La agenda neoliberal tiene un amplio recorrido en el desmantelamiento del gobierno, limitando derechos salariales y sociales, privatizando infraestructura, servicios públicos y atacando la educación pública superior. Ajustes perversos que entran en el discurso bajo la lógica dineraria de pagar la deuda. Algo de locura hay en estos discursos circulares y contradictorios, pero ventajosos para la propiedad del capital a la vez que expropian la riqueza común.