Crónicas del otro lado: de Puerto Rico a la China (VI)
I
Wai Tan o La Costa de los Extranjeros (17/07/2010)
Estoy en la cama. Mis medias andan todas sueltas, mitad fuera del pie. Mi cuerpo está contorsionado mientras mi cara apunta su mirada hacia la ventana. Entra mucha luz por la ventana (bastante raro considerándose que vivo en Shanghai). Tengo la camisa de algodón rosa que usé anoche como pijama, tapando mi ojo derecho. Veo la mitad de la habitación color rosa y la otra mitad color solar. Meditaba sobre Mao Zedong y su seguidor Saloth Sar (conocido también como Pol Pot). Me pregunto si alguno de los asesinados por Pol Pot vió el mundo desde una perspectiva similar justo antes de morir… color solar y color rosa. ¿Será este mundo doloroso hasta el final de nuestros días o una vez la bala entra por el cráneo, la sangre nubla la mirada como una caricia hasta que llegue el sueño?
Acabo de regresar del otro lado del Bund (Wai Tan-外滩), el lugar más impresionante de Shanghai. No tomé ni una sola foto. Me parecía un lugar lleno de historia borrada, lleno de gente y lleno de nada. Tan pronto llegué al apartamento agarré la botella de vino que compré ayer. Quería comprar una botella de Chardonnay italiano, pero compré una botella de vino argentino para celebrar que se legalizó el matrimonio gay en ese país. Probé un sorbo y se me frunció la cara. El vino sabía malísimo.
Con una sonrisa triste, una media pataleta y un guiño a la bella Argentina pensé: ¡No es suficiente que aprueben el matrimonio entre personas del mismo sexo, también deben hacer buen vino!
II
En las ruidosas calles de Shanghai… (21/07/2010)
…me detuve a mirar a un señor que tocaba el erhu.