Cuando comencé con los síntomas, yo misma no me lo podía creer. Lo mantuve en secreto porque me decía, «debe ser que te estás poniendo hipocondríaca».
Cuando comencé con los síntomas, yo misma no me lo podía creer. Lo mantuve en secreto porque me decía, «debe ser que te estás poniendo hipocondríaca».
El rescate de la imagen del niño enfermo, que sostiene tiernamente en brazos la madonna, me hace preguntarme por el destino de ese o esa bebé. Si siguiera vivo tendría unos 40 años.
Este mes no solo es de los negros sino de todos los que se identifiquen con las variantes y herencias de todas las esclavitudes imaginables y vigentes.
Del placer de saltar los protocolos y cualquier llamado a la conciencia “robando” libros en Internet para saciar el hambre de la lectura.
Una conversación en torno al quehacer cultural como trabajo político y de cómo la disciplina académica de la traducción trastoca otras dimensiones de la realidad bicultural.