Cogobierno universitario y maquillaje numérico
Muy difícilmente puede un estudiante o profesor sobrevivir en la universidad de nuestros días si fuesen personas anuméricas. La admisión a la universidad depende de una fórmula que combina el promedio de graduación de la escuela superior con los resultados de una prueba estandarizada diseñada específicamente con estos fines. Por una fórmula numérica se determina cuáles estudiantes se gradúan y a cuáles se les impondrá un periodo de probatoria. De igual forma, la decisión de identificar cuáles profesores son meritorios de ascenso o de permanencia también se basa en una fórmula numérica que incluye decenas y decenas de criterios.
El matemático John Allen Paulos popularizó el término de persona anumérica con la publicación del libro Innumeracy: Mathematical Illiteracy and its Consequences en 1988 (publicado en español por la editorial Tusquets como El Hombre Anumérico: El Analfabetismo Matemático y sus Consecuencias). Para Paulos, el analfabetismo matemático consiste en la incapacidad de enfrentar con confianza situaciones que requieren del uso de los más elementales conceptos numéricos y de probabilidad. Personalmente, me gusta definir el analfabetismo matemático como la incapacidad para actuar de forma racional, al entender, resolver y comunicar situaciones que requieren de un conocimiento básico numérico, geométrico, de probabilidad o de estadística. Paulos sostiene que las personas anuméricas son susceptibles al engaño, ya sea por sus propias experiencias o por los medios de comunicación.
El analfabetismo numérico es tan generalizado, aún entre personas de alto nivel educativo, que crea el ambiente adecuado para que débiles argumentos escapen del escrutinio público si se utilizan números que tiendan a dar credibilidad a todo lo que acompañen. La propia debilidad del argumento es lo que reclama la presencia de números que la maquillen y la enmascaren, dependiendo del grado de severidad de la imperfección que se desea ocultar. El Comité Asesor del Gobernador sobre el Futuro de la Educación Superior en Puerto Rico demostró en su reciente informe Cambio de Rumbo para dar Pertinencia a la Educación Superior en el Siglo 21 una aversión al cogobierno que se maquilla con pretensiones de objetividad numérica.
Coincido con Paulos en la aclaración que él hace en la introducción a su libro. Un escrito dedicado a identificar deficiencias siempre tendrá un matiz algo aleccionador, lo cual no implica interés en llegar a un tono que pueda interpretarse como un acto ofensivo destinado a la afrenta. El analfabetismo matemático no implica falta de inteligencia. Haciéndole coro a un profesor de Harvard, se puede afirmar que en estos tiempos de totalitarismo y de múltiples inteligencias nadie puede ser totalmente sobresaliente en la totalidad de las ocho inteligencias.
Argumento numérico contra el cogobierno
El tema del cogobierno resulta ser un asunto sobresaliente del informe Cambio de Rumbo y para alejarse de dicha práctica el Comité Asesor del Gobernador aboga por un sistema de gobernanza en la universidad que elimina la ya menguada participación de los profesores en los asuntos universitarios. En América Latina se le suele llamar cogobierno al sistema de gobernanza universitaria, también presente en otras latitudes, que está libre de las injerencias del poder político de turno y en el cual la política institucional de la universidad es establecida por una junta con la participación efectiva de profesores, estudiantes y exalumnos. El modelo actual de gobernanza de la Universidad de Puerto Rico es uno completamente atado a la política partidista, en la que la participación de profesores y estudiantes es sumamente activa, pero por diseño, absolutamente inefectiva.
El mencionado informe descarta el cogobierno con un razonamiento tan espectacular, como el maquillaje numérico que lo justifica. Veamos.
PREMISAS:(1) La Universidad de Puerto Rico ha tenido serios problemas de gobernanza que han afectado la paz institucional. (Esto es, en la UPR ocurren paros y huelgas; al igual que ocurre en la mayoría de las universidades del mundo).
(2) Las universidades privadas de Puerto Rico no han experimentado esta dislocación en su gobernanza.
(3) Los estudiantes y facultad de las universidades privadas provienen fundamentalmente de la misma base cultural y social que los de la Universidad de Puerto Rico.
CONCLUSIÓN:“Esto sugiere que la falta de gobernanza funcional en la UPR proviene de su cultura institucional” (p. 12). “Esto es el resultado del choque entre visiones encontradas en relación a su ordenamiento institucional. Un grupo de profesores visualiza el modelo de gerencia académica/administrativa a la usanza de la universidad tradicional latinoamericana, que se conoce como el co-gobierno; mientras que la Ley del 1966 y la alta gerencia académica/administrativa siguen el modelo norteamericano de gobernanza” (p. 12).
MAQUILLAJE NUMÉRICO“… de las mejores 200 universidades del mundo, 8 Universidades Norteamericanas encabezan las primeras 10 posiciones, siendo Harvard la número 1. En esa lista no aparece ninguna universidad latinoamericana hasta la posición número 196, que la ocupa la Universidad Autónoma de México” (p.13). “La estrecha relación exitosa de interdependencia entre el desarrollo científico y económico y la universidad norteamericana de Estudios Graduados e Investigación (EGI) con su modelo de gerencia académica/administrativa las ha convertido en líderes mundiales en la educación superior…” (p.14).
Esta justificación numérica establece lo siguiente: en la lista de las mejores universidades, las norteamericanas (sin cogobierno) aparecen primeras y por el número 200 aparecen las latinoamericanas (con cogobierno). La evidencia numérica indica, de acuerdo al informe, que la UPR no debe tener cogobierno y se deben eliminar las exiguas instancias de participación que hoy se tienen, para poder parecernos más a las mejores universidades del mundo.
¿Cómo compara la UPR con el resto del mundo?
El argumento numérico anterior se fundamenta en una lista ordenada de rangos o posiciones (rankings) de las mejores universidades, elaborada por el Times Higher Education University Rankings. Para poder profundizar en el análisis de las aseveraciones de Cambio de Rumbo utilizaré una lista de rangos elaborada por otra organización, el QS World University Rankings, lo cual no invalida el argumento a presentarse ya que los resultados de ambas organizaciones son consistentes entre sí.1La información que aparece en el QS World University Rankings es más completa, más exhaustiva y más rigurosa. Por ejemplo, QS presenta una lista para América Latina, mientras que Times, al menos en su versión actual, hace una lista para “South America” en la cual no aparece la Universidad de Puerto Rico ni la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los criterios establecidos por QS World University Rankings para determinar el rango de las mejores universidades, se basan en una fórmula que combina el prestigio académico de la universidad, con otros factores que demuestren el reconocimiento internacional de la calidad de las ejecutorias de dicha universidad (vea Tabla 1).
Al focalizar nuestro análisis exclusivamente en el criterio académico, obviando los otros criterios, se observa que las primeras universidades de América Latina son la Universidad Nacional Autónoma de México (posición 88) y la Universidade de São Paulo (posición 102) (vea Tabla 2) . Si la Universidad de Puerto Rico no aparece en dicha lista es porque ocupa la nada honrosa posición por encima del 500.
Al observar los rangos para las universidades de América Latina, Puerto Rico ocupa la posición 71, lo que implica que en el contexto latinoamericano hay 70 universidades con mayor prestigio académico que nuestra universidad (vea Tabla 3). Esto es, México, Brazil, Argentina, Chile, Colombia, Cuba, Costa Rica, Perú, Venezuela y Ecuador tienen universidades con más prestigio académico que la Universidad de Puerto Rico. Con esta información ahora podemos retomar el argumento numérico que descarta el cogobierno.
Maquillaje numérico
No es válido argumentar numéricamente que el cogobierno es lo que hace que las universidades latinoamericanas ocupen una posición de relativo rezago frente al mundo. Basta con presentar un hecho que Cambio de Rumbo no menciona. Entre las primeras dos posiciones de las universidades del mundo se encuentra la Universidad de Cambridge, una centenaria universidad pública que se jacta de tener un cuerpo rector compuesto por los propios miembros de la universidad que funciona con una amplia autonomía del estado (Reino Unido). A esto hay que añadir que la administración central de dicha universidad es muy parca y cada uno de sus cerca de treinta colegios (colleges) son autogobernados, teniendo control de sus propios ingresos y de sus propiedades. No entiendo por qué elementos del cogobierno son nocivos al quehacer universitario cuando se observan en América Latina pero no cuando se observan en el Reino Unido.
Como afirma Robert Abelson en su libro Statistics as Principled Argument, cuando las estadísticas se presentan de forma aislada, la audiencia carecerá del contexto para evaluar el significado de un número y las afirmaciones que lo contienen. En este caso se hace fundamental tener un dato adicional para poner la información en contexto: la posición de la Universidad de Puerto Rico está sobre el número 500 en el mundo y se localiza en el número 71 en América Latina, de acuerdo al QS World University Rankings. Resulta engañoso desdeñar el cogobierno universitario de la UNAM, sólo porque otras universidades norteamericanas le aventajan en prestigio académico.
Insisto en la comparación con la debida información. El cogobierno se observa en la UNAM, la universidad de mayor prestigio académico en América Latina. Mientras, nuestro sistema de gobernanza, dependiente del poder político partidista de turno, nos mantiene en el nivel 71. ¿Acaso es racional desacreditar a las universidades que nos superan por mucho en prestigio académico? Si como universitarios nuestro centro son los asuntos académicos, desde la posición numérica que hoy ocupa la Universidad de Puerto Rico sería absolutamente beneficioso parecernos a la UNAM (con o sin cogobierno).
Conclusión
Si de hacer un análisis numérico se trata, el asunto más importante en lo que respecta a Cambio de Rumbo es el hecho –me parece insólito en la historia de Puerto Rico– de que sólo siete personas han estado de acuerdo con la propuesta del Comité Asesor del Gobernador. Y estas siete personas son precisamente los siete integrantes de dicho Comité. El primer error numérico del comité fue no calcular cuánta gente iban a poder persuadir con el absolutismo de sus argumentos y el extremismo de sus conclusiones. No existe maquillaje numérico que esconda tales imperfecciones.
- Los resultados del orden del QS son consistente con los del orden del Times, ya que para las primeras 20 universidades del QS una prueba de hipótesis de correlación no paramétrica (Kendall Tau) demuestra que existe una correlación positiva estadísticamente significativa entre ambas listas (coeficiente de correlación Kendall Tau = 0.50). [↩]