“No podía presentar algo wimpy, ¡eso es violencia!”
Cuando un proyecto artístico es profundo, usualmente despierta una vertiginosa fascinación que puede dejarse sentir en el cuerpo a través de sentimientos ansiosos, el shock o el más auténtico horror. Suele ocurrirnos en mayor grado con las representaciones violentas. La impresión estética de lo radical queda registrada en el espectador como una centella difícil de apalabrar sentida por un tumulto corporal.
Una espigada mujer con rostro andrógino e imponentes proporciones corporales se encuentra en una habitación semioscura mirando con sospecha por la ventana. A la vez, escucha una noticia radial que la impulsa inmediatamente a tomar una acción. Acción consentida por quienes la acompañan. La mujer huye con un arma de fuego en manos. La “confusa misión” se ejecuta al veloz ritmo del merengue. El frenesí caribeño tiene un automandato y un coro: Éxodo, me voy pa PueLto Rico.
El Juidero es el vídeo musical de la escritora y cantante dominicana Rita Indiana y Los Misterios. Un prolijo y simbólico cortometraje de época dirigido por la cineasta puertorriqueña Noelia Quintero Herencia. Relato de traición transfigurado en paralelos belicosos. Por un lado, una organización clandestina a mediados de los años 70 que trafica armas y ejecuta operaciones relacionadas con el asesinato del respetado periodista dominicano Orlando Martínez -asesinado en 1975-; y en el otro, la figura femenina de una sicaria que, harta de la traición por parte de uno de sus camaradas, decide ajusticiar sola la réplica de asesinatos que el gobierno perpetraba durante la época.
La estética del vídeo bebe del pozo de escenas clásicas del blaxploitation afromericano -género fílmico desarrollado en Estados Unidos a mediados de los 70- con persecuciones en carros inmensos pero esta vez al ritmo de merengue funky. Los mitificados años setenta, parcelas contestatarias alrededor del planeta, fueron extrapolados por Quintero para enfocarse en lo que ocurría en el siempre caliente Caribe.
“Aunque la estética del vestuario y los peinados en el vídeo están inspirados en Superfly (1972) cuando ves los callejones oscuros y el paisaje no hay duda de que la historia es caribeña”, expone la directora.
En palabras de la cantante Rita Indiana, el merengue de calle y el mambo violento se instalaron en la República Dominicana como intento de ruptura con el acartonamiento acomplejado que dejó el trujillismo y el balaguerato. El propósito preciso del tándem Indiana-Quintero: atraer los descalabrados sucesos de esos años, particularmente los del balaguerato, por medio del desbandado ritmo.
Video El Juidero dirigido por Noelia Quintero
Caribe agresivo
“Me despertó curiosidad el hecho de que en Puerto Rico se sabe muy poco sobre lo que ha ocurrido en la República Dominicana. Sabemos del dictador Trujillo y sus barbaridades. Pero casi nada de lo que ocurrió durante la época de Balaguer, una figura asociada a la democracia dominicana. Aunque durante su incumbencia ocurrieron múltiples muertes que lo responsabilizan a él y su aparato gubernamental”, afirma la directora. Al mismo tiempo, reconoce que el asesinato de la figura intelectual de Martínez, -editor de la revista Ahora– fue el motivo histórico secundario que la inspiró. “Pues el concepto y la estética del vídeo me llegaron por otra vía, la onírica”.
Acostumbrada a la investigación -Quintero dirigió varios de la serie de documentales Prohibido Olvidar-, en la República Dominicana enfrentó dificultad para encontrar un cuerpo histórico en el cual basarse para el tratamiento del vídeo. “Estuve cuatro meses buscando documentos. Necesitaba concreciones pero ese tipo de información no existe en la República Dominicana. No hay un archivo de imágenes, ni pietaje de televisión ni de sonidos de radio. Me he quejado de que aquí no existe documentación, pero me chocó ver que allá hay ausencia total de historia. Es como si lo hubiesen borrado. No hay tradición de crear una memoria colectiva”, aseguró.
Según la literatura histórica sobre el mandato de Joaquín Balaguer (de padre puertorriqueño y madre dominicana) una de las metas de su incumbencia fue la persecución de gente con ideas progresistas y la destrucción de los grupos populares que participaron en la Revolución de Abril del 65. Balaguer se valió del auspicio estadounidense para la creación de un grupo paramilitar de matones profesionales llamado “La Banda”, a los que calificaba en sus discursos de “fuerzas incontrolables”.
Se estima que más de 3,000 dominicanos fueron asesinados entre 1966 y 1975. Al entregar la presidencia en 1978, el gobierno de Balaguer había exterminado a la juventud más prometedora y de ideas más progresistas de la nación. Sin embargo, al presidir la república, su inversión pública estuvo dirigida a la creación de infraestructura educativa, deportiva y cultural. Concentró el grueso de las obras en las ciudades de Santo Domingo y Santiago, circunstancias que se asocian con el crecimiento económico y la modernización del país.
“Todos saben que Balaguer asesinó gente, pero al mismo tiempo es un personaje muy querido en el País. Aparentemente Balaguer escribió un libro y hay una página blanca que él mismo dijo que representaba lo que pasó con el periodista Orlando Martínez. Se sabe que el gobierno lo mandó a matar pero nadie asumió la responsabilidad”, precisó la cineasta.
“Tuve recelo de meterme en asuntos políticos porque sé que es una figura prominente. ¡Pero…! (Hace gesto de resignación) A fin de cuentas es la visión de una boricua que se metió al archivo nacional a investigar y como no encontró algo revelador tuvo que leer muchos periódicos de la época para tomar pistas de cómo era el sentimiento de la gente en la época. Lo lindo fue ver cómo los artistas puertorriqueños influyeron la cultura dominicana”. Sonríe, hace una pausa y declara: “Es raro, porque son dos islas bien cercanas pero hay un abismo en cómo nos hemos hermanado a través de los años”. Una crítica que sostiene y lamenta durante toda la conversación.
El Juidero ha recibido críticas favorables en los medios digitales. Ha sido elogiado por la calidad narrativa y de imágenes, así como por la cuidada ejecución técnica. Se halla entre los vídeos más vistos en youtube en Latinoamérica, no obstante se ha catalogado como violento. A propósito, MTV transmite una versión censurada sin escenas de disparos.
“Hay mucha hipocresía en la forma en que la gente ha abordado el vídeo. No se trata de enaltecer la violencia, pero no pueden haber medias tintas cuando se está contando algo tan feroz como fue la batería de asesinatos ocurridos en esos años. ¡No podía presentar algo wimpy, eso es violencia!”, reclama la directora.
La gente se acerca para felicitarla por su obra y constantemente observa cómo, cuando se refieren a este nuevo trabajo, se llevan la mano al corazón con ademán de perturbación. Es que es fuerte, le dicen. La naturaleza del género musical, la lírica y la trama hacen del vídeo una barahúnda desconcertante. Las sutilezas en ocasiones se captan porque está repleto de referencias simbólicas, pero no necesariamente por una diáfana cronología visual. “Es cierto que hay disyuntivas sobre las muertes presentadas. Todo ocurre muy rápido, pero la intención es proyectarlo como una réplica de episodios trágicos que envuelven a torturados, asesinados y desaparecidos. Es la muerte de muchos la que quería presentar no de un solo personaje”, indicó.
Alusiones de su mundo espiritual
Satisfecha con la propuesta de neorrealismo caribeño la directora cuenta cómo ninguno, salvo uno de los personajes que aparece en la pieza, es actor. “No tengo entrenamiento de dirección actoral con lo cual fue un reto dirigir a Los Misterios (los músicos de la banda) para que agarraran las armas. Parecería que es algo fácil pasar un arma de una mano a otra, pero cuando tienes gente mellow, pacíficos con pistolas de verdad que intentan actuar como matones, te das cuenta de que la misión es más compleja”.
Con todo eso Quintero apunta que, en parte, la fluidez de la pieza se sustentó en dejar que los músicos se apoderaran de su caracterización. Pero primordialmente porque deposita confianza en su mundo espiritual como fuente creativa. “Antes de comenzar a conceptualizar el vídeo tuve una visión en la noche con una mano que tenía una sortija de indio que emitía un destello y supe que por ahí estaba el verdadero motivo de la obra. No es la primera vez que baso mis creaciones en algo que me llega a través de visiones o de sueños. Más aún, el otro vídeo que hice de Rita surgió con una imagen de un avión en el cielo”. Quintero se refiere a La hora de volvé, primer vídeo musical que realizó para la dominicana, cuya letra reza: Todos vuelven a la tierra en que nacieron, al embruje inconfundible de su sol [letra del compositor peruano César Miró].
El indio es una figura reconocida en los cuadros espirituales del Caribe, en la República Dominicana se le conoce como Caunabo, y según Quintero está vinculado a un aspecto religioso de la cantante. “Cuando ella (Rita) me dijo que un familiar por la vía paterna tenía montado al indio – el indio como regente espiritual- supe que íbamos bien. De alguna manera ese indio es una protección que ella tiene, y que a mí me la soplaron”, dice convencida.
Si de encontrar propósitos ocultos se trata aquí va una contundente anécdota en torno al vehículo que se utiliza en este trabajo fílmico. Quintero había conseguido que su ídolo de juventud Johnny Ventura –quien, además, tiene un cameo en el vídeo- le prestara un vehículo suyo en el que la sicaria tomaría acción. Pero, por causas ajenas y no menos misteriosas, el auto no pudo usarse y tuvieron que conseguir otro modelo en el último momento, un Lincoln Continental negro de 1972.
Minutos antes del rodaje, cuando la cantante se familiarizaba con las dimensiones de la carrocería, sujeta a las fascinaciones que aquella máquina provocaba en ella, preguntó al miembro del club de coleccionistas a cargo del auto que a quién pertenecía “la joya”. La respuesta le apretó el estómago: “Este era el carro de uso personal del doctor Balaguer”.
Desde aquel momento las creadoras sintieron que andaban en algo de mayor trascendencia. “Rondando vericuetos del conjuro, trenzando extrañas correspondencias”, expuso Rita Indiana. De acuerdo con Quintero, “La creación del vídeo fue un Ebbo”. Término asignado a la obra espiritual de la religión afrocubana Yoruba a la que ambas pertenecen.
Uno de los elementos más gratificantes del Juidero son las coreografías de los personajes. Ese pasito diestro y ligero que se repite en algunas de las tomas es la traducción de un baile de Yemayá –deidad protectora asociada con el mar y la maternidad-. El actor y bailarín dominicano Vicente Santos fue quien elaboró la danza que simula los remos que dan paso a la huida. Una mezcla de tai chi, disciplinas contemporáneas y de la tradición yoruba que simboliza, entre otras cosas: el mar que protege a los miles de yoleros que cruzan el Caribe.
Augurios y preocupaciones
La dialéctica artística que ha logrado el dúo femenino ha puesto a girar la pelota en distintas canchas. Recientemente la reconocida marca italiana de ropa Diesel otorgó a Quintero el desarrollo de un producto publicitario que ha sido lanzado a mercados internacionales (http://www.diesel.com/diesel-timeframes-preview ). La publicidad está basada en La hora de volvé. “Me compraron el concepto artístico y luego me contrataron para que yo misma lo trabajara”. En cambio admitió que con todo y que la oportunidad ha sido exitosa no se vislumbra haciendo proyectos comerciales.
Quintero echa de menos que en Puerto Rico los directores no tengan una estructura colaborativa que fomente el diálogo crítico ni el análisis de trabajos artísticos independientes. “Estamos muy atomizados. Varios de los que hacen cine están haciendo comerciales, y no se conversa. Contadas veces puedo obtener retroalimentación a un nivel más profesional”, lamentó.
Atribuye la consecución de logros obtenidos a que tanto Rita como ella tienen tonos distintos. Una escribe sobre su propia visión sociopolítica del mundo y la otra se enfrenta con su cámara a los vericuetos de una realidad mágica. “El tema del Juidero está rompiendo en Itunes y se está consumido en muchos espacios, es lo natural, la cultura del hit. Pero no quisiera que quedara como algo banal porque el tema de la inmigración y los malabares que pasan los caribeños no lo es. Tengo ahora que redirigir el barco…”
De momento el barco tiene la luz potente de un faro llamado: guión de la película de Calle 13. Así se le conoce extraoficialmente al proyecto que ambas artistas están trabajando junto a la casa productora Rojo Chiringa. Una película que entre sus protagonistas tendrá al dúo Calle 13. “Pero no será de la vida de ellos. Será un homenaje fílmico a la música que se ha hecho en el país”, adelantó.