Poemas de Guillermo Arróniz López para 80 grados

Retrato de la Duquesa de Alba. Francisco de Goya, 1795
«El caballero de la mano en el pecho». El Greco. Museo del Prado, Madrid.
Enigma tu mirada tan directa,
orgullo de español con gallardía.
Corola del encaje, blanca y fría,
tu gola es una incógnita perfecta.
Teñida tu figura predilecta
-hispánico color de la hidalguía-
nos lanza su silencio como un guía
y en él una promesa se proyecta.
Tu fe se guarda sólo pecho adentro;
tu espada nunca es pérfida, ni juego;
tu nombre está escondido, como el ego,
en ese medallón, secreto centro
de toda la quietud de tu trasiego.
Tu blanco corazón respira fuego.
Del libro De Verso en Greco. 2015.
«Cristo Crucificado». José Jiménez Donoso. Iglesia de San Ginés, Madrid.
Tu cuerpo no es, Señor, de porcelana;
más suave me parece y delicado,
más blanco en su relámpago encarnado,
más puro en su azucena siempre humana.
Tu cuerpo es en la noche la mañana,
un faro de ternura inmaculado,
antorcha de candor ilimitado,
clarísimo dulzor que al alma sana.
Al Padre tus pupilas buscan quietas,
extáticas, brillantes de dolor.
Refulge el sacrificio por Amor,
retumba este silencio de trompetas.
tiniebla alrededor de la Pasión
y un labio ensangrentado de Perdón.
Del libro Mi fe desnuda. El Cristo de Cellini. 2019.
La esfinge os presta, mítica Duquesa,
su máscara hierática y misterio.
Leyenda literaria es vuestro impero
y en él lo fascinante os hace presa.
De blanco y rojo Goya -que os profesa
la dulce devoción del hombre serio-
os pinta en su adorado cautiverio,
y en cada pincelada, suave, os besa.
Perrito blanco es el compañero
que os da en este retrato luminoso.
El lazo lo presenta más gracioso…
quizá se «autorretrata» con salero
y humor de quien se sabe vuestro esclavo
y es dócil y leal… ¡mas también bravo!
Del libro Veintinueve poemas para el Palacio de Liria. 2021.