The Assistant
Así comienza este filme original, que resulta ser una especie de thriller sutil sobre el acoso sexual. El guión es un cruce entre Hitchcock y Jane Austen. De la inglesa, nos toca irnos familiarizando con la “ética” y las “costumbres” de la oficina, de los grupúsculos y sus habladurías; de Hitchcock tenemos la presencia invisible del jefe villano con sus ausencias inesperadas e inexplicadas, su voz atemorizante, y la de su esposa, que es una de las víctimas de los engaños y manipulaciones de la amenaza que nunca vemos. La película completa subvierte la idea de que todos las nuevas películas son de acción sin pausa, de violencia dirigida al control de un universo o un sistema, que lo único que funciona son los efectos especiales que nos dejan, o boquiabiertos, o aburridos por su obviedad.
Todas las escenas desde que comienza el filme hasta casi cuando termina están barnizadas por una especie de velo que las hace más sombrías, menos diáfanas a lo que estamos acostumbrados hoy día en que la iluminación de una escena se puede controlar mejor. Ese velo que ensombrece es un reflejo de la situación que se está desarrollando alrededor de Jane, que está ocultando una seria situación que se ha de desarrollar contra ella y de la que no tiene conocimiento.
Hay cosas que le preocupan y la tiene en vilo. La esposa del monstruo que es el jefe de su trabajo, que entendemos es un importante productor de películas de alto calibre y de costos estratosféricos, llama a Jane para saber dónde anda su marido y si está acompañado y por quién. Si está cenado o de cocteles. Hablando de cocteles, el filme parece ser uno hecho con extractos de Louis B. Mayer, Harry Cohn y muchísimas onzas líquidas de Harvey Weinstein. Después que Jane ha manejado a la “jefa” lo mejor que ha podido, él la llama y la insulta. Es obvio que responde a las mentiras que la dice su cónyuge, y se las desquita con ella.
Jane traga duro y también se traga los insultos del monstruo anónimo y, ayudada por los dos empleados que comparten su oficina de llamadas e información, le pide perdón a través de email. Sabe que tiene que mantenerse alejada de sus maquinaciones, pero es ella la que arregla sus viajes, la que reserva las habitaciones en hoteles en la ciudad o donde quiera que van los empleados y el jefe y, más preocupante las habitaciones para mujeres que han sido empleadas de “forma sospechosa”. O sea, que no se merecen el puesto por su preparación académica o su experiencia. Contrario a la reciente Bombshell, no hay despliegue de muslos o de piernas, de modo que la ausencia de lo obvio hace la situación más misteriosa y siniestra.
Esa sospecha, que se agudiza, con la llegada de una nueva empleada, es el centro del engranaje del filme y la directora-guionista Kitty Green para intensificar las sospechas de Jane (y las nuestras) de que algo ominoso ha de suceder. Aunque desde el principio Green pone su filme en las manos de Garner, esta, quien crea un personaje inolvidable, toma control total de la cinta cuando decide que ha de hacer algo sobre las sospechas que alberga sobre su jefe. En un filme en el que transcurre casi media hora sin que escuchemos un diálogo, las expresiones de Garner, su forma de caminar, sus gestos y silencios, establecen la tensión que le da a la cinta su estatus de thriller. Cada vez que se monta en el ascensor sola con uno o más hombres, tememos que algo le vaya a suceder. En el punto climático del filme, su conversación con Wilcox (Matthew Macfadyen), el jefe de personal, es un triunfo actoral para los dos. Ella, sin embargo, gana la delantera por es la que está en una situación débil. Con la escena, la directora-guionista establece con gran acierto su otro tema: el de la opresión y la sumisión del más débil.
Aunque el final es ambiguo, se darán cuenta que en el mercado, que está a la vuelta de la esquina del trabajo de Jane, la luz es clara, diáfana. Tal vez el mensaje es que el valor, para informar y rebelarse contra las prácticas de los Weinstein (¡cárcel!) y compañía, los ha de poner en su sitio. Al momento, no hay nada más original en cartelera. Además, la actuación de Julia Garner hace que el año comience muy bien, sin duda.