El conocimiento no tan secreto de David Hockney
David Hockney es un pintor inglés que se hizo famoso en los años 60, cuando se trasladó a Los Ángeles y recogió en sus pinturas, de manera gozosa y relajada, el estilo de vida del interior de las mansiones californianas. Colores intensos y brillantes para la intimidad de parejas homosexuales que se lanzan al agua desde el trampolín, nadan despreocupados o toman el sol entregados al placer de los sentidos.
En el año 2001 escribió El conocimiento secreto, libro que tuvo mucha difusión, criticado por muchos y alabado por no pocos. En él, da un paseo por la historia del arte bajo la hipótesis de que los viejos maestros de la pintura utilizaron desde al menos el siglo XV, recursos ópticos como lentes y espejos, para realizar sus obras más conocidas. En este recorrido nos habla de técnicas perdidas pero, sobre todo, nos hace pensar en la manera en que los artistas nos han obligado a mirar el mundo, recurriendo a la tecnología, para ser cada vez más verosímiles en sus representaciones.
Desde el 2006, parece que quedaron atrás California y las piscinas, los hombres guapos y la dulce vida bajo el eterno sol. Volvió a Inglaterra, a casa, a sus más de 70 años para contemplar las estaciones del año, los árboles y el tiempo, que se ha detenido en estos parajes. En sus últimos trabajos, Hockney aborda el paisaje de su juventud como protagonista indiscutible de sus creaciones. El color, la representación del espacio y la integración de nuevas tecnologías son elementos que le permiten captar la emoción que le despierta la naturaleza y la belleza de su Yorkshire natal. Dice que mira y que se cansa de mirar, entonces, cierra los ojos y descansa para, con los ojos cerrados, reconstruir la imagen en su memoria.
Hasta septiembre, en el Guggenheim de Bilbao puede verse la exposición David Hockney: Una visión más amplia, en la que se presentan los paisajes de gran formato realizados en estos últimos años, además de una selección de trabajos anteriores que evidencian el interés del artista por la naturaleza desde su época de estudiante. Son unas 200 obras las que pueden verse. El título de la exposición procede de una de las piezas más impactantes titulada Un mensaje más amplio. Se trata de una gigantesca obra de 30 paneles que reinterpreta la famosa pintura El sermón de la montaña, realizada en 1656 por Claudio Lorena que, aunque mucho mayor que el original conserva la misma composición.Además del óleo, el dibujo y la acuarela, el uso de la cámara Polaroid, la cámara digital o el iPad le permite unos resultados impactantes. Desde que descubrió en el 2008 las aplicaciones para pintura del iPad, ha realizado más de 50 obras con este recurso tecnológico, lo que ha dejado algo más que fríos a muchos críticos. Para Alastair Sooke son obras “demasiado generosas y amables con el espectador” que quedarían bien adornando la habitación de algún hospital. Propias, en definitiva de algún pintor aficionado de domingo.
Hockney no suele pasar desapercibido. Polémico hasta con su más que sospechosa filantropía, que le sirvió para encabezar la lista de los donantes más generosos del año publicada por The Sunday Times. Efectivamente, el artista donó más de 100 millones de dólares, pero lo hizo a través de la donación de sus propios cuadros a su propia Fundación. No está mal pensado para evadir impuestos.Sitio web de la exposición: David Hockney: A Bigger Picture