El legado de Arturo Schomburg en Philadelphia
la camaradería y la solidaridad.
El pasado 25 de febrero se celebró en el Taller Puertorriqueño en Philadelphia, PA el decimosexto simposio conmemorando la vida y el legado del intelectual puertorriqueño Arturo A. Schomburg (1874 – 1938). Schomburg nació en Santurce, como resultado de la unión entre María Josefa, una comadrona de raza negra nacida libre en la isla de Santa Cruz, y Carlos Federico, un comerciante de ascendencia alemana. A los 23 años, emigró a Nueva York —específicamente a Harlem— donde continuó desarrollando su proyecto intelectual-activista enfocado en exaltar la importancia del legado africano en las Américas. Fundó junto a John Edward Bruce la Negro Society for Historical Accomplishments y se involucró activamente en el movimiento conocido como el Renacimiento de Harlem. Además, Schomburg se convirtió en un coleccionista vehemente de arte, música y literatura relacionados con la historia y la cultura de los grupos de ascendencia africana. Actualmente, esta colección está localizada en el Centro Schomburg para la Investigación de la Cultura Negra, que es parte del sistema de bibliotecas públicas de Nueva York.
Miriam Jiménez Román y Juan Flores enfatizan la importancia de la figura de Schomburg en el marco de las poblaciones latinas de los Estados Unidos en su antología, The Afro-Latin@ Reader: History and Culture in the United States. La antología —que ya fue reseñada por Juan Otero Garabís en 80 grados— incluye un fragmento de un discurso titulado “Racial Integrity” que Schomburg dictara en julio de 1913, así como dos ensayos sobre él: “The World of Arturo Alfonso Schomburg”, de Jesse Joffnung-Garskof e “Invoking Arturo Schomburg’s Legacy in Philadelphia”, de Evelyne Laurent-Perrault. En este último, Laurent-Perrault explica cómo sus experiencias como una mujer afrolatina en Philadelphia —tanto favorables (ser la directora de la biblioteca Julia de Burgos) como desfavorables (el racismo y la falta de información sobre el legado africano en América Latina en general y en las poblaciones latinas en Estados Unidos en específico)— la motivaron a crear una actividad donde se pudiese dialogar tanto sobre las contribuciones innumerables que las culturas africanas han hecho a todos los países de las Américas, así como acerca de los mitos perniciosos que siguen siendo utilizados para marginar y hasta borrar la presencia africana–e.g., el mestizaje y el blanqueamiento. Con el apoyo de Johnny Irizarry, quien era el director ejecutivo del Taller Puertorriqueño en aquel momento, Laurent-Perrault organizó el primer simposio Arturo Schomburg, que se efectuó el 22 de febrero de 1997. Desde ese entonces, el simposio siempre se ha celebrado en febrero durante lo que se conoce en Estados Unidos como el Black History Month para reafirmar la idea de que los descendendientes de latinos también forman parte de la historia de las poblaciones negras.
Este año el simposio se enfocó en el tema “Afro Latin@ Film: Invisibility and Presence/Cine Afro Latin@: Invisibilidad y Presencia”. Como Laurent-Perrault explica en una entrevista, el tema fue inspirado por una serie de PBS titulada Black in Latin America producida por Henry Louis Gates. En la serie dividida en cuatro partes, este profesor de Harvard (quien fue víctima de un infame incidente de discriminación racial en 2009 cuando la Policía lo arrestó en su propia casa en Cambridge, Massachusetts, pensando que él era un ladrón) intenta diseccionar la historia de los negros en América Latina.
En la mañana, hubo tres ponencias. Tuve el gran privilegio de hacer la primera presentación del día, la que titulé “Filmic Bodies of Evidence”. La misma propuso que una definición fructífera del cine caribeño tiene que tomar en cuenta tanto el legado de las culturas africanas en el área, así como la manera en que este legado es parte integral de los procesos de criollización (utilizando como punto de partida el concepto de créolité que desarrollaran Jean Bernabé, Patrick Chamoiseau y Raphaël Confiant en su manifiesto Eloge de la Créolité) en los países que constituyen la región geocultural del Caribe. La segunda charla llevó el título “Caribbean Mediascapes: Race and Afrolatin@ Identities” y fue dictada por Jossianna Arroyo Martínez, quien es catedrática asociada en el Departamento de Español y Portugués de la Universidad de Texas en Austin. La presentación analizó de manera perspicaz cómo se representa actualmente la raza en Puerto Rico, Cuba y Estados Unidos (especialmente en los canales latinos de Miami, Florida). En el caso de Puerto Rico, Arroyo Martínez propone que lo negro es ahora visto como resultado de los patrones migratorios circulares de la Isla. Así, lo negro no es intrínseco a Puerto Rico sino que llega del exterior como parte de los encuentros que los puertorriqueños tienen con las poblaciones afroamericanas en Estados Unidos. Finalmente, Michelle Materre, catedrática auxiliar de Cine y Estudios de Medios en The New School for Public Engagement, ofreció una presentación con el título “Black Is/Black Ain’t: Facing Issues of Identity in Afro Latin Diaspora Media”. Materre habló sobre algunas de las nuevas tendencias en el cine y el vídeo independiente enfocado en mostrar las experiencias afrolatinas no sólo en Estados Unidos sino también a través del mundo. Materre acompañó su presentación con escenas cortas de algunos de las películas y vídeos afiliadas a Autonomous Entertainment Inc., una compañía de distribución alternativa.
La sesión de la tarde reunió a un grupo de talento creativo -directores, productores, actores— estrechamente vinculados a proyectos afrolatinos. El panel titulado “ContemporaryAfro-Latin@s Media: Perspectives, Challenges and Strategies/Afro Latin@ Media: Perspectivas, retos y estrategias” fue moderado por Ezekiel Dixon-Roman y contó con una introducción histórica sobre la representación de los afrolatinos realizada por Evelyne Laurent Perrault. Entre los panelistas se encontraban Louis Massiah, fundador y director ejecutivo de Scribe Video Center; Kim Haas, fundadora y presidenta de Haas Media; Sisa Bueno, productora y directora del documental Nosotros los de la Saya; Neyda Martínez, co-productora y co-organizadora junto con Michelle Materre de Creatively Speaking; y Francisco Sandoval, actor de teatro, cine y televisión. Las experiencias compartidas por los panelistas ayudaron a que el público pudiese entender mejor los retos que enfrentan los trabajadores culturales que buscan expandir el horizonte de representaciones de grupos minoritarios como los afrolatinos. La muestra de fragmentos de trabajos en progreso como Nosotros los de la Saya y Lucky (un documental producido por Martínez) estimularon mucha discusión y entusiasmo ya que los mismos mostraban historias poco conocidas en el público presente (e.g., la manera en que la nueva constitución boliviana creada bajo Evo Morales no reconoce como ciudadanos a las personas de ascendencia africana).
Durante todo el simposio, tanto panelistas como el público presente expresaron la necesidad de expandir el repertorio de representaciones existentes en el imaginario social de las Américas para que los latinos no sigan siendo encasillados en roles estereotipados. En algunas ocasiones se utilizó el calificativo “positivo” para denominar el tipo de representaciones al que se debe aspirar. Aunque no se discutió de manera directa, tenemos que reconocer que el concepto de imágenes positivas es potencialmente peligroso. Por un lado, entiendo el deseo y la necesidad tanto de retar como de romper con los patrones opresivos que el cine y la televisión utilizan para reducir y hasta deshumanizar a los miembros de los grupos sociales que no tienen poder material o simbólico: los pobres, las mujeres, los negros, los homosexuales y los inmigrantes, para mencionar algunos ejemplos. Por otro lado, la noción de las imágenes positivas es una ideología que históricamente ha tendido a privilegiar políticas de asimilación a los discursos normativos de la sociedad. Por tanto, lo que es “positivo” para algunos, no lo es para otros.
El simposio Arturo Schomburg provee una oportunidad extraordinaria para intercambiar ideas estimulantes y urgentes a la misma vez que fomenta vigorosamente un sentido de comunidad entre todos los presentes. Me alegró inmensamente ver cuán diverso fue el grupo de personas que se congregó para esta actividad. De cierta manera, esta diversidad sirve como conmemoración del legado de la vida y obra de Schomburg, así como de la forma en que él luchaba por derribar barreras y construir conexiones entre múltiples grupos en nuestra sociedad. Este debe ser un principio vital que guíe nuestras vidas, ahora y siempre.