La Vellonera Vitriólica: Un Viaje Intemporal al Puerto Rico de Hoy y Ayer
En este 2024, la editorial Mariana lanza a la calle un libro que promete desenterrar el alma de un Puerto Rico que, entre las luces de la modernidad y el eco de las jeringonzas callejeras, parece perderse en su propio reflejo. Bajo el título «La Vellonera Vitriólica», el veterano cronista Rafael Matos nos ofrece una obra que, como quien ajusta el dial de una vieja radio, nos sintoniza con el pasado y el presente, mezclando boleros nostálgicos con reguetón desafiante. Un estilo híbrido, por momentos incómodo, pero siempre revelador.
Matos no se limita a contar historias. Como buen periodista literario, captura con precisión quirúrgica ese Puerto Rico desbordado por las desigualdades del narcotráfico, los desplazamientos migratorios y una violencia que se camufla bajo la promesa de la modernidad. ¿Su herramienta? No es solo la pluma, sino la historia misma, con ecos de gigantes de la literatura puertorriqueña como Emilio Belaval y José Luis González, quienes supieron desnudar las complejidades sociales de la isla en el siglo XX. El juego de espejos es tan agudo que, en cada página, uno puede ver reflejados los viejos fantasmas sociales de la isla en los personajes de hoy: reguetoneros incordios, muertos paraos y racistas elegantones. Porque al fin y al cabo, la vida es un eterno retorno en esta esquina del Caribe.
«Realismo de espejo», lo llama el propio Matos. Una propuesta literaria que, con la agilidad de una novela ecológica y la nostalgia de una tarde en el viejo Escambrón Beach Club, nos recuerda que la lucha por la identidad de la isla sigue viva. «Parque Imaginación», la novela corta que da columna vertebral a esta obra, nos presenta a un grupo de niños guerreros que, con el ímpetu de los héroes de antaño, se enfrentan a los grandes intereses y las trabas legales para proteger su comunidad. Aquí, Matos dibuja un paralelismo directo con la emblemática película boricua “Los Peloteros” de 1956, evocando esa capacidad innata del pueblo puertorriqueño de organizarse cuando la necesidad lo exige.
Como un guiño juguetón, Matos añade un capítulo perdido, una suerte de homenaje a las organizaciones verdes que luchan por la preservación de la isla. Porque, aunque la degradación ambiental del siglo XXI parece inevitable, en “La Vellonera Vitriólica” se esconde la esperanza de que, al igual que esos niños guerreros, la ciudadanía sabrá cómo responder.
Pero no todo es nostalgia y lucha. Matos también evoca las risas y las fiestas, las tardes de barrio con el inconfundible son de los boleros saliendo de una vellonera. Y entre el Voodoo Room del Hotel Normandie y las luces del Escambrón, uno casi puede oler la brisa salada de San Juan mientras los fantasmas de la realeza social boricua brindan por tiempos que nunca volverán. Es ese juego entre lo que fue y lo que es lo que hace de este libro un artefacto literario único, un verdadero testamento del periodismo literario al que Matos ha dedicado su vida.
Con más de medio siglo de experiencia, Rafael Matos deja claro que el periodismo no es solo noticia; es también el espejo donde una sociedad se mira para recordar quién fue, entender quién es y reflexionar sobre quién quiere ser. «La Vellonera Vitriólica» nos invita a ese viaje, a sintonizar bien y dejar que las historias fluyan, mientras el reguetón y los boleros se entremezclan, porque al final, todos somos parte de esa misma canción interminable.