The Avengers
Los cómics de mi época estaban dominados por Superman, Batman y Captain Marvel. Estos súper héroes usualmente batallaban el crimen urbano y, durante la Segunda Guerra Mundial, protegían a los ciudadanos de las fuerzas malévolas del Eje. Aunque el primero y rey de los súper héroes es Superman, yo tenía una preferencia por Captain Marvel, quien era la forma adulta o alter ego de Billy Batson, un chico de entre diez y doce años que, gracias al mago Shazam, cuando menciona ese nombre se convierte en un ser poderoso que tiene la sabiduría de Salomón, la fuerza de Hércules, el aguante de Atlas, el poder de Zeus, la valentía de Aquiles y la velocidad de Mercurio. Las primeras letras de cada uno de esos personajes mitológicos forman la palabra que causaba la transformación del chico. El personaje que emergía tenía rasgos de Fred McMurray y Cary Grant (a propósito), de modo que la popularidad del personaje suplantó la del primer súper héroe, que llegó de Krypton (cuyo rostro tenía facciones de Douglas Fairbanks, padre). Presumo que la popularidad del Capitán es fácil de explicar: ¿qué chico no quería ser mayor y como Superman y qué hombre no quería ser estrella de cine?No tardó mucho en que Hollywood convirtiera las estrellas de los cómics en personajes del celuloide. El primero fue Captain Marvel, quien fue el héroe de una serie de doce capítulos producida por Republic y protagonizada por Tom Tyler, un apuesto levantador de pesas y buen actor. A pesar de un presupuesto de poco menos de $150,000 muchos consideran que la serie es la mejor jamás filmada, y que sus efectos especiales son aún efectivos y creíbles. Desde entonces muchos súper héroes han llegado a la pantalla y, gracias a los adelantos tecnológicos, no hay nada que se escriba, se dibuje, o se piense, que no pueda ser reproducido ante nuestros ojos en una película.Los Avengers, una agrupación de súper héroes representados por una legión de actores estupendos, son el epítome de las características que Shazam producía. Son prácticamente invencibles y no sólo aniquilan al enemigo con sus fuerzas, sino que nos hacen doblarnos de risa con sus ocurrencias. Están capitaneados por Tony Stark/ Iron Man (Robert Downey, Jr.) que es un billonario, genio de la ingeniería y del sarcasmo, a quien hemos conocido bien en los dos filmes de Iron Man en que no ha necesitado ayuda para combatir las fuerzas del mal. Stark depende a su vez de la ingeniosa y bella Pepper Potts (la encantadora y sutil Gwyneth Paltrow), su chica Viernes (como en Robinson Crusoe), quien agoniza por la suerte de su jefe amado.Iron Man, para los que no lo conocen, tiene un electromagneto en el pecho que evita que pedazos de metralla que alberga lleguen al corazón y lo maten. Además, habita un “traje de acero” que es la versión moderna de una armadura medieval. Desde adentro, con una poderosa computadora, Stark puede disparar misiles, balas, cohetes y otras armas que tiene escondidas como las que lleva Batman en su capa (ese Bruce Wayne tiene que tener una fuerza en los brazos y en los hombros, que ¡para qué les cuento!). El otro yo de Stark (su exoesqueleto) se queda en una cápsula mecanizada que lo viste y lo desviste, según lo exige la ocasión. O sea, una versión digitalizada y computarizada de Alfred, el mayordomo de Bruce Wayne/Batman, robotizado.La otredad es un tema en los Avengers (y en todo este asunto de súper héroes) que podría ser el tema de tesinas y de tesis sobre la cultura pop. Lo sufren Steve Rogers/ Captain America (Chris Evans), y, a un nivel inusitado, Dr. Bruce Banner/ The Hulk (Mark Ruffalo). Además, hay un personaje de otro mundo quien es el líder de una banda de guerreros, los Chitauri, (¿ángeles malvados?) que se llama El Otro. Lo curioso es que ese Otro es malo mientras que el otro de los súper héroes es invariablemente un ejemplo de virtudes y bondades.
La única mujer del grupo es Natasha Romanoff/ Black Widow (la espectacular Scarlett Johansson) quien no tiene disfraz y su personaje es siempre una extensión de su psiquis, no la de un alter ego. Es el único personaje que tiene una relación emocional con otro personaje aun cuando está desplegando sus capacidades físicas y desempeñando su misión. Junto al arquero Hawkeye (Jeremy Renner), quien tampoco tiene poderes supra humanos, sufre de remordimiento por algunas de las muertes que ha causado en el desempeño de sus labores para S.H.I.E.L.D. (Strategic Homeland Intervention, Enforcement and Logistics Division), que suena como algo terrible inventado por Bush 43 y Cheney, pero con lo que uno se siente tranquilo cuando se entera que Nick Fury (Samuel L. Jackson) es su director.La trama de la película tiene que ver con una fuente de energía (el Tesseract) que es robada por Asgardian Loki, el hermano adoptivo de uno de los Avengers, Thor (Chris Hemsworth), para abrir un portal en el tiempo por el cual un ejército de Chitauri, controlado por El Otro, pueda pasar y ponerse al servicio de Loki para invadir la Tierra. Loki, cuyo rostro pálido como la cera contrasta con el negro de su pelo y de su ropa, quiere hacerse el dios. Usa un casco con cuernos que aparece cuando peor se está comportando; encima de eso se la pasa peleando con su medio hermano Thor, como si fueran Caín y Abel, uno con un poderoso martillo y el otro con un cetro que emite una fuerza extraordinaria. Si, también hay una serie de referencias fálicas, tanto visuales como habladas, y en una parte, hay una conversación si se ha de penetrar el portal por arriba por el lado o por atrás, y lo difícil que será obliterarlo.Vivir en una ciudad donde habita un súper héroe resulta peligrosísimo y caro. En la defensa de lo que es un choque hasta la muerte con fuerzas del mal, los Avengers y los invasores causan destrozos enormes a Nueva York. Rompen los ventanales de los edificios, tumban las paredes de ladrillos, los techos y los helipuertos de las azoteas. Alguien ya ha calculado que las pérdidas sobrepasan los ataques de 9-11, de los que la película es una referencia metafórica. Los niños que estaban en el cine completamente llenos —se estaban celebrando uno, dos o tres cumpleaños— escondían sus rostros o tapaban sus ojos cuando los animales mecánicos de los Chiaturi (que son morenos… hum…) abrían sus bocas llenas de dientes. Cuando Iron Man se posó en el tope del Chrysler, el edificio más hermoso del mundo, y comenzaron a dispararle rayos y centellas, me tapé los míos.Uno podría darle un significado sexual o político o religioso a todo lo que sucede en la película y, me imagino que alguien lo hará. Pero lo bueno del filme es que, además de ruidoso, visualmente imponente y excitante, es gracioso y no se toma en serio para nada, incluyendo una referencia llameante a Jonás, el de la ballena. En varias escenas, incluyendo esa, me reí a carcajadas. Al principio, los que estaban a mi alrededor me miraban con extrañeza, cuando me reía de que uno de los agentes de S.H.I.E.L.D. quería el autógrafo de Captain América en las tarjetas de su colección con la imagen del cheche; pero no tardaron en reírse a mandíbula batiente de otras cosas. El mejor momento es una escena en la que Loki le dice a Hulk que todos los terrícolas son unos pelmas idiotas que lo mejor que pueden hacer es rendirse y adorarlo. Hulk gruñe y, cuando uno piensa que hará lo que dice el malo, lo agarra por las patas, lo zarandea y barre el piso con él. Es lo que hay que hacer con los falsos profetas o con los que gobiernan creyéndose todopoderosos. No se la pierdan.