Floyd Mayweather, su gran talento y el aburrimiento
“Everybody has a plan until they get hit.”
-Mike Tyson1
Los deseos de una acción memorable y legendaria augurada tanto por los promotores y la prensa fueron más entretenidos para la mayoría de la audiencia que la propia pelea entre Floyd Mayweather y Manny Pacquiao. La gran antesala televisiva de HBO y Showtime incluyó los pronósticos de nocaut de Denzel Washington y a Charles Barkley abrazado con Reggie Miller –como si fuera una premonición a los abrazos de Mayweather durante la pelea. El control defensivo de Mayweather logró que en el aspecto de entretenimiento el combate fuera uno decepcionante y la pelea, que se pensaba que reviviría el boxeo, ahora luce como que pudo ser lo peor que le haya pasado a este deporte (a pesar de que sus protagonistas y quienes los rodean solidifiquen sus status de multimillonarios).
Floyd ha sido un arma de doble filo para el boxeo. Por un lado, se conoce que las peleas del estadounidense no prometen pura acción ofensiva –ya que es un genio defensivo–, pero los fanáticos del boxeo, que por lo general acuden al deporte en busca de acción violenta, se han dejado persuadir una y otra vez por el poder de mercadeo de “Money” y la desesperación de las compañías que dominan el mercado boxístico.
Lo considerado clásico e histórico en este deporte son los sucesos de muchos golpes, caídas y cortaduras. O sea, cuando la defensa no es lo que caracteriza los combates. Esto se da ya que la defensa –no solo en el boxeo– es una herramienta difícil de apreciar, pero cuando se carece de ella es fácil saberlo.
La defensa de Mayweather se considera como de las mejores en la historia del boxeo. Con esta, Floyd logra que la ofensiva de muchos de sus contrincantes no sea factor en los combates y provoca peleas lentas, consideradas por muchos como aburridísimas. El que la pelea contra Pacquiao haya sido una de pocos momentos de gran ofensiva es la norma en las peleas de Floyd, no una excepción.
Rehuirle al intercambio le ha funcionado y ha sido premiado por esto. A pesar de que Miguel Cotto fue el activo en su combate frente a Floyd, especialmente en la primera parte de la pelea, un juez le dio solo dos rounds al cagüeño. Marcos Maidana tampoco fue premiado, aunque tiró el doble de golpes que Floyd en el primer combate, (pero la efectividad en por ciento del estadounidense fue mucho mejor). José Luis Castillo lo superó en golpes conectados y lanzados en una pelea que pasó al olvido, aunque esta luce como una derrota del aún invicto Mayweather.2 La teoría de que los asaltos cerrados son para el boxeador que presiona no le aplica a Floyd y hay que aceptar que su dominio defensivo es impecable.
Ante todo, la defensa es parte del boxeo y de gran valor para salir victorioso (y saludable) en los combates y hay seguidores del boxeo que sí aprecian las cualidades defensivas de Mayweather. Irónico, además, es que si se analizan los números la eficiencia ofensiva de Floyd también es impresionante, ya que sus porcentajes de golpes conectados comúnmente están por encima de un 50% y, fuera de excepciones, conecta más –y lanza menos– que su contrincante.
El estilo de Mayweather no es nuevo ni reciente; pero su filosofía boxística, de no iniciar la acción y no noquear, hace que sus combates no sean lo que lograban Alí, Hagler, Leonard, Durán, Tyson, entre otros. Con todo y esto, antes que entraran al ring la pelea frente a Pacquiao aseguró cantidades absurdas de dinero y se sazonó el pleito de manera que se esperaba una noche llena de acción.
Impresiona que un peleador que no hace lo que comúnmente mueve dinero haya logrado explotar el aspecto económico del deporte. Y es que Floyd sabe vender lo que no pasa en el ring y ha sabido aprovecharse del hecho que el boxeo había estado en segunda fila en la prensa deportiva de los Estados Unidos previo a su pelea con Pacquiao (que ahora se dice que semanas antes de la pelea se lesionó un hombro del cual será operado y nada se dijo hasta horas previas al combate).
Mayweather también ha caracterizado muy bien su papel de villano, el cual incluye el personaje que alardea por su dinero y en el que resaltan sucesos reprochables de violencia contra la mujer. Todo esto crea un interés comercial por el cual la fanaticada sintoniza sus combates para verlo perder, mientras otros alaban su prepotencia. Le damos el dinero y esperamos un desenlace improbable en el que Floyd sobre el ring es el agresor que es fuera de este.
Floyd –al igual que Pacquiao y otras figuras principales de boxeo– no siempre enfrenta a los principales retadores de su división. Sin embargo, el propio fanático que hoy se “indigna” por lo “aburrida” de la “pelea del siglo” es el mismo que no va a ver las peleas contra boxeadores desconocidos que representan en el aspecto monetario “high risk, low reward”. Mayweather nunca enfrentó a Antonio Margarito cuando este era el peleador más evadido en el boxeo, ni a Cotto cuando era un peleador invicto, pero no tan comercialmente viable. Considerando el éxito económico que ha tenido Floyd, ¿hay que culparlo por no haber hecho algunas peleas? Difícil.
El combate principal del pleito Mayweather-Pacquiao fueron los cinco años donde se fue construyendo la ilusión de acción y poder que no ocurrió en el combate real, en el cual se encontraron dos boxeadores que están cerca de sus 40 años. Para pesar del boxeo, en los cinco años de espera para que se concretara la pelea se perdieron posibles combates, ya que la espera o expectativa de peleadores por poder enfrentarse a Pacquiao o a Mayweather han afectado negociaciones de otros boxeadores por los pasados años. Por ejemplo, se entiende que Canelo Álvarez y Cotto no lograron llegar a un acuerdo para enfrentarse, ya que el boricua era una opción para Mayweather de no firmarse la pelea con Pacquiao, y Canelo se cansó de esperar en la mesa de negociación.3
Aunque el control del mercado por parte de Mayweather ha sido determinante para afectar negativamente el boxeo –que está siendo amenazado por las artes marciales mixtas y el organismo UFC– como uno de los principales deportes de entretenimiento, él no está solo. Por ejemplo, Lennox Lewis, considerado el último gran campeón de peso completo, se retiró luego de la última pelea que generó gran interés mediático en esta división. Lewis estaba perdiendo en las tarjetas frente a Vitali Klitschko antes de que se detuviera la pelea por una cortadura del ucraniano. Ante el retiro de Lennox nunca hubo una revancha (al igual que Tito Trinidad nunca tuvo revanchas contra De La Hoya ni Hopkins antes o entre sus varios retiros). Si acudimos a los argumentos de lo que era el boxeo antes y lo que se merece la fanaticada, Lewis debía sentir la obligación de que se diera una revancha, al igual que Floyd debía sentir el deber intentar entrar en intercambios de golpes con Pacquiao y entretener al público.
El problema con esto es que, entre otras cosas, simplificamos a los boxeadores como los villanos responsables de todo lo que ocurre en el deporte, cuando muchos que no son los que intercambian golpes en el cuadrilátero ni ponen su vida en peligro –como Bob Arum, Don King y ahora se metió Jay Z– reciben grandes ganancias y tienen vela en el entierro del boxeo.
Al considerar que la frustración por el combate es porque un peleador se defendió con éxito del ataque contrario, Mayweather-Pacquiao fue víctima de sus propias virtudes, de la expectativa mercadeada y de la médula primitiva de lo que el ser humano considera entretenimiento. “Igual que los romanos que acudían al coliseo”, me comentó, como algo “que se cae de la mata», una persona que ni vio la pelea ni sigue el boxeo. Por lo que no sorprende que, ante la escasez de sangre y de golpes, el consumidor se cuestione por qué pagó cerca de cien dólares por “una pelea tan aburrida”.
*Emanuel Rier colaboró en la redacción de este artículo
- La cita también se ha dado a conocer como «[e]verybody has a plan until they get punched in the mouth.» Sin embargo, en la única entrevista que encontré de Mike Tyson hablando de esta, la menciona como la presenté al comienzo del escrito. Me gusta más la de “punched in the mouth”, pero mejor cito lo que Mike dice que dijo. [↩]
- En un escrito previo al último combate de Mayweather, comenté sobre su primera pelea frente a José Luis Castillo y porque luce como que tuvo consecuencias en la carrera de Floyd. Resalté que Mayweather tenía 27 victorias previo a este encuentro, 20 de estas por la vía rápida. Esto significa que su por ciento de nocauts en ese momento era de 74%. Luego de este combate, y ahora incluyendo su pelea frente a Pacquiao, Mayweather ha peleado en 20 ocasiones y en 6 de ellas ha ganado por nocaut, por lo que su porcentaje de nocauts posterior a la pelea con Castillo es de un 30%. En conclusión, el 77% de los nocauts de la carrera de Mayweather vinieron en las primeras 27 peleas de su carrera, todas previas a su combate con Castillo, al cual llegó noqueando a siete de sus últimos diez oponentes. También comenté en el escrito que, aunque se tenía que considerar la calidad de la oposición al comienzo de la carrera de un boxeador, lo ocurrido con Floyd tenía cierta similitud con el cambio del boricua Macho Camacho luego de su combate frente al Chapo Rosario. Esto ya que, aunque Camacho se caracterizó –y Mayweather se caracteriza– por su rapidez y su falta de búsqueda del nocaut, se comenta que Camacho luego de su pelea con Rosario se convirtió en un peleador más evasivo. [↩]
- Canelo y Cotto pelearán contra James Kirkland (9 de mayo) y Daniel Geale (6 de junio) respectivamente, peleadores no muy conocidos (comercialmente), pero peligrosos para estropear un posible encuentro que reviva la rivalidad de México y Puerto Rico en la última parte del 2015. [↩]