Borinquen: divino Edén (décimas para un punto cubano)
Pienso detenidamente
qué palabras escoger
para poder emprender
la tarea aquí presente.
Mi instrucción es suficiente
para poder redactar
lo que me ha de inspirar
con estrofas de diez versos,
busco en muchos universos
palabras para rimar.
Es nuestra patria tan bella
con sus nubes y montañas,
arroyos, flores y cañas
y un áureo astro sin mella.
El sol dorado, estrella,
bien estimula a las flores
mas las aves de colores
con cacareos y trinos
son todas dones divinos
en los bellos exteriores.
Plantas dan frutas y flores
en el esquema divino.
El ruiseñor canta un trino:
le estimulan los olores.
Destellos, sombras, colores
de los campos tan floridos.
Con cantos echan cumplidos,
requiebros para la tierra,
aves de la costa y sierra
le cantan desde sus nidos.
Los coquíes nacen tales
de bromelias y otras flores.
Sus hábitats son mejores
cerca de los humedales.
Cantos brotan en caudales
durante horas oscuras.
Tienen mayores solturas
cuando el sol no les alumbra,
les da sombra, en penumbra
suenan esas voces puras.
Bromelias y cundiamores,
las lianas, flores y helechos
forman la copa que es techo
donde anidan ruiseñores.
Cuelgan las frutas mejores
de naranjos y cafetos.
Los helechos forman setos
de hojas con sus esporas
mientras que la fauna y flora
inspiran muchos sonetos.
La Creación es divina
obra del Gran Creador.
¿Qué puede haber mejor
que la zona campesina?
Flamboyanes, clavellinas,
ilán-ilán y la jagua,
los corozos y las yaguas
mas el canto de los gallos
y el galope de caballos
después que beben el agua.
La Cordillera Central
con sus aves, fauna y flores,
tiene todos los colores
del espectro tropical.
La flora del litoral
es propia de la bajura,
muy distinta a la altura
por sus variados terrenos,
los humedales serenos
dan aguas limpias y puras.
El guaraguao en la altura
mantiene mucha distancia.
Él vuela con elegancia
pero observa a la bajura.
En la atmósfera más pura
a sus víctimas vigila.
En las flores color lila
se oculta un roedor
que le huye con pavor
y el halcón lo aniquila.
El pájaro carpintero
brinca, salta y picotea.
Él caza y revolotea
mientras hace un agujero.
Es un cazador certero
que persigue invertebrados.
Los engulle con agrado.
Por eso es que él martilla
en la acacia o la jabilla
taladra con desenfado.
Las bandadas de chamorros
con vuelos sincronizados,
de repente improvisados
cual enjambres, como chorros.
El mar visto desde El Morro,
tan oscuro y peligroso,
¡qué océano ventoso!
De noche, cuán grande y hondo,
¿cuán profundo es el fondo
de ese mar tan misterioso?
El guaraguao vuela alto,
mantiene su gran distancia.
Tiene su perseverancia
para lograr el asalto.
Sobre un bosque o asfalto
identifica su presa.
Su paciencia nunca cesa;
se lanza desde la altura
mas por su estámina augura
que su reinado no cesa.
Los árboles dan maderas
para hacer los instrumentos
que suenan con sentimientos
de muchísimas maneras.
Melodías placenteras
surgen de cuerdas muy tensas.
Al pulsarlas son propensas
a dar bellas melodías,
con guitarras: armonías
mas la gente queda inmersa.
Mas la gente queda inmersa
en ritmos y melodías,
acompañan armonías
que tienen magias intensas.
Ignoro lo que hoy piensas,
pero los árboles dan
maderas que vibrarán
ante frecuencias sonoras
y las guitarras canoras
con sus cuerdas cantarán.
La mañana está muy fría,
mas se oyen muchos cantos
de los pájaros. Son tantos
y hacen su polifonía.
Ya reina la algarabía
de un despertar juguetón
con la compleja canción
de notas, trémolos, trinos
por cantos agudos, finos
que causan gran emoción.
¡Qué bella naturaleza
por su gran exhuberancia,
por su color y fragancia
más su antillana belleza!
La más florida maleza
con vegetación tupida
donde el martinete anida
bajo ramas del jagüey,
la bruquena, jaiba y juey
manifiestan plena vida.
Veo al sol por la ventana
con luz dorada y brillante.
En verdad es deslumbrante
como ocurre en la mañana.
Desde el astro es que emana
la luz que viaja distancia
mas mantiene la constancia
de viajar por tantas millas
y nos causa maravillas
que son de gran importancia.