Preguntas y respuestas sobre el Frente Amplio
Jorge Brovetto, presidente del Frente Amplio (FA), coalición de izquierdas que gobierna Uruguay desde 2005, es un galardonado profesor de química, entrenamiento que seguro le ha servido para equilibrar y mantener unidas las 23 tendencias políticas que componen esa formación única en el continente.
De visita en Puerto Rico, el ex rector de la Universidad de la República, cumplió con un apretadísimo itinerario de charlas, reuniones y conferencias en las que detalló el proceso organizativo del FA y cómo han logrado ir conquistando espacios políticos e instancias gubernamentales hasta ganar y reelegir la presidencia de la nación suramericana.
En un breve momento, en medio de sus compromisos, conversamos con este legendario líder político latinoamericano que, como otros dirigentes frentistas impresionan por su humildad, elocuencia y claridad en el discurso.
MC: ¿Cómo define la Izquierda política? Se dice que en América Latina hay muchas izquierdas. En España le llaman “las izquierdas” reconociendo que no hay una sola vertiente que pueda reclamar la única izquierda política del país. Entonces, ¿cómo se define el Frente Amplio?
Se lo contesto recordando una instancia de discusión que tuvimos en ocasión de una estupenda visita a la República Popular China invitados por el PC Chino, en el cual la visión que se tenía de América Latina en China era que había dos grandes bloques de izquierda latinoamericana. Uno, el que conformaban países como Venezuela con Chávez, Ecuador con Correa, Bolivia con Evo, y otra que conformábamos Brasil, con Lula, Chile con Bachelet y Uruguay con Tabaré Vázquez.
Nuestra delegación que incluía a todos los sectores que conforman el FA con representación parlamentaria y que iban de un extremo al otro del progresismo uruguayo, decidimos concertar una reunión con el PC Chino para explicarle que esa era una visión, que considera que hay una izquierda combativa y una izquierda light, por así decir, es equivocada. Que lo que existen son expresiones diferentes de una misma izquierda para realidades diferentes.
Porque América Latina, si bien tenemos mucho en común, como un idioma común –que no es menor- tiene una historia de nacimiento a países independientes bastante cercana, que también es importante, también es verdad que tiene realidades diferentes.
Tomemos la experiencia de procesos como el de Ecuador, que es un país relativamente pequeño como Uruguay. Ecuador para consolidar una democracia y consolidar una propuesta de izquierda, en cuanto a la distribución de la riqueza, a priorizar los problemas de la equidad, de resolver la pobreza, la indigencia, el acceso a la educación, el acceso a la salud y a la vivienda, cosas elementales de un proyecto progresista y Uruguay, son situaciones diferentes, hay historias diferentes, hay estabilidades políticas diferentes, pero hay un mismo objetivo y en definitiva el error es pensar que hay objetivos diferentes. En definitiva cuando los españoles hablan de las izquierdas creo que hablan bien, son enfoques diferentes para obtener el mismo resultado.
¿Y el socialismo?
Si hablamos de llegar al socialismo, pues el camino para eso, todavía va a tomar un tiempo y hoy lo fundamental es enfrentar las inequidades de una América Latina en la cual es lacerante pensar que todavía haya gente sin acceso a una alimentación correcta, educación correcta, salud correcta.
Ahí está el programa Hambre Cero, en Brasil, programa de emergencia social en Uruguay… Es decir, que mientras haya pobreza e indigencia, quedará mucho camino por recorrer, por lo que creo que hay una concepción de izquierda con objetivos de izquierda pero con distintas metodologías adaptadas a cada lugar.
Una de las grandes dificultades que enfrenta la democracia es la fusión (o confusión) que con frecuencia se produce entre el Partido triunfador en las elecciones y el Estado
Cómo se transforma la fuerza política, el movimiento político, al asumir el mando del Estado, sobre todo ahora que el FA ha revalidado para un segundo término.
Sin duda ese es uno de los temas centrales de nuestro Frente Amplio, en el cual tenemos responsabilidades importantes quienes estamos al frente de la fuerza política porque representa un aprendizaje que no se resuelve en un periodo.
Asumimos el gobierno en 2005 con Tabaré Vázquez y la preocupación que tuvo la presidencia del FA, que yo ejercía y aun ejerzo, fue de darle gobernabilidad al nuevo gobierno frenteamplista. ¿A qué me refiero? Todos nosotros los integrantes del FA –salvo algunos que se sumaron hace poco tiempo—provenimos de partidos de oposición o de grupos de oposición o de independientes que teníamos una formación de oposición.
Pasar de la oposición al gobierno es un tránsito difícil. (También se le hace difícil los partidos que siempre han gobernado, pasar a la oposición!) Por eso advertimos en la campaña de Tabaré Vázquez que si alguien creía que íbamos a resolver todos los problemas que teníamos en un periodo de gobierno, estaba equivocado. A pesar de eso, aparecen las exigencias de diferentes sectores sociales, exigencias absolutamente legítimas, aparecen las necesidades y aparecen las prioridades.
Y uno de los problemas que enfrentamos fue el de comprender que había que darle un crédito al gobierno para que pudiera ir tomando esas prioridades y llevarlas a la práctica.
Por ejemplo, uno de los primeros conflictos. En la campaña habíamos dicho, y yo fui particularmente actor en eso porque era el Ministro de Educación y Cultura—que había que aumentar el presupuesto de Educación pública del 2,9 % que existía al tomar el gobierno al 4.5% del PBI.
Cuando se hizo el presupuesto al comenzar el gobierno, el Ministro de Economía se negó firmemente a incorporar en el presupuesto esa propuesta que tanto el presidente Vázquez, como el presidente del FA y yo, Ministro de Educación, respaldábamos, y luego hubo una fuerte discusión en la que el Presidente apoyó la incorporación del 4.5% en el presupuesto. Se llegó a un acuerdo para incluir en la exposición de motivos del presupuesto, el compromiso de llegar al 4.5%
Mirando a la distancia, como contendedor en una de las partes, digo de la razón que tenía el Ministro de Economía en no querer comprometerse con una cifra específica porque recién estábamos tomando el gobierno y desconocíamos cómo llevarlo adelante. Con el país en la absoluta bancarrota, recién después de la gran crisis.
Eso muestra cómo la propia fuerza política tuvo que aprender a equilibrar las promesas con la posibilidad de llevarlas a la práctica y cómo tuvo que hacer prioridades.
Y ahí surgió la figura de la conducción fuerte de un Presidente que tenía las cosas claras y dijo, “la prioridad del FA, nuestro buque insignia, es la lucha contra la pobreza y la indigencia y las prioridades son educación, salud e infraestructura”.
¿Y cómo se adaptó el FA, la fuerza política, a esas prioridades?
¡Le costó mucho!, pues las estructuras estaban hechas para un partido político que estaba en la oposición. A veces las críticas mayores eran dentro del FA, porque se discrepaba con relación a cuál era la prioridad o la forma de encarar el problema, y en muchos casos hubo que tratar de conciliar esas demandas con un gobierno que tenía un país que había que conducir. Y bueno, se dieron situaciones en las cuales la fuerza política tuvo que aceptar algunos cambios con respecto a las posiciones tradicionales que había defendido, y en otras, tuvo que imponerle algunos cambios al gobierno.
Por ejemplo, la propuesta que había de firmar un Tratado de libre comercio con Estados Unidos. Allí la fuerza política repasó, estudió el tema y resolvió plantearle al gobierno que no apoyaba ese Tratado.
En ese sentido el presidente de la república, Tabaré Vázquez, asumió en su totalidad la recomendación de la fuerza política y, aunque la cosa se cambió por otras circunstancias, en definitiva no se firmó el acuerdo con EE.UU.
Entonces, hay ejemplos de cómo dialogó la fuerza política con el gobierno pero al mismo tiempo hubo una gran dificultad para asumir que ahora éramos nosotros ese gobierno.
Le comento una anécdota: llevábamos seis meses de gobierno y un viejo militante, de los más lúcidos del FA, hizo un discurso en la Mesa Política, que cuando terminó, lo llamé por su nombre y le dije, Fulano, hiciste un estupendo discurso, lástima que el gobierno al que te referís, ¡somos nosotros!
Era el discurso sólido de la oposición, ¡total!, Bueno, nos reímos, pero lo que significó es que nuestros mecanismos cerebrales todavía están en la oposición y eso no cambia fácilmente.
¿Y cómo se cambia esa cultura de oposición?
Ahora estamos haciendo una autocrítica de todo eso, es decir, el resultado final es que empezamos a ver que las estructuras de funcionamiento de la fuerza política no están dadas para ser partido de gobierno. Esto, por dos razones: primero porque el gobierno succionó a la fuerza política…. ¡Y estuvo bien en hacerlo!
En el primer consejo de ministros del gobierno de Tabaré Vázquez, era de hecho una reunión de la Mesa Política del Frente, de sus principales dirigentes. Es decir, era una reunión del Comando del FA todos los lunes con el presidente de la República. Y estuvo bien aunque vació, de alguna manera, a la conducción de FA, porque el centro de gravedad de la discusión se daba en el Consejo de Ministros, pero eso nos dio una posibilidad de gobernabilidad más grande, porque era una instancia donde se podía discutir, si bien los ministros no representaban formalmente a sus partidos políticos. Todo esto hizo que el primer periodo de gobierno del FA, fuera exitoso, y sale con una inmensa aprobación y posibilita un segundo término de gobierno.
De cualquier manera, estamos en un proceso de crítica y autocrítica porque también recibimos algunos golpes.
¿Qué ha cambiado, ahora que inauguran un segundo término en el gobierno?
Justamente lo que se dio es que por primera vez dejamos de crecer (en las elecciones departamentales de mayo pasado). Es una cosa que parecería absurda, y lo voy a decir bien clarito: el FA, en las elecciones de octubre de 2009 no ganó en primera vuelta pero en la primera vuelta logramos mayoría parlamentaria (50 de 99 diputados) y 17 contra 15 senadores, y tenemos el poder ejecutivo.
En las elecciones departamentales ganamos Montevideo, Canelones, Maldonado (donde está Punta del Este) pero perdimos algunos departamentos del interior. Pero en esas condiciones en que mantenemos la intendencia de la capital y los otros dos departamentos más importantes, somos mayoría parlamentaria y ganamos las elecciones nacionales, sin embargo hay una sensación de que hemos sufrido una derrota, ¿porqué? porque por primera vez el FA deja de crecer de manera evidente.
Eso es casi una contradicción, por ese sentimiento de que por primera vez deja de crecer al mismo ritmo que teníamos antes es que hemos lanzado esta instancia de debate y de crítica interna, que comenzó en el mes de octubre, que tuvimos un Plenario que fue una especie de catarsis, en la que respetuosamente pero muy fuerte nos dijimos la crítica, muy grande y a todo y pasamos ahora a fines de noviembre a la segunda parte del Plenario para discutir la pregunta original que hiciste, qué cambios hay que hacer para como fuerza política del gobierno seguir creciendo, cuál es su función, cómo sus tiempos se adaptan a las tomas de decisiones del gobierno, cómo apoyo al tiempo que controlo el gobierno, y lo que es más importante, cómo miramos 20 años adelante.
¿No lo están haciendo?
No. El Frente cuando nació, y uno lee lo que hicieron sus fundadores, pues ellos estaban pensando en 20 años adelante y en estos momentos las exigencias de la conducción cotidiana del país, nos toma más del 100 por ciento del tiempo, ¡el mil por ciento del tiempo!, nuestras discusiones son los proyectos en el área de la salud, en la educación, en derechos humanos…. Y nos está impidiendo proyectarnos en la discusión de cuál es el papel de la fuerza política pensada en un plazo de 20 años.
¿Y el rol de la juventud en ese ejercicio de pensar a 20 años plazo?
La juventud participa de la movilización electoral y nos siguen votando, pero hay dos cosas que nos indican que los jóvenes no estén tan incorporados. Primero que es que todavía la estructura organizativa es muy rígida, pero todas las estructuras políticas son rígidas y, segundo, las formas que tenemos de funcionamiento, que hoy no atraen a los jóvenes. Hay que repensar los comités de base, hay que incorporar a la juventud a esta discusión de mirar al Frente a 20 años, después de todo ellos son el futuro, así que debemos encontrar la manera en que participen activamente del debate sobre lo que será la fuerza política de izquierda en Uruguay.
Campaña del Frente Amplio: