguientes ejemplos:
Sexteto Puerto Rico Siempre ContigoRabo e mula’- Luis «Lija» Ortiz y su conjunto-Canto Panchito
Mario Hernandez y su Sexteto Borinquen
Tres solo-Don Mario Hernández «Mi vacilón»
Cuando durante el período navideño de 1969-1970 se escuchó el álbum «Perfecta combinación» por Johnny Pacheco y su Tumbao con Pete «‘El Conde» Rodríguez fuimos muchos los que quedamos fascinados por el sonido hechizante de un instrumento de cuerdas punteadas. Este cordófono, el tres, se empleó para un solo durante la pieza titulada Sonero (de Cheo Marquetti). Claro está que en otras piezas de la recopilación también se usó el tres. Pete ¨El Conde¨ Rodríguez, ya como solista, siguió incluyendo al tres en la instrumentación de sus conjuntos, en Nueva York y en Puerto Rico, hasta su fallecimiento a principios de diciembre del año 2000.
Vea y escuche:
Sonero, cantado por Pete «El Conde» Rodríguez en concierto
en vivo en Panamá
Johnny Pacheco con Pete «El Conde» Rodríguez del disco La Perfecta Combinación
Otras agrupaciones como la Monguito el Único (Ramón Sardiñas Quián) la de Miguel Cruz y Skins (1980- 1981, Los Ángeles, California), el excelente Conjunto Clásico, Conjunto Chaney y el muy célebre Ismael Rivera con sus Cachimbos también incluyeron al tres como parte de sus orquestaciones.
Otro ejemplo impresionante que causó sensación entre los salseros de c. 1971 fue la traviesa pieza, cantada en Spanglish, Beethoven´s Fifth, con un extenso solo al tres interpretado por el famoso y legendario trombonista Barry Rogers. Decía el estribillo:
This is the Fifth,
Play on the Three.
We know it´s weird
But so are we.
Vea y escuche:
Cesta All Stars- Beethoven´s Fifth
En Cuba el tres se construye con la forma de una guitarra pequeña. Muchas veces se pueden encontrar ejemplares del tres cubano hechos con guitarras, de distintos tamaños, a las que le han cambiado las encordaduras para ponerle tres pares de cuerdas de acero. Por ejemplo, Arsenio Rodríguez utilizaba guitarras grandes de fabricación estadounidense que convirtió en tres. Si se tiene un doce-cuerdas se le pueden poner tres tríos de cuerdas como se hacía originalmente en Cuba. Según la musicóloga María Teresa Linares, en Cuba se dejó de hacer los treses con los tres tríos de cuerdas simplemente porque es más duro o difícil pisar tres cuerdas tensas de acero; es más difícil que pisar un par. Los dedos sufren menos si se pisan dos cuerdas en lugar de tres. Es cierto y es lógico. De quien escuché por primera vez acerca de esta preferencia fue del guitarrista y tresista Orlando Zayas Rodríguez, ponceño radicado en Massachussetts. Sin embargo, el tres con tres tríos de cuerdas (tres órdenes triples) se mantuvo en Puerto Rico. La forma del tres en Puerto Rico muchas veces sigue el patrón establecido por aquel legendario artesano que construyó el primer tres para el malogrado Piliche.
Recuerdo virtuosos del tres como el célebre y malogrado Tito Tres de la zona de Río Piedras-Santurce. En Loíza escuché una vez al tresista apodado Lilao. Era excelente instrumentista. Presencié una fiesta a la Santa Cruz de mayo en Río Piedras, en casa de Radamés Rivera Lugo; allí tocó un admirable tresista de apellido Couvertier. Él usaba un cuatro puertorriqueño encordado como un tres con tres tríos de cuerdas. En Piñones, Loíza, conocí a un tresista llamado Arturo Calderón. Conocí a esos músicos y presencié esas ejecuciones con el mencionado cordófono entre los años 1978 y 1985. Este instrumento de origen cubano, que en ocasiones escuchamos en discos salseros (como en el Conjunto Chaney y las grabaciones de Ismael Miranda, por ejemplo), en fiestas de la Santa Cruz, en conjuntos de pleneros (Toñín Romero y su conjunto, Bomplené, Bambalué, Los Pleneros de Ponce, Los Pleneros del Truco), en tunas, trullas de promesa y parrandas además de bailes en lechoneras, cafetines, terrazas, tabernas y restaurantes, es disfrutado por muchos aunque algunas personas, principalmente entre músicos, tienden a menospreciar al instrumento. Unos porque es de origen cubano y, por lo tanto, no es autóctono como los cuatros, los tiples y las bordonúas. Hasta en mi taller-conjunto Paracumbé llegamos a usar un tres para la interpretación de plenas. De hecho, durante la décadas de 1970 y 1980 el tres era mejor conocido y más utilizado que los tiples y las bordonúas.
Oscar Ríos, un tresista y guitarrista carolinense, tocó con el conjunto de Pete El Conde Rodríguez y formó parte de la Orquesta Herencia Latina de Justo Betancourt. Aún toca con la Orquesta Cábala de Mickey Cora, con Guaraysón y con la agrupación para la música sacra que dirige Mickey Cora en la parroquia Santo Cristo de los Milagros en Carolina. El tresista Chago Padilla toca junto al güirista Cándido Reyes, y otros músicos, en un restaurante criollo de Coamo. En Mayagüez el conjunto de Alex López emplea al tres para la interpretación de plenas. Tal parece que durante las décadas de 1950 y 1960 los instrumentos borincanos tradicionales de cuerdas habían sido menospreciados como cosas de la ruralía o de otra época. Otra causa del desdén por el cuatro fue la asociación que se hacía del tres con Cuba y su música de alcance internacional y muy comercial. Se le consideraba más atractiva, brava, bacana, vaciladora o jodedora.
El tres formaba parte de la orquestación de La Sonora Ponceña durante la década de 1950. En el caso de este conjunto puertorriqueño el piano sustituyó al tres. Cuando se emplean ambos instrumentos, el piano y el tres, en los conjuntos se debe tener cuidado de que los acompañamientos de uno no choquen con los del otro. Puede ocurrir que haya una competencia entre ambos músicos. Pueden molestar al director con el constante aumento del volumen de uno u otro amplificador para que el tres o el piano sobresalga. Entonces chocan volúmenes sonoros, ritmos, notas y sus egos sobre todo lo demás. El pianista Larry Harlow incluyó al tres en su disco-homenaje a Arsenio Rodríguez a principios de la década de 1970. El que fue sonero de la Orquesta Harlow, Ismael Miranda, ha mantenido la utilización del tres durante su larga y exitosa carrera.
Algunos críticos de la música popular bailable consideran que el tres es un instrumento que debe ser superado. Es evidente que el tres no tiene los recursos melódicos, armónicos ni de volumen (si no se amplifica) del piano; (y añado) pero el piano no tiene los timbres del tres y sus picantes cuerdas al unísono ni octavadas, lisas o entorchadas. Por esta razón otros señalan que el instrumento contribuye positivamente con sus timbres añadiendo color y sabor a la instrumentación comercial porque le da un toque criollo, antillano, típico o de la ruralía. Antes, durante la década de 1980, decían que el tres está bien para amenizar bailes en lechoneras a orillas del lago Carraízo pero que no es apropiado para tocar en los salones finos de los hoteles, en El Condado o en Isla Verde. Lo que hay que preguntarse es ¿qué tiene de malo uno u otro lugar? Esos son meros pruritos clasistas que no responden a realidad alguna que no sea mero prejuicio socioeconómico. Los instrumentos distintos existen porque ofrecen distintas sonoridades al arte musical, son recursos variados para proveer contrastes y diversidad. Muchas veces se asocian aspectos de las culturas musicales con ideas extramusicales. Un piano o teclado electroacústico es producto a largo plazo de las revoluciones industriales del siglo XIX y del XX. El tres es un producto artesanal. Hay quien asocia a lo artesanal con la ruralía como se describe en La charca de Manuel Zeno Gandía, economía casi feudal, atraso socioeconómico y pobreza. Se asocia a los productos industriales con adelanto tecnológico, progreso económico, imagen cosmopolita y vanguardia cultural. Estas asociaciones tienen algo de cierto y bastante de refutable.
Durante otros tiempos había empleados del Instituto de Cultura Puertorriqueña que desalentaban el uso del tres cubano en las agrupaciones auspiciadas por el Programa de Centros Culturales (Promoción Cultural). Consideraban que el tres sustituía al cuatro puertorriqueño y, por lo tanto, exigían el uso del instrumento borincano. Considero que tenían cierta razón en tener esta visión si se parte de sus orígenes en Cuba y su difusión por medio del son cubano plasmado en discos y la difusión radial. Lo que planteo es que el tres no debe sustituir a ningún cordófono tradicional del País. Puede ser sumado al conjunto como otro instrumento más y, créanme, suena muy, muy bonita la combinación del cuatro, tres y guitarra. A éstos pueden sumarse los tiples, la vihuela, la bordonúa, el acordeón de botones o un acordeón tipo piano. Una armónica o una melódica pueden ser utilizadas también. No pretendo que se usen todos a la vez sino que se exploren colores distintos.
Para concluir debo añadir que no mencioné a todos los tresistas. Es imposible. El guitarrista y tresista estadounidense Ben Lapidus tiene grabaciones interesantísimas de dinámicas combinaciones de música cubana con el jazz. Él cultiva muy bien el arte del tres cubano. Hay damas tresistas particularmente en Cuba; allá dicen treseros en lugar de tresistas. El femenino singular es tresera aunque nos suene raro. El tres es un elemento importante de la difusión de la música cubana en Nuestra América y en el mundo. Se toca el tres en la República Dominicana, Panamá, México y en otros países de nuestros dos continentes americanos. Es parte de la salsa desde sus orígenes hasta el presente. Cuando oigan un tres escúchenlo con detenimiento porque enriquece la cultura musical puertorriqueña y latinoamericana con sus posibilidades de punteo, rasgado y sonido característicos.
Otras referencias:
Arsenio Rodríguez y su Gran Combo- Lo que le pasó a Luisita
Arsenio Rodríguez y su Gran Combo
January 2000: Havana, Cuba-Pancho Amat solo #1 >play
January 2000: Havana, Cuba-Pancho Amat solo #2 >play
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